En el intenso debate que se lleva por estos meses en torno al intento de reforma educacional, observamos conversaciones de todo tipo, incluidas las sociales, tecnócratas, e incluso algunas de corte político.
A raíz de la carta al director emitida el día de ayer en el diario El Mercurio, escrita por Hernán Herrera presidente de la CONACEP “Ideologismo impracticable”, es que quisiera proponer algunos elementos para profundizar en la discusión sobre lo político propiamente tal.
En primer lugar, señalar uno de los puntos que considero más confusos para cualquier ciudadano que quiera entender acerca de que se tratan las acaloradas discusiones mediáticas llevadas a cabo.
Uno de los temas es, específicamente, cuál es el espacio que le cabe al privado con el advenimiento del fin al lucro en la educación. Se supone que el fin al lucro significa que ningún empresario del sector educación debería poder volver a “ganar dinero” a través de las prestaciones educacionales.
La lógica nos dice que si asumimos la primera premisa, esto debería ser extensible a cualquier tipo de prestación asociada. Es decir, si usted desea aportar a la educación de niños y jóvenes chilenos, llevando en sus hombros una institución educacional, entonces debe hacerlo desde la regulación legal y económica que asegure el uso de cada peso en la gestión y prestación de la educación.
El muñequeo de los sostenedores, o sea aquellos que tienen negocios, y por lo tanto, mucho dinero en juego, es no querer, por supuesto, que esto suceda y seguir utilizando las prestaciones alternativas para hacer dinero (por ejemplo arrendar sus instalaciones) o al menos, que se les devuelva la onerosa inversión que han realizado desde el día que, con todas sus facultades mentales y sus grandes habilidades para los negocios, deciden voluntariamente ingresar a este “mal habido mercado”.
Lo que parece incomprensible es que algunos sostenedores, grupos de sostenedores y corporaciones educacionales insistan en que el Estado debe hacerse cargo de los riesgos de la inversión que como ya señalé, voluntariamente y en uso de todas sus capacidades mentales optaron por adquirir involucrándose en el negocio educacional que nos legaron entre la dictadura de los 80 y el conservacionismo de los últimos 20 años.
Que se entienda bien, nos es que se esté a echando los empresarios a la calle, sino que ellos están decidiendo no participar de las nuevas reglas del juego en educación porque no les interesa contribuir al bien común si no pueden sacar réditos económicos en el ejercicio, es así de claro.
Si el Estado garantiza la gratuidad de la educación a través de la Ley, las reglas del juego cambian, es verdad. Por lo tanto, será opción de cada privado decidir si desea participar con ellas o no.
¿Es legítimo cambiar las reglas del juego? Por supuesto que sí, siempre que estas representen el consenso social manifiesto a través del ejercicio de la democracia.
En segundo lugar, y en razón de lo anterior, parece comprensible que el gobierno actual intente implementar los cambios de manera gradual, negociando y tratando de evitar la ingobernabilidad del sector.
A partir de ello se comprende su afán por la desvinculación progresiva de los sostenedores privados y su interés por buscarles ese espacio que parece no existir bajo esta nueva lógica (la de no al lucro).
De todas maneras, el énfasis para la compra o mantenimiento de establecimientos educacionales debiese centrarse en la necesidad que de ellos se tenga y no en salvar el patrimonio de aquellos que ya no quieren ser sostenedores porque no van a poder ganar dinero.
Que se entienda bien, nos es que se esté a echando los empresarios a la calle, sino que ellos están decidiendo no participar de las nuevas reglas del juego en educación porque no les interesa contribuir al bien común si no pueden sacar réditos económicos en el ejercicio, es así de claro.
Por el contrario, el gobierno debe centrar sus preocupaciones en asegurar que a partir de este cambio paradigmático existan los insumos suficientes para sus sostenibilidad.
En otras palabras, asegurarse de que nuestros niños tengan la infraestructura suficiente para ser educados como se merece.
En razón de estos dos puntos, parece ser que el verdadero ideologismo impracticable es otro.
Por un lado, seguir defendiendo alguna manera de lucrar con la educación haciendo caso omiso a la nueva voluntad general, y por otro, seguir centrando la discusión en la defensa de intereses económicos individuales cuando lo que se requiere es definir las bases sobre las que queremos educar a nuestros niños hacia el futuro.
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Jorge Maluenda
Estimado:
Te agradezco tu respuesta ya que, como mencioné al comienzo, falta debate sobre este tema.
En respecto de lo primero que señalas, y concediendote que el barómetro que citas es una buena herramienta para nuestra discusión, cabe considerar que este ha preguntado sobre las REFORMAS y lo que yo estoy proponiendo aquí, es un concenso amplio en cuanto a la educación como un derecho y no como un bien de consumo.
El tema de debate que he planteado se refiere a este punto, otro muy distante es la «calidad» de las reformas planteadas y su ajuste a esta nueva manera de entender la educación.
Respecto a tus preguntas de mas abajo, como ya señalé, las reglas del juego están en proceso de cambio y eso implica por supuesto ajustes y variaciones, las cuales aún no están sancionadas.
En el ámbito de decisiones que tu planteas, por supuesto que según el proyecto actual de reforma no puede, y es ámbito de discusión actual (recuerda que es un proyecto y que está en discusión).
De todas formas, lo que planteo no se encuentra a ese nivel de análisis.
El asunto es comprender que la nueva cancha se enmarca en una nueva consutrcción conceptual y valórica, y por ello, las lógicas precedentes dejan de tener validez (he allí el análisis que planteo).
