Recientemente hemos sido testigos lo que la ciencia política llama, “fiesta de la democracia”, con alta participación ciudadana, con cuatro elecciones simultáneas que incluía a Gobernadores, CORE, alcaldes y concejales, el 26 y 27 de octubre recién pasado, proceso que amerita una amplia reflexión y poner énfasis en diversos aspectos del proceso que resulta interesante comentar.
En primer lugar, es meritorio destacar el récord de votantes que concurrió a los recintos de votación, 13.113.598 millones, equivalente al 84,92% del padrón electoral. No se había visto este registro de tantos chilenos/as votando en una elección. Algunos lo atribuyen a que el voto era obligatorio y con multa ($33.000 pesos), de verdad pienso que a los chilenos les gusta votar, reclaman por las altas temperaturas, que los votos eran muy grandes, que serían dos días, en fin, pero la gran mayoría quiere expresar con el voto lo que opinan de sus autoridades regionales y locales, como también fue una iniciativa favorable los cambios realizados por el Servel, de reubicar a los electores al recinto más cercano a su domicilio.
Sumado a un factor, que pocos han destacado, la participación mayoritaria en comunas populares con altísimos porcentajes, a diferencia de las comunas de la elite que por primera vez sufragaron menos, algunos ejemplos: Puente Alto 89,1%; Pudahuel 88,92%; La Pintana 86,8%; mientras que Vitacura 76;3%: Las Condes 75,32%; Providencia 69,77% (Servel): ¿Qué pasó? la elite se cansó de votar, prefieren pagar la disminuida multa o fue el efecto Cubillos.
Creo importante destacar y meritorio de un reconocimiento al SERVEL, por la transparencia en el proceso y la rapidez que a pocas horas ya se conocían los resultados definitivos de Gobernadores y Alcaldes, como país somos un ejemplo en la agilidad para entregar los resultados. Por lo tanto, todo suma para el éxito de estas elecciones y da esperanza de poder ir mejorando y perfeccionando nuestra democracia pese a otros frentes más débiles.
Indudablemente la oposición ganó, y es honesto reconocerlo, en las cuatro instancias sacó más votos que el oficialismo, claro está que no arrasó, varios analistas lo comentaron por el cuadro político que atravesaba el país, como es habitual los medios de comunicación tradicionales haciendo lo propio, exagerando, cero imparcialidad y colocando como foco críticas de todo tipo contra el gobierno. Aunque lo interesante de los análisis, fuera de la participación récord, y los resultados mediáticos en varias comunas como, Santiago, Ñuñoa, Las Condes y San Miguel para la oposición, el oficialismo mantuvo altas votaciones históricas como Maipú, Renca, Viña del Mar, Valparaíso, (primera alcaldesa en su historia) y Puente Alto, este último independiente pro-gobierno, sacando a la derecha que llevaba 24 años.
Algunas cifras con resultados de alcaldes por partidos políticos (PP): RN 61, UDI 53, PS 33, DC 30, PPD 22, FA 10, PR 9 y Republicanos 8, Evo 8, PC 3, y los independientes que ganaron lejos con 103 alcaldes (Servel). Vale mencionar que los medios y analistas apostaban a que los Republicanos iban a arrasar. También es interesante destacar la población gobernada por cada bloque político, es virtualmente un empate, la derecha y la izquierda cada uno con 37,4% y 38,3% respectivamente, es de decir, cerca de 7.500.000 y 7.700.000 millones de población y los independientes con un 24%, 4.800.000 millones de habitantes.
Respecto a lo mencionado anteriormente, se presenta el gran tema que invita a todos los sectores a debatir profundamente y con altura, para el resguardo de nuestra democracia; el alto porcentaje de independientes fuera de pacto (y en pacto político) que se presentaron como candidatos y muchos de ellos electos en los cargos antes mencionados. En alcaldes suman 103 candidatos independientes de pactos de gobierno u oposición, es casi un tercio de las autoridades comunales a elegir, si sumamos los independientes en pactos de ambas coaliciones, que son 104, llegando a una cifra sorprendente de 207 alcaldes en dicha categoría (de 346), o sea, el 60%. La pregunta es ¿Qué pasó con los partidos políticos?, un pilar fundamental en cualquier país, sin ellos no hay democracia, por lo tanto, es necesario ponerle atención, se ha instalado un tema muy importante para nuestra institucionalidad.
Juan Pablo Luna (En vez del optimismo,2017; La Chusma Insconciente,2021; ¿Democracia Muerta? 2024) lleva muchos años comentando el desfonde de los partidos políticos chilenos, durante la transición comenzaron a alejarse lentamente de las bases, luego de los grupos sociales importantes del país (sindicalizados en Chile 22%) y se fueron encapsulando como la “nueva elite” que solo les interesa el poder a cualquier costo, y hacer la vida imposible al gobierno de turno sin la capacidad de llegar a acuerdos, sostener una ética, invisibilizar los problemas pendientes de la sociedad chilena, que desencadenó el estallido social de 2019, en el cual efectivamente no estaban presentes.
