En la vereda, la situación no se ve nada buena. En términos políticos aún no se percatan de dónde están y, peor del por qué lo están. No demore un segundo en irse si espera el típico análisis joven del desastre viejo de haber perdido el gobierno. De esos cuentos ya hay varios y siempre escritos por tipos más gordos y hábiles que yo.
Si usted se da cuenta, en el último tiempo nuestro Chile se ha vuelto un país perversamente distinto al que nos hacían conocer hace un rato. Digo "nos hacían conocer" porque siempre lo que sabemos de alguna forma está influido por poderes perpetuos que inundan las letanías de la bajeza. En aquel tiempo fuimos los más progres con las pastillas y la protección social. Ese aire tipo Liguria se manifestaba en cada camisa caminante en los Ministerios. Hoy el asunto es otro; con tanto minero enterrado, tanta ANFP trucha y tanta hidroelectrica con los motores prendidos, ya nada queda de esas camisas andantes. Hoy la llevan las chaquetas.
La influencia de los medios nos puede también hacer creer lo buenos y grandes que fuimos, así como lo acertados que estamos al momento de pensar las pequeñas transformaciones vía acuerdos y concesiones. Hoy lo fundamental es preguntarse qué rol juega el hombre como sujeto social y comunitario en la máquina de moler carne. Me refiero a ese hombre de a pie, al carnicero allendista, al almacenero facho, al estudiante carpintero como el tuitero de día y noche, todos esos hoy no tienen sentido de pertenencia a un modelo democrático que les pregunta una vez a las tantas por qué sujeto votan.
El diagnostico es preocupante, muy preocupante. La máquina funciona mientras los engranajes sigan siendo engranajes, por los siglos de los siglos. La máquina cambia de tintes y fuegos, puede pintar cuadros modernos y vanguardistas, puede pintar lienzos y garabatos, podrá también diseñar cortinas de humo y estimular el resto de las maquinas para que pinten murales por la vida, pero el pintor siempre se reserva su derecho de autoría. Lo terrible y penoso es cuando comienza a cobrar; hoy todos los engranajes estamos pagando.
El papel de los sujetos que comentaba anteriormente es fundamental, por cuanto la rabia y la impotencia aparecen en cada uno de nosotros mientras prendemos la tv y nos miramos al espejo, sabiendo siempre lo útiles y vasallos que podemos llegar a ser. No seré mas útil yo abogando por el voto voluntario, ese de la elite que pudo tener acceso a mejores condiciones académicas y de esta forma concebir la importancia de éste.
Me da vergüenza escribir sin tener un par de líneas de conclusión. A lo mejor sería más digno copiarlas de un manual y darle cierta coherencia al artículo, pero perdería la incoherencia que tiene y que, asumo, refleja lo que hoy vivimos. Las opciones son varias, todas complejas. Cada una de las soluciones no tiene ni comienzo, porque parte donde mismo mueren; por ello el gran desafío de estas generaciones es encontrar como sea el punto de partida. El resto será pega de nuestros espermios y óvulos fecundados.
Tengamos cuidado y esperanza para que pasados los 40 años de edad, no sintamos truncado nuestro aporte y terminemos engordando en el sillón prostituto de los esbirros.
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