El debate político de hoy se centra en el egoísta juego de defender a Bachelet o al Gobierno, en el pobre juego del empate, criticar proyectos que se hicieron bien por un lado y mal por el otro, endosar responsabilidades para “enlodar” imágenes políticas, tratarse de imbéciles, ratas y maricones;
En la carrera presidencial que ya comenzó, los manifiestos pre-candidatos presidenciales no solo compiten entre ellos: compiten con un candidato que, aunque no ha dicho palabra sobre participar, ya aparece ganando. Esto evidencia por un lado que la ciudadanía no está conforme con el actuar político y elije a la persona; y por el otro, la falta de liderazgos evidente en la Concertación, deja en evidencia la incapacidad de sobreponerse a haber perdido las elecciones pasadas y lanzar un candidato que, conociendo el desencanto con los mismos de siempre, encante nuevamente al bloque.
En los medios se agradece que existan pequeños espacios que permitan a los precandidatos hacer debate, y también se agradecen las iniciativas como las primarias de providencia. Sin embargo, lo que no se agradece es el “status quo” de la política y también de nosotros, los ciudadanos.
Es interesante ver como los viejos y nuevos políticos se aferran a una sola figura política. Lo interesante no es la figura en sí, sino la actitud de los políticos, que se homologa con la actitud de al menos el 50% de los ciudadanos. No es coincidencia que en estos momentos los líderes de la concertación den por sentado que Bachelet quiera participar, y más aún gane las próximas elecciones; y por otro lado, que en una comuna donde existe un padrón electoral de al menos 100 mil personas, para un buen ejercicio de primaria, solo participen 4 mil.
El debate político de hoy se centra en el egoísta juego de defender a Bachelet o al Gobierno, en el pobre juego del empate, criticar proyectos que se hicieron bien por un lado y mal por el otro, endosar responsabilidades para “enlodar” imágenes políticas, tratarse de imbéciles, ratas y maricones; es como un programa que transmite todos los días el canal 13 donde dos realidades “distintas” se avivan la cueca, pelean y discuten temas que solo aportan a una cosa, el negocio del rating.
Necesitamos nuevas caras, “nuevas voces”, pero no con el mismo discurso ni la misma actitud de quienes tienen tomado los partidos. Es interesante ver caras nuevas, personas que tratan de cambiar el rumbo de la política, renovarla, hacerla más interesante; pero todo el esfuerzo que puede hacerse para esto resulta inerte llevando una vez más a los mismos de siempre a La Moneda.
Así como van las cosas, es muy probable que en las próximas elecciones presidenciales compitan finalmente dos candidatos. Esto es normal, pero no suficiente, ya que solo uno de estos dos candidatos es nuevo en la política. Y con el nivel de participación nuestra, más la propaganda de dejar las cosas como están, volveremos a ver ejercicios que aunque válidos no resultan agradables. Pasó en Valparaíso y Providencia; pasará en La Moneda.
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Foto: HikingArtist / Licencia CC
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