Las elites políticas y económicas se han divorciado de la ciudadanía y los ruidosos movimientos de protesta social no logran traducir sus demandas en conflictos políticos (...) La ciudadanía castiga a los partidos políticos votando por independientes
De las cuatro elecciones solo la de concejales permite observar el verdadero peso de los partidos políticos. Al ver las cifras podemos apreciar lo disminuidos que están, ya que en la estadística, todos suman independientes en pacto, es decir las fuerzas políticas tradicionales y otras de reciente aparición suman en sus listados a candidatos independientes, veamos algunos ejemplos en ambos sectores: RN que se alza como el gran triunfador en esta elección en todos los medios le dan 15,5% de concejales, pero si sacamos los independientes que iban en su lista el partido de RN queda en 9,9%; lo mismo pasa con el FA en el oficialismo marca 7,2% pero sin los independiente que llevaba en su pacto baja a 5,2%, ahora el caso más impresionante es la UDI que marca 10,1% y si sacamos a los independientes marca 5,1% , es uno de los partidos que más bajó en la derecha. Por último, en el oficialismo el PC marca 6,2% y sin independientes baja 5,5%; el PS marca 6,1% y sin independientes en pacto baja a 4,8%. (Claudio Fuentes) Es decir, la derecha suma un total de 19,5% de independiente que incluyeron en su pacto y el oficialismo un total de 15% en la misma situación
Aparentemente no es solo una preocupación en nuestro país, también preocupa a nivel mundial, en “pocos contra muchos” (2023) la politóloga italiana Nadia Urbinati analiza la forma en que las elites políticas y económicas se han divorciado de la ciudadanía y explica por qué los ruidosos movimientos de protesta social contemporáneos no logran traducir sus demandas en conflictos políticos. La ciudadanía chilena castiga a los partidos políticos votando por independientes, dado que el listado de militantes corruptos en todos los sectores es muy fuerte (aunque la derecha estadísticamente tiene más casos), lo que ha provocado un rechazo masivo del electorado, es una manera de reclamar contra el sistema actual político en que no hay acuerdos en temas sensibles para la población, como pensiones, seguridad, salud, vivienda, educación, predomina el desacuerdo, el escándalo, denostarse en la televisión, discusiones, ahora hasta por capricho se está dando mal uso a la Acusación Constitucional, que es una herramienta legítima, pero cuando es sin argumentos, improvisada solo les quita tiempo para que se dediquen a las reales demandas ciudadanas y al final no se avanza en mayor igualdad social y mejor distribución de la riqueza.
Indudablemente son tiempos complejos, con crisis estructurales de todo tipo, el sistema actual de partidos políticos no se hace cargo en forma efectiva de dichas problemáticas, existiendo además una atomización de estos. Hoy existen 23 partidos políticos y seis con solicitud en formación, obliga a replantear la creación de partidos, estableciendo altos estándares para su conformación, quizás un elemento importante para avanzar y facilitar acuerdos con relación a las demandas de la sociedad. Todo este contexto de alejarse de los partidos políticos e ingresar al mundo de los independientes, está en el argumento que comenta Éric Sadin ( La era del individuo tirano, 2022) “la sociedad no se encuentra fracturada, sino que no hay sociedad debido a que la atomización de los individuos no permite el desarrollo de una política común a largo plazo, sino que tan solo llega a la calle en forma de manifestación”, a nivel general los cambios producidos por la fuerte irrupción de la RRSS y la no solución de demandas sentidas por todos, aparece este individualismo, que se olvida de la idea básica de la democracia, construir en comunidad y cooperación los cambios necesarios para sellar un pacto social de mejora.
Es de esperar que cada partido político realice una evaluación positiva de estas elecciones, récord de participación, se establece un equilibrio entre los bloques políticos, observar detenidamente el aumento de los independientes, y, por tanto, en tiempos de desmantelamiento de la democracia social, los partidos deben recuperar su rol mediador, reformarse en este contexto, instalar el debate ético en todas sus instancias para que vuelvan a consolidar la democracia.
Es justamente por ello que los partidos son importantes, que las ideas políticas prevalezcan, que la diversidad es fundamental, la pedagogía al respecto en todas las instancias de la sociedad, no nos cansemos de repetir, “la democracia se salva con más democracia”.
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JOSÉ RAMÓN LOBOS
Muy interesante artículo. No creó qué a la ciudadanía le guste participar. Solo con la votación obligatoria subió la participación; antes estuvimos presos de los pequeños grupos muy organizados.
Coincido con el autor con el exceso de partidos y se debe mejorar las exigencias para la formación de estos.
Es efectivo que las élites politicas se han alejado de las necesidades de la gente y por ello la baja adhesión a los partidos políticos.
Iihsegkjhs
Pienso que es necesaria la existencia de un Cuarto Poder del Estado, El Poder Civil, tal como muestra extensa y renovadamente en su planteamiento inicial poder civil punto ce ele.
Esto porque el mundo de la política y de los partidos están al servicio de sí mismos y su meta es llegar al poder para repartir el botín al gobernar. Quisiera creer que esta es solo una aseveración sin sentido que no merece ser tenida en cuenta, pero, la lista de perdonazos de la ciudadanía al poder de la política ya llenó la página, dio vuelta la hoja y ha empezado a desbordar libros enteros…
Una democracia moderna que se precie de tal no puede asignar a los ciudadanos solo la obligación como derecho a rayar un voto y jactarse de ello, ya que si la política no ha dado el ancho entonces es necesario ampliar las fronteras del poder del soberano, ya que el abuso político y su despilfarro en la Ley de Presupuesto Nacional ha excedido toda cuota de lo razonable, lo prudente, lo justo y lo necesario…