A horas de una nueva elección presidencial en nuestro país, es importante recordar la importancia del voto y el por qué por tanto tiempo estuvo limitado sólo para algunos.
La democracia representativa (distinta a los de los antiguos) en la historia de la humanidad, es muy joven, es recién un infante que está comenzando a aprender a caminar, por lo mismo no podemos pensar en ella como un sistema perfecto y que esta acabado, por el contrario es un sistema que progresivamente avanza y busca su constante perfeccionamiento. De esto nace la necesidad de profundizar la democracia, más aun en nuestro país que se instaló una democracia «protegida» debido a lo que señaló Manuel Antonio Garretón como los enclaves autoritarios.
En esta historia reciente, Samuel Huntington denominó a los fenómenos democratizadores en el mundo, como olas democráticas, llegando a identificar tres oleadas en nuestra historia reciente, siendo esta última la vivida desde mediados de la década de los 70 y principios de los 90, desde la revolución de los claveles en Portugal, el fin del régimen franquista en España, pasando por el fin los regímenes burocráticos-autoritarios de América Latina y la desintegración de la Unión Soviética. El fenómeno se caracteriza por la perdida de legitimidad de los regímenes autoritarios y totalitarios dando paso a nuevas democracias.
Es en este contexto que en Chile desde el año 1989, todos los ciudadanos tenemos la oportunidad de votar, aunque con el requisito de inscribirse voluntariamente en el registro electoral. Pero es desde el año 2012, donde todos los ciudadanos mayores de 18 años pueden votar, sin la necesidad de registrarse previamente, por lo que implica que salvo quienes estén inhabilitados por una cuestión específica, absolutamente todos están habilitados para votar, siendo un hecho único en nuestra historia, en la que siempre el voto estuvo limitado de una u otra manera.
Regresando al pasado, durante la primera ola democrática, en el siglo XIX, pasamos de sistemas monárquicos (o colonias en nuestro caso) a repúblicas donde el sistema de gobierno fueron democracias representativas. Obtenida nuestra independencia, la elección de la cabeza del Ejecutivo siempre estuvo limitada, nuestro último Director Supremo, Ramón Freire, fue elegido por 10 votos contra 2 de Agustín de Eyzaguirre y nuestro Primer Presidente de la República, Manuel Blanco Encalada, fue electo por 22 votos contra 15 de José Miguel Infante. Esto era posible debido que sólo los diputados podían elegir a quien nos debía gobernar, tal sistema se mantuvo hasta 1827.
Desde la elección de 1829 hasta la del 1920, tuvimos un sistema indirecto, similar al que se utiliza en Estados Unidos, donde deben elegir un colegio de electores que posteriormente votará para elegir al Presidente. Al principio, este colegio electoral también era designado por los diputados y posteriormente fue electo por votación popular. Pero durante este siglo no todos tenían derecho a voto, primero se debía saber leer y escribir, hecho que una pequeña porción privilegiada de la población cumplía porque la mayoría de la población no contaba con instrucción. También se fue agregando el requisito del patrimonio, si no contabas con alguna propiedad de cierto valor no podías ser calificado para votar y por cierto, importaba si eras casado o soltero, sino no podías votar a menos que cumplirías con cierta edad.
El año 1874 se amplía el derecho a votar eliminando los requisitos de patrimonio o renta, pero manteniendo los criterios de edades de acuerdo al estado civil, desde los 21 años para los casados y desde los 25 años para los solteros, pero para ambos casos siempre y cuando supieran leer y escribir. El año 1888 se elimina el criterio del estado civil, lo que se considera ya como sufragio universal porque todos desde los 21 años podían votar, salvo que no supieras leer y escribir, y por supuesto, las mujeres no tenían derecho a votar.
Hoy todos y todas podemos votar, hombres y mujeres, personas en situación de discapacidad, ricos y pobres, jóvenes y adultos, analfabetos, solteros, casados, etc. Hoy cuando no existen impedimentos legales para ejercer el derecho a votar, la mejor manera de convencerte que no votes, es que te hagan creer que esto no sirve para nada.
Los años posteriores el principal cambio en nuestro país se debió a la elección directa del Presidente la República, desde el año 1925 de la mano de la nueva Constitución. La mitad de la población, las mujeres pudieron votar por primera vez en una elección municipal, a una reforma realizada por el Presidente Arturo Alessandri en su segundo gobierno y desde el año 1949 en el gobierno de Gabriel González Videla, se les permitió votar en todas las elecciones.
El requisito de saber leer y escribir siempre se mantuvo, hasta que en el año 1970 por reforma de ley constitucional en la Presidencia de Eduardo Frei Montalva se les otorgó derecho a voto a los analfabetos, lo que se concretó en la elección parlamentaria de 1973. Además, el año 1969 se les otorgó el derecho a voto a las personas no videntes.
Los años siguientes es historia conocida por todos. Vivimos 16 años sin poder elegir a nuestros gobernantes y en la transición se recuperó este derecho, si te inscribías voluntariamente en el registro electoral.
En estas lineas no están descritos todos los movimientos y las luchas que se dieron para que el voto fuera universal. Hoy todos y todas podemos votar, hombres y mujeres, personas en situación de discapacidad, ricos y pobres, jóvenes y adultos, analfabetos, solteros, casados, etc. Hoy cuando no existen impedimentos legales para ejercer el derecho a votar, la mejor manera de convencerte que no votes, es que te hagan creer que esto no sirve para nada.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Rafael
Las condes