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En defensa de la autonomía del Banco Central

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Ante un eventual proceso constituyente que se viene en los tiempos venideros y con el plebiscito del 25 de octubre a la vuelta de la esquina, quisiera detenerme en un punto que es de mi particular interés en esta discusión: el Banco Central.

Regulado en los artículos 108 y 109 de la Constitución y en la Ley Orgánica Constitucional N° 18.840. Ha sido una institución que ha logrado hacerse un lugar en Chile y, a diferencia de lo que se acostumbra en este país, ha sido para bien, incluso ha logrado tener una reputación notable a nivel internacional.

¿Por qué se ha dado este prestigio? Es debido a su manejo de la estabilidad monetaria que ha dado al país, esto sobre todo al control del dinero circulante y por tanto manteniendo a raya la inflación. Ante esto puede surgir la pregunta de ¿por qué es relevante reducir o mantener baja la inflación? Muy simple, la inflación determina cuánto vale el dinero que tienes actualmente en tus manos y, en niveles amplios, el que circula en el país. Por tanto, una alta inflación provoca que tu dinero valga menos, siendo más difícil la subsistencia ya que los productos serían más y más caros. Ante esta afirmación, una alta inflación daría efectos perjudiciales sobre todo a los más pobres.

Y ahora ¿Por qué el Banco Central ha mantenido baja la inflación? (No superior al 10 % en al menos 20 años) Esto se lo atribuyo principalmente a su independencia de los poderes políticos, en vista de su inminente carácter técnico y su rol estabilizador de la economía.

Ahora, en vista del proceso constituyente, y ante la posibilidad de que esta institución pueda ser modificada en la NC, considero que sus regulaciones deberían ser mantenidas de tal manera como se encuentran actualmente, tanto las disposiciones de la Constitución vigente como de su ley orgánica. Esto, en vista de los siguientes argumentos que expondré:

Una alta inflación provoca que tu dinero valga menos, siendo más difícil la subsistencia ya que los productos serían más y más caros. Ante esta afirmación, una alta inflación daría efectos perjudiciales sobre todo a los más pobres

  1. El carácter técnico: a diferencia de otras instituciones como el congreso o el tribunal constitucional. El Banco Central busca atender situaciones de hecho exclusivamente en materia económica, un área muy volátil que se actualiza día a día y del cual no solo dependen las grandes empresas, sino que todos nosotros ( y de una manera muy sensible, considerando el rol que tiene el dinero). Por lo cual, requiere si o si de un grupo de expertos altamente capacitados que se encarguen de interpretar la situaciones que se dan en materia económica y de determinar las soluciones o respuestas que la institución debe dar a fin de mantener el status quo o de modificarlo si este es pernicioso. 
  2. Deslegitimación política: si bien, esto podría variar en el futuro, nuestra clase política no ha sido capaz de demostrar que es capaz de velar por las áreas que le son propias como las legislativas o administrativas, muchas veces incluso han carecido de la probidad exigida para ser funcionario público, ante esta situación, es muy poco prudente darle potestades monetarias a la clase política.
  3. “La inflación es siempre y en todas partes es un fenómeno monetario”: con esta frase me refiero, que la inflación se produce siempre por el dinero que existe circulante, el cual varía de acuerdo a ciertos procesos y por tanto, se busca regular el dinero que se emite. Gobiernos, como el argentino en nuestros días han “echado mano a la maquinita para imprimir billetes” para financiar sus programas políticos, dicha emisión monetaria excesiva no atendiendo a elementos fácticos sino que políticos ha sumido en una profunda crisis al país vecino. No quiero que el lector me malinterprete, hay que reconocer que los gobiernos han de buscar formas para financiar sus programas, sin embargo es más sano que busquen opciones en la austeridad fiscal, el redirigir fondos y en último caso: la deuda. Permitir que el Banco Central financie políticas sociales generaría un círculo vicioso, ya que la emisión monetaria provocaría la inflación y por tanto generaría más necesidades entre la población, lo que haría necesarias más políticas sociales y por consiguiente, una mayor emisión monetaria y así sucesivamente.
  4. El dogma sigue: el economista y académico Gonzalo Martner considera en su columna de la tercera “ El banco central y la Constitución” que el Banco Central habría roto el dogma que no podrían financiar a entidades públicas y privadas con la promulgación de una ley que lo permite. Sin embargo, la ruptura de este principio no es tal, ya que el financiamiento se da en contexto de una situación de excepción para apalear la crisis actual. En cualquier otro caso no es posible, por tanto, este recurso del financiamiento es de ultima ratio.
  5. La historia económica y a la experiencia internacional: como mencioné en un principio, el Banco Central se hizo de reputación notable, desde la promulgación de la ley orgánica en 1989, en donde la inflación rondaba el 28%, actualmente es de aproximadamente un 2,4% en la actualidad. Siendo ésto fruto de su labor técnica y autonomía. Además, otros países miran la experiencia chilena, como por ejemplo, el Banco Central de Rusia en 2016.

Si bien, estos argumentos podrían ser más extendidos por un economista, creo que son suficientes para estos efectos. Y por fortuna, parece existir un consenso en que esta institución funciona bien tal como está y debería mantenerse así en la NC. Sin embargo, considero que nunca está demás defenderla. Y para quienes no crean en su autonomía, me remito a recordar un viejo aforismo popular “si funciona no lo cambies”.

 

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1 Comentario

Jorge

El Banco Central crea riqueza a partir de la nada. Dinero FIAT con cuya impresión y distribución los chilenos se mueven para que en Chile entren dólares, otro dinero FIAT generado a partir de la nada. Con estos dólares se paga la déuda externa y se equilibra la balanza comercial. Esto produce un sistema en donde los que imprimen el dinero se reparten entre ellos mismos el 99% del dinero impreso a costos cercanos a cero. Cero trabajo, cero fatiga, gratis. Mientras que el acceso al dinero a algunos les cuesta el 1000 o hasta un 3000% más. Muchos sabemos que el dólar como divisa de referencia mundial y el conjunto del sistema bancario y financiero mundial tienen los días contados con la introducción de divisas FIAT digitales centralizadas y criptodivisas decentralizadas, es decir, badadas en un sistema de emisión diferente, no controlado por entidades privadas como los Bancos Centrales si no por las personas. En ese contexto lo que correspondería en Chile preguntarse después de las elecciones en Estados Unidos, es cuándo lanzamos el Peso Digital, ojalá respaldado en oro, y qué organismo Estatal emitirá y transferiŕa directamente a la cuenta de los ciudadanos este valor digital reemplazando o alterando por completo el modelo de negocios y la industria financiera nacional. Pero nada de esto se lee en los «medios»….