Los jóvenes tenemos una tremenda responsabilidad, el acceso a la educación que los Gobiernos de la Concertación fomentaron y la Nueva Mayoría continuó, ha permitido que tengamos una generación más educada, con mayores calificaciones técnicas y sentido crítico de lo que acontece a nuestro alrededor. En la mayoría de los casos, los hijos tienen mayores estudios que sus padres y abuelos. Esto sin dudas que es una buena noticia, eso sí, no sirve de mucho si es que no se pone a disposición del bien común, de la búsqueda de una sociedad más igualitaria para todos y todas.
Sigue vigente el llamado que el Ex Presidente Eduardo Frei Montalva hacía a las nuevas generaciones, en la denominada “Marcha de la patria joven”. Atreverse a hacer las cosas de una manera diferente. Pero el tiempo ha pasado y los jóvenes estamos al debe en liderar las transformaciones que Chile necesita.
No debemos pecar de soberbia y creer que todo lo nuevo, por el solo hecho de serlo, es mejor que lo anterior. Debemos reconocer y agradecer el tremendo aporte que las generaciones pasadas han hecho en este país y comprender los contextos sociales, políticos y mundiales
En los 70’ y 80’ los jóvenes tenían la preocupación de no ser asesinados por su forma de pensar, y tuvieron el desafío de buscar una manera pacífica para salir de la dictadura más bestial que ha tenido nuestro país en su historia. En los 90’ la preocupación fue el cómo adaptarse a este nuevo mundo que se les estaba presentando, post dictadura y con una apertura mundial creciente. En los 2000 los jóvenes de a poco fueron olvidando las luchas que las anteriores generaciones habían dado y se instaló la cultura del “No estoy ni ahí”.
La sociedad ha cambiado y los intereses han evolucionado, pero los jóvenes Chilenos nos hemos ido quedando atrás en llevar las banderas de lucha que el país necesita. Somos críticos en relación al limitado recambio que existe en nuestros dirigentes políticos, pero somos nosotros los que quizás no hemos dado la pelea como corresponde, instalando los temas y buscando las maneras de lucha que hagan que las antiguas generaciones permitan entregar la posta. Los recientes resultados parlamentarios entregan una luz de esperanza respecto al recambio generacional, pero a mi entender responde a la lógica del cansancio de los votantes por las opciones del “más de lo mismo”, que a los liderazgos de a quienes les entregaron su voto.
No debemos pecar de soberbia y creer que todo lo nuevo, por el solo hecho de serlo, es mejor que lo anterior. Debemos reconocer y agradecer el tremendo aporte que las generaciones pasadas han hecho en este país y comprender los contextos sociales, políticos y mundiales por los cuales atravesaron y llevaron a tomar una u otra decisión, y a partir de esto empaparse de lo bueno y dejar atrás los errores no forzados.
La globalización nos ha mostrado que existen nuevas manera de relacionarnos con el mundo, la Redes Sociales nos permiten percibir en tiempo real lo que piensan y sienten las personas respecto a un sinfín de temas. Nosotros los jóvenes debemos tomar estas herramientas y convertirlas en el motor de búsqueda del sentir de los ciudadanos y a partir de estas empatizar con sus sueños, desesperanzas y miedos. La inteligencia artificial es una realidad que debe ser utilizada para la integración de procesos que conlleven beneficios a los más desposeídos.
Es importante que en este mundo globalizado, seamos capaces de sacar y buscar ideas en otros lugares del mundo, ser ambiciosos, pero aterrizados y saber que las necesidades son infinitas y los recursos limitados. Debemos tener la consigna que con responsabilidad, es posible realizar e impulsar los cambios que el país necesita. Chile es un país en donde los jóvenes han sido un motor de cambio de la sociedad, pero esta generación se encuentra al debe con lograr un mayor recambio en todas las esferas de la sociedad, política, empresarial, etc.
Los jóvenes debemos luchar por mayores derechos sociales y respeto para todos y todas.
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