Es en relación al «Ideologismo impracticable» de Hernán Herrera que planteo que no se pude seguir pensando desde el mercado, algo que ya no se quiere parte del mercado.
Gracias por el comentario.
Saludos!
jose-luis-silva
Si a usted le imponen que desde ahora para mantener su consulta de psicólogo debe contar con un cuantioso equipamiento adicional, pagar mucho mas de los impuestos de los que ya paga, pagar nuevos impuestos adicionales por cada persona que atiende, por el monto de arriendo o contribuciones, por usar publicidad al poner un letrero que lo señala en el pasillo, por contratar secretaria, y sobre todo por la canallada de cobrar y pretender ganar dinero con un derecho ciudadano como el bienestar mental. Que repugnante es usted, mas encima reclama que lo están echando en lugar de adaptarse a las nuevas reglas.
Saludos
Jorge Maluenda
José:
Haciendo omisión de tu insulto, que creo que estaba de sobra te respondo con intensión de aclarar tus confusiones.
Justamente mi intensión con el artículo, además de generar discusión, es educativa.
Tu comparación está totalmente fuera de lugar, debido a que estás comparando una empresa con una prestación individual.
Lo que con el cambio de «paradigma» se quiere (Educación como derecho y no Bien) es que no pueda hacerse mas empresa con la Educación.
Eso quiere decir que ni un colegio, ni una universidad, ni un jardín infantil puedan cobrar lo que quieran y quedarse con un cerro de ganancias, como hoy ocurre.
Aquí lo que se quiere, es que todos los dineros que se destinen a educación se destinen al proceso de enseñanza, y que esto no grave en los bolsillos de los padres (ni en créditos como ocurre hoy).
En el plano del Psicólogo Clínico, este entrega horas de trabajo por una remuneración, igual como lo hace el ingeniero, el profesor, el carpintero y la asesora de hogar.
Adicionalmente, te sugiero que revises lo que has escrito, porque existe una serie de aseveraciones bastante lejanas de la realidad:
1.- Todos, incluyendo los Psicólogos Clínicos, trabajamos para poder vivir, y en el caso de algunos servir a los demás a través de nuestro trabajo.
Creo que confundes en tu rabia, el dilema sobre quién debería pagarle al trabajador de la Salud. Siendo la Salud un derecho Ud puede acceder a ella sin costo, puesto que el estado, con los impuestos que todos pagamos, le paga al trabajador de la salud. Hoy, existe el sistema público de salud donde el Psicólogo no le cobra a Ud. por atenderse (es gratuito señor). Si Ud. quiere ir a la consulta privada también puede hacerlo, pero esta vez el costo lo lleva Ud.
La calidad y cobertura del servicio de Salud, es otro tema por supuesto.
2.- Los Psicólogos no solo atienden en una consulta (de hecho son los menos). La mayoría trabajamos tratando de aportar en la Educación, las Organizaciones, el delito, los menores violentados, etc.
3.- En tu frase final señalaste «mas encima reclama que lo están echando en lugar de adaptarse a las nuevas reglas». No entendiste. Me refería a que los sostenedores no los estaban hechando del campo educacional sino que debían decidir si quedarse bajo estas nuevas reglas del juego.
Espero haber aportado algo.
Saludos
Jose Luis Silva Larrain
Agradezco el diálogo. Lamento lo que considera insulto, obviamente la intención era otra: lograr que usted tuviese algo de empatía con la percepción del sostenedor. Mi comparación es entre dos personas que trabajan y me parece una excusa infantil usar la personalidad jurídica que tengan para denostar a una de ellas.
También se puede esgrimir como paradigma la salud mental como un derecho y no un bien con lo que ninguna entidad sin importar la personalidad jurídica que tenga puede cobrar lo que quiere y quedarse con un carro de ganancias como hoy ocurre. No piense que no sé de lo que hablo porque tengo mas de un psicólogo en mi familia y me consta que viven harto mejor que el sostenedor del colegio subvencionado donde estudia mi hija así que no me diga que confundo mi rabia amigo mío porque tengo mas claro que nunca que al menos esta vez la dirijo bien: Usted, aún siendo profesional en un campo humanista, sabe que nunca se adaptaría con reglas que sí está dispuesto a imponer en otros. Viéndolo así comprenderá que la clase de gente como usted sí da rabia.
Si esta tan seguro de una mejor fórmula propóngala como alternativa para que matriculemos a nuestros hijo en ella. Si lo que propone es mejor, el sistema actual terminará solo en lugar de atropellar al resto. Ud. parece izquierdista porque esgrime “derechos sociales” para imponer sus ideas por atropello a la gente, no por opción. No se porque no respeta a las personas una persona con su educación.
Saludos
Pablo Bustamante
No se que tan «Voluntad General» sea ya que en la ultima Adimark a la Reforma educacional no le fue muy bien que digamos, por otro lado no todos los sostenedores pueden elegir dadas las circunstancias que expone la reforma
¿Puede un sostenedor que arrienda el inmueble mantenerse con subvención del Estado?
¿Puede un sostenedor que aun paga el terreno donde tiene emplazado el establecimiento mantenerse con subvención del Estado?
¿Puede un sostenedor decidir invertir los dineros de la subvención en otro aspecto educativo, tales como compras de libros para los alumnos, salones audiovisuales, etc. ?
Si me dices que si a esas preguntas es pk no haz leído el Proyecto de Ley, queda clarito ahí que cosas pueden o no pueden hacer los sostenedores y esta ley limita mucho mas su acción, así como su participación de estas nuevas reglas.