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Elección presidencial: todavía hay chances de victoria para la derecha

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Se dice que Bachelet va a ganar sólo apareciendo en el estadio. Y que poco pueden hacer los de la Alianza más que ser liderados por un caudillo que les entregue una derrota honorable.

¿En qué mundo es posible que gane la Alianza? ¿Por qué deberían mantener una pequeña esperanza de victoria, y no sólo apostar a perder con «uno de la casa»? Mi tesis es que las diferencias son mucho más estrechas que las pretendidas, y para esto basta con mirar a quiénes van a votar.

Construiré un escenario simplificado para ilustrar el punto. Supongamos que las personas de mayores ingresos van a votar en mayor número que las de menores ingresos. Igualmente, asumo que, considerando que el voto es voluntario, los ciudadanos concurrirán a votar por dos razones: los mayores a 45 años, por tradición republicana; los menores a 45 años, por interés político. Finalmente, mantengo los niveles de participación de la elección municipal, es decir, entre un 40%-50%.

La tesis predominante es aquella que da ganadora a Bachelet. Si dividimos la población en cinco grupos iguales en cantidad de personas, pero de manera descendente en ingresos, se asume que los votos se distribuyen de manera equivalente a la adhesión hacia la figura de la ex presidenta. Es decir, que su popularidad se transfiere de manera directa a la intención de voto. En ese escenario, el resultado sería una victoria sin sudor y sin angustia, ya que sólo con presentarse a la cancha y mostrar el escudo de la camiseta se ganaría la elección.

Quiero aventurarme con el objeto de evidenciar las debilidades de la tesis anterior. Asumiré que cada uno de los grupos ya citados tiene 10 miembros, y que estos tienen diferentes niveles de participación. Si se mantiene el supuesto que la adhesión a Bachelet se transfiere a su votación, no sucede nada distinto. Pero, ¿qué pasa si asumimos que la adhesión no se reparte de forma pareja, y que en los grupos de menores ingresos la adhesión a Bachelet aumenta, pero llevan menos votantes a las urnas? ¿Y qué pasa si a eso le sumamos que en los niveles de mayor ingreso hay mayor preferencia por la Alianza, y votan en mayor número?

En qué mundo es posible que gane la Alianza? ¿Por qué deberían mantener una pequeña esperanza de victoria, y no sólo apostar a perder con "uno de la casa"? Mi tesis es que las diferencias son mucho más estrechas que las pretendidas, y para esto basta con mirar a quiénes van a votar.

La matemática simplista es la siguiente. En el primer grupo -el de mayores ingresos- participan ocho de diez votantes, pero la relación Bachelet/Alianza se invierte, y cinco personas votan por esta última. En el segundo grupo, la cancha se nivela, y de seis participantes -recuerden que la asistencia a votar disminuye- cada uno obtiene tres. Recuento: Bachelet 6, Alianza 8. El siguiente grupo es más parecido al anterior y cinco participan, pero la adhesión a Bachelet aumenta y ésta obtiene tres votos. Recuento: Bachelet 9, Alianza 10. En el cuarto grupo, votan sólo tres, y la ex presidenta obtiene dos votos. Recuento: Bachelet 11, Alianza 11. En este virtual empate se llega al último grupo, donde sólo un ciudadano -probablemente un adulto mayor pensionado miserablemente- concurre a votar. La línea argumental anterior le entregaría el voto a Bachelet, ganando la elección con un 52% de las preferencias.

Luego de este ejercicio analítico, el escenario es mucho más estrecho que el inicial. La elección la define un individuo, quien tiene este “voto bisagra” para darla vuelta hacia un lado. En otras palabras, la Alianza no tiene que convencer a un país, sino sólo a un grupo pequeño de ciudadanos. Todavía es posible marcar un gol en el minuto 94, forzar el alargue y ganar en la definición por penales.

 

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3 Comentarios

Rosa Hamburgo

Benito Longueira Musolini claro que tiene posibilidades de ser el proximo presidente de Chile. Si se da el escenario planteado la pasividad de la gente que no va a votar beneficia la irrupción de estos nefastos personajes de la historia como Hitler, solo una minoría votaba por el partido nazi, pero se coló gracias a la pasividad y falta de visión de los votantes y negligencia de los políticos de partidos inoperantes y caducos.

Sergio Alfonso Avalos Garrido

El Chile que sueño:
Un país que tome «sus propias decisiones» y no sienta temor de potencias que imponen sus términos.
Un País que tenga el completo control de sus recursos naturales.
Un país que desarrolle tecnología a partir de maquinaria que genere energía de los mismos elementos de la naturaleza y que causen el menor impacto medio ambiental.
Un País que que logre desarrollar poder disuasivo en donde cualquier país se siente a conversar con Chile y no presione como se le de la gana al país.
Un país en que entienda que debe cambiar los paradigmas de Friedman los cuales no son propios de nuestra idiosincrasia y cultura, ademas, que estos se insertaron con el nombre de economía de libre mercado como un simple experimento económico en donde ambos sectores políticos de este país lo transformaron en una doctrina para controlar los recursos y los destinos de la gente y la nación en su integridad.
Un País que construya su propio sistema educativo a partir de sus raíces ancestrales, que parta de su antropología, su etnia, que sea capaz de tomar decisiones que se formule preguntas y sea capaz de responderlas con seriedad y altura de miras que se tomen decisiones nacionales de: ¿El que queremos hacer de nuestro futuro y del país en si mismo?
Un país en donde su orientación politica nazca de su identidad nacional y no heredada de potencia europeas, en donde no exista influencia doctrinarias foráneas como: El Comunismo y Socialismo Ruso el Nacionalsocialismo Nazi-Alemán; el Fascismo Italiano la Democracia Cristiana nacida en España; La Social democracia Nacida En Alemania; El Radicalismo Francés y el mismo adoctrinamiento económico de Friedman nacida en el fondo de los mismos Sionistas a finales del siglo XIX.
Un País que logre una democracia verdadera y no guida maneja e instrumentalizada por dos grupos políticos que tienen ascendencias burguesas similares y por que ende con interese económicos y de poder muy similares.
La libertad de actuar y de conciencia se logra a partir de personas Cultas, libres pensadores que lograron darse cuanta que la libertad no se regala, no se rifa, no se vende, o se le hace propaganda como a la Coca cola, si no que ésta, se lucha se pelea, se cuida, se potencia y finalmente se «Conquista».

    Eustaquio Berga Larga

    Viejo pedofilpo que andai diciendo mentiras a esa hora tu puro tocar niños