Si nos situáramos en la realidad electoral y asumiéramos sin interpretaciones ventajosas los resultados de la última elección, las portadas, los análisis políticos y los discursos triunfalistas cambiarían radicalmente. El primer lugar los medios deberían titular que esta primera vuelta más allá de las expectativas, el recuento de votos fue el reflejo de lo que es la centro derecha y la centro izquierda históricamente en Chile, mientras Piñera y Kast alcanzaron un 44,57%, similar al 44,06% que logró Piñera como candidato único del sector el 2009.
Chile hoy tiene 3 almas políticas, con distintos matices, matices que consolidan como primera fuerza política a un partido de centroderecha y relegan al bastión de Progresismo en la nueva mayoría.
La centroizquierda con las candidaturas Guillier, Sánchez, ME-O, Goic, Artés y Navarro se consolida en un histórico 55,35% similar a al 55,95% que el 2009 lograron Frei y Meo. Si los titulares se escribieran sin tratar de exacerbar ventajas mañosamente, alguien ya habría titulado que el Partido por la Democracia, bastión del progresismo en la nueva mayoría bajo su electorado en las parlamentarias de un 12,69% a 6,10% perdiendo escaños en el parlamento que hoy lo dejan con la misma representación que el Partido Radical y Partido Comunista, partidos que aumentaron sus representantes en la cámara en 2 cupos, lo curiosos de esto es que quién si no el PPD que se auto declaraba como la Fuerza progresista de Chile por lógica debió estar más en sintonía con el movimiento frenteamplista, pero aun así sufre un duro revés electoral, evidenciando que si los analistas y medios quisieran escribir resaltando una verdad completa hablarían sin interpretaciones de una realidad electoral donde Frente Amplio lo único que tiene en común con la Nueva Mayoría es un NO a Piñera.
Así y todo observando las cifras la contingencia electoral nos aterriza en una realidad que dice que no hay carrera ganada, no hay candidatos que entusiasmen y que los ofertones de último minuto harán la diferencia entre dos Chiles, ¿pero qué tan real es esa bipolaridad electoral? Al parecer ya no existe tal polarización y la irrupción del Frente Amplio así lo demuestra. Chile hoy tiene 3 almas políticas, con distintos matices, matices que consolidan como primera fuerza política a un partido de centroderecha y relegan al bastión de Progresismo en la nueva mayoría. Chile ya no da cabida a discursos anclados en los 70 y menos se hace presa de discursos exitistas al amparo de una calculadora, si un 62,85% dijo no a al candidato presidencial mejor posicionado de la centro derecha, misma calculadora a la luz de las cifras le dijeron no con 77,3% al candidato oficialista. Chile cambió y ya no es el mismo al que existía después del retorno a la democracia e interpretar con justicia la realidad que hoy, sin titulares, ni discursos antojadizos nos muestra puede ser la antesala del Chile que debe empezar a construirse post segunda vuelta. Lo único que hoy puede interpretarse como una realidad absoluta es que gane quien gane la carrera presidencial, tendrá que tender puentes con el poder legislativo en la búsqueda de los consensos para construir una patria que en los discursos se define como como justa y equitativa.
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