Durante la semana pasada se cumplieron los 30 años del derrumbe del muro de Berlín que Alemania Oriental construyó en esa ciudad para que sus habitantes no se trasladaran a Alemania Occidental. Fue exactamente el 9 de noviembre de 1989 cuando el miembro del Politburó del Partido Socialista Unificado (SED), Günter Schabowski, anunció en una conferencia de prensa, retransmitida en directo por la televisión de Alemania Oriental, que todas las restricciones para viajar al extranjero habían sido retiradas, con la estupefacción, al oír ello, de los otros altos dirigentes de ese partido único que lo acompañaban.
Un periodista italiano no podía creer lo que escuchaba y para asegurarse preguntó si a partir de ese momento se abrían las puertas para que los alemanes orientales traspasaran el muro sin pasaporte ni visado y ese alto dirigente político, se tomó unos minutos para revisar los documentos que tenía en su poder, contestando que sí. En ese exacto momento, siendo las 18.53 horas de ese día, se acabó la conferencia de prensa y todo el resto ya se conoce. Esta información se obtuvo de DW Televisión.
En Chile se mantiene una estructura tributaria que favorece a quienes detentan el poder económico y todos los ministros de Hacienda han sostenido que para incentivar la inversión y por ende, para que exista crecimiento físico de bienes y servicios, los impuestos a las empresas deben ser razonablemente bajos, pues en sentido contrario los empresarios se van a otros países.
Felipe Larraín, el ministro de Hacienda que se mofaba de la población con chistecitos de mal gusto, por correcta decisión del presidente Piñera, dejó el cargo y en su reemplazo asumió Ignacio Briones quien, la semana pasada, exactamente el 8 de noviembre, se puso de acuerdo con parlamentarios de oposición liderados por el senador Ricargo Lagos y de gobierno para eliminar la integración para las grandes empresas, establecer una necesaria carga impositiva a las viviendas de alto precio que tienen en su poder los más ricos y un nuevo tramo del 40% en el impuesto global complementario para aquellas personas que tienen rentas mensuales imponibles de $ 15.000.000 y más, ambas medidas redistributivas para iniciar un plan que busque disminuir la tremenda desigualdad que generó el justo estallido social.
Así fue como se creó el impuesto al patrimonio inmobiliario para aquellas personas naturales y jurídicas que son dueñas de viviendas con avalúos fiscales de $ 400.000.000, teniéndose presente que esos inmuebles, ya sea casas unifamiliares como departamentos, se transan en el mercado en sumas del orden de los $ 800.000.000, un poco más de un millón de dólares. También se incluyen los sitios eriazos en sectores urbanos y los predios agrícolas. Obviamente los expertos tributarios que llevan las cuentas de los privilegiados del sistema, tienen otra mirada sobre esta nueva carga impositiva, entregando diversas y legítimas razones en contra de la misma. Toda nueva política pública en este ámbito de materias nunca podrá dejar contentos a todos los contribuyentes, siendo lo importante en estos convulsionados tiempos el resultado de ella. Según Briones se recaudarán US$ 200 millones por este concepto, pero si el SII hace bien la pega esa suma será mucho mayor.
Este impuesto al patrimonio inmobiliario, que por ningún motivo se debe confundir con las contribuciones de bienes raíces que recaudan las municipalidades, existe en muchos países del mundo y sus montos ingresarán al Fisco para transferir recursos nuevos que atenderán las urgentes necesidades sociales que se reclaman. Se dice que este tipo de viviendas top son solo 50.000 unidades y que están concentradas en las comunas de Lo Barnechea, Vitacura y Las Condes, indicándose que la tasa del impuesto será el 0,075% para las viviendas con avalúos fiscales de entre $ 400.000.000 y $ 700.000.000, con porcentajes de 0,15% para las viviendas con avalúos fiscales del monto anterior hasta los $ 900.000.000 y sobre esta cifra la tasa aumenta al 0,275%. Nosotros sostenemos que, por ser acumulativas las viviendas, esos 50.000 inmuebles serán más los que formarán el patrimonio inmobiliario de quienes tendrán que pagar impuesto al fisco.
En los inicios de noviembre del año 1989 y del año 2009, en Alemania y en Chile, con la debidas proporciones, se produjeron favorables hechos políticos y económicos, respectivamente
Pero no se dice con claridad que ese tributo es acumulativo, de tal forma que aquellos que lucran con los alquileres de sus viviendas, tales como los Fondos de Inversión, los inversionistas lavadores de dinero y otros privados que compran edificios completos, tendrán que hacer malabares con sus expertos tributarios para no pagar, vía evasión o elusión, las sumas de dinero que en rigor les corresponde. Sobre aquellos acaudalados que tienen cientos y miles de viviendas para lucrar sin pagar “ni un puto peso” de impuesto a la renta, ya nos referimos a ellos en columna anterior publicada en este medio de prensa digital, en donde dimos cuenta del contenido del oficio Nº 2493 del 03/10/19 del Servicio de Impuestos Internos (SII) dirigido a este columnista.
También nos gustó lo que dijo Briones en orden a que revisará las exenciones que tienen diversos sectores de la economía y podemos decir que lo anunciado por él hasta ahora es lo mínimo deseable para que en Chile exista más adelante una estructura tributaria progresiva en donde los que tienen patrimonios millonarios deben pagar impuestos más altos, al igual que en los países desarrollados.
Como vemos, en los inicios de noviembre del año 1989 y del año 2009, en Alemania y en Chile, con la debidas proporciones, se produjeron favorables hechos políticos y económicos, respectivamente. Pero debe quedar claro que Briones, hombre bien intencionado, tendrá que atreverse para que, vía nuevos cambios en la fiscalización, se eviten las trampas interpretativas que cometen siempre los de arriba.
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Juan Pedro
Lamentable lo que pasa en Chile. Tengo la suerte de estar estudiando fuera del pais. Pero mis inversiones están en Chile. Aún asumiendo la pérdida hemos de podido vender todo y dejar el país. Un lugar donde se castigue el trabajo y la riqueza no es el que quiero. No pretendo sacarme la cresta trabajando para pagar impuestos abusivos, aprovechados por una burocracia estatal miserable, floja e inepta.