Primero quisiera comenzar expresando de manera muy clara que en ningún momento este escrito es dirigido con ánimos de ofensas ni para causar algún tipo de polémica, sin perjuicio que lo se busca es una reflexión, un mayor análisis respecto a una temática que está presente en el día a día nacional. Un tópico que interviene de manera impensada en nuestro diario vivir y que sin él la nutrición de nuestra opinión carecería muchas veces de un fundamento oportuno. Asimismo se debe señalar que existen periodistas que desempeñan su trabajo de forma correcta y no se ven envueltos en la crítica que a continuación expongo.
El periodismo y las informaciones resultan fundamentales a la hora de enterarnos de lo que sucede a nuestro alrededor, robos, anuncios, atentados, fechas claves, etc. Sin la información que entregan los medios de comunicación nos encontraríamos en un gran desconocimiento de los temas de interés general. Es por ello que suena casi de perogrullo manifestar la importancia, la magnitud, la trascendencia que tienen las informaciones y las comunicaciones.Para los medios es mucho más rentable dar a conocer a un político sumido en la corrupción, que contar la historia de uno honesto, reporta muchas más utilidades el ver a alguien embarrado en el suelo que reconocer la labor de otro.
Hoy nos encontramos en un momento clave, en el cual se habla de una crisis política. Mi intención no es cuestionar si esta existe o no, sino ver los fundamentos que nos llevan a decir tamaña frase. Casos como SQM, CAVAL y PENTA son casi una trilogía que viene a reflejar así como la película más taquillera del momento, la arremetida de sucesos de corrupción en donde parte de la clase política ha sido el actor principal. A la par hemos visto una baja sostenida y constante en la aprobación de los partidos políticos, de la clase política, del Senado y de la cámara de Diputados. Es abrumador el solo conversar con la ciudadanía y enterarse de voz propia lo desencantados que están de la política, de la imagen tan sucia que tienen de ella, y de la desesperanza que tienen de gente que se dedica a ello, como el decir “Todos los políticos son iguales”. En parte tienen razón los casos anteriormente mencionados les pueden motivar a ello y lógicamente no se les puede culpar por pensar así.
Es así que me surgen ciertas preguntas respecto a este tema, si cada día nos entregan está información, ¿necesariamente se debe llegar a la conclusión de que todos los políticos son corruptos? ¿Han existido en nuestra historia casos de corrupción en la política, o es la actual clase política la que actúa de esta forma? ¿Será necesario refundar todo el sistema y vivir en un país sin política?
A mi modo de ver todas estas preguntas tienen un denominador común, el cual se basa en cómo se le da a conocer a la ciudadanía el trabajo político. No me cabe la menor duda de que existen políticos honestos, ajustados en un 100% al principio de probidad y transparencia puesto que las máximas de las experiencias así lo confirman, no obstante ¿porque no se ve en televisión o en las redes sociales? La respuesta es muy dura, en la cual hay que distinguir lo que es comercialmente viable y lo que no, para los medios es mucho más rentable dar a conocer a un político sumido en la corrupción, que contar la historia de uno honesto, reporta muchas más utilidades el ver a alguien embarrado en el suelo que reconocer la labor de otro.
Esto es preocupante, a lo largo de la historia se le han atribuido a personajes públicos de la esfera política diferentes escándalos unos fundados y otros no, tan solo para poder vender la “cuña” o la “historia más atrayente” no pensando en las consecuencias que pueden resultar para la persona a la cual se le atribuye algo de lo cual no es culpable (Jorge Lavandero 2005) unos hijos, una esposa una madre, toda un conjunto de personas que se ve perjudicada por algo así. Hoy la prensa y las comunicaciones tienen el poder de elevar a una persona más allá del monte Olimpo y después de hacerla caer hasta el mismo infierno tan solo atendiendo a la forma de cómo entregan su información.
Creo que el informar es una labor absolutamente necesaria, sin embargo la ética al momento de realizarla debe ser total, si les pedimos a la clase política ética y probidad, algo que está muy bien y que así debe ser, también exijamos que se nos dé una información honesta, que no obedezca a buscar solo a causar polémica, que no esté fundada en una clase política en particular o a conseguir más dedos para arriba en una página de internet, démosle al público una amalgama, en donde puedan escoger si bucear en la porquería o nadar en la información. Es tan solo mostrar tanto lo malo como lo bueno, él no ensañarse, él no involucrarse más haya de lo debido, recordando el caso con el Diputado Ceroni, en donde su intimidad más profunda se vio vulnerada con el fin de conseguir más audiencia, es por eso, el que las visitas o la venta de periódicos no les gane,, sino que la ética periodística sea más fuerte, démosle poder y armas informativas a la gente, pero démoselas con responsabilidad y sobretodo con altura de miras. En el caso que no sea así, solo se estará contribuyendo aún más a este clima oscuro, a una baja participación ciudadana y a una desinformación que lleve al pueblo a un oscuro abismo.
Comentarios