«Creo que todas las medidas del Gobierno están encaminadas a hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres»[1]
El día de hoy, quisiera escribir respecto a: por qué no creo que el Sr. (Miguel Juan) Sebastián Piñera Echenique deba de dejar la primera magistratura por medio de una acusación constitucional. Quiero dejar totalmente en claro que tanto los argumentos y conclusiones son, total y absolutamente, de mi propiedad y que estos no involucran a terceras personas.
Si es que la memoria no me hace una mala jugada, y puse debida atención a mis clases de historia en el colegio, debo decir que solo existe un precedente del uso de este instrumento contra un presidente: fue a don Carlos Ibáñez del Campo en el año 1931, la cual fue rechazada. También existió un intento de acusación contra salvador Allende el año 1973, pero esta acusación no prosperó.
Pero ¿Qué es una acusación constitucional? Es un proceso de naturaleza jurídico-política, el cual es seguido ante el Congreso Nacional, para hacer efectiva las responsabilidades políticas de altos funcionarios públicos señalados claramente en la Constitución, por haber incurrido en alguna infracción constitucional, predeterminada por ésta, que justifica su destitución e inhabilitación para el ejercicio del cargo u otra función pública.Está de más decir que hoy el gobierno que ocupa el palacio de La Moneda carece de autoridad política, autoridad moral y ostenta una pérdida total y absoluta de respeto
Entregado este preámbulo, paso entonces a exponer por qué, a mi juicio no debe ser destituido.
Mi primer argumento dice relación con la figura presidencial; que representa al gobierno o sistema presidencial y es la forma institucional en la que la Constitución Política establece la división de poderes, donde, el Poder Ejecutivo es ejercido por un Presidente de la República, el cual concentra funciones como Jefe de Estado, es decir, quien representa la unidad del Estado a nivel interno e internacional; y como Jefe de Gobierno, es decir, es el responsable del gobierno de un Estado o de una subdivisión territorial de este. Si bien, entraremos a redactar una nueva Constitución y esta figura podría cambiar, en relación con las normas que hoy nos rigen, el Presidente es la máxima autoridad de la nación, el cual fue democráticamente elegido para conducir al país. Entonces, realizar dicha acusación es de suma gravedad.
Mi segundo argumento dice relación con el instrumento jurídico que se pretende emplear. En nuestra historia existen alrededor de 100 acusaciones constitucionales, de las cuales unas 20 han sido acogidas; este es un instrumento netamente político y, en consecuencia, si su uso no es con prudencia, puede terminar siendo una herramienta para gallitos de oportunismos o pasadas de cuenta. La política hoy adolece de una falta de altura de miras y de miradas de largo plazo y, por más que tengamos una nueva constitución, los integrantes del poder legislativo serán, en gran medida, los mismos que tenemos hoy.
Mi tercer y último argumento, es completamente pasional, pero no por ello menos valido: el señor Sebastián Piñera Echenique quiso ser Presidente de la República por segunda vez; para ello alineó fuerzas políticas y recursos para el cumplimiento de su objetivo; su ego enfermizo lo llevó a desear pasar a la historia con dos períodos presidenciales; y la señora Verónica Michelle Bachelet Jeria no podía ser más que él.
Su gobierno, hasta antes de las manifestaciones, no lograba convencer a la población y menos dar señales de cumplir con las promesas de campaña. Es en ese escenario que se llega al 18 de octubre y el pueblo cansado de tanta retórica y de sentir que nuevamente se burlan en su cara y se legisla para unos pocos, decide entonces salir a las calles. La respuesta por parte de la moneda es silencio, nuevamente retórica y suma la violencia institucional.
Luego llegó lo que se sabía que llegaría, la pandemia, es así que un 4 de marzo del 2020 hace su aparición en Chile, y se comienza a conocer lo que sería el manejo de esta, llena de improvisación, políticas sanitarias diseñadas y aplicadas a destiempo, malos resultados en el control del virus, y el pueblo apostando por el buen desempeño que han tenido esos profesionales de primera línea, me refiero a los profesionales de la salud, también es cierto que el presiente, ha tenido sus logros y me refiero a la compra de las vacunas, pero también es cierto que no realizo nada más y nada menos que cumplir con lo que se espera de él, y por lo tanto no es motivo de elogio ni de dividendos políticos. Para tener reconocimiento político no deberíamos tener las cifras que hoy nuestro país sustenta 1.169.536 contagiados y 25.856 muertos y ambas cifras en rápido aumento.
En cuanto a la ayuda económica al pueblo que sufre el día a día, no se puede expresar nada más que el Sr. Sebastián Piñera Echenique, se ha burlado del pueblo que lo eligió, su comportamiento ha sido indolente ante el sufrimiento de millones de mujeres hombres e infantes, lo único que ha mostrado es preocupación por asegurar e incrementar el poder y el dinero de los que ya lo ostentan a destajo, nuevamente este ciudadano ha mostrado no estar a la altura del cargo que el pueblo le confirió.
Está de más decir que hoy el gobierno que ocupa el palacio de La Moneda carece de autoridad política, autoridad moral y ostenta una pérdida total y absoluta de respeto, así lo demuestran las encuestas. Es en este escenario que regalarle una acusación constitucional es entregarle en bandeja un argumento de victimización y, por esa vía, dejarle el problema a otro. Qué manera más simple de zafar, como si fuera una venta de acciones en la bolsa.
Además de prosperar la idea de la acusación solo lograra unir a Chile Vamos y alinearlo tras la figura presidencial, esa estrategia es solo regalarle a la derecha opciones políticas que hoy no tienen.
No, ese no es el camino; él quiso, por ego, estar donde está, entonces que asuma las consecuencias de sus actos, y se enfrente de cara al país y no se esconda como lo ha hecho hasta hoy y, si no es capaz, que renuncie y pase a la historia como un ególatra que no fue competente para el ejercicio de la primera magistratura.
Para terminar, solo me queda decir que lo que vemos es lo que el pueblo eligió, y eligió a un gerente ególatra y no a un estadista.
[1] William Henry Harrison, político y militar estadounidense, que ejerció como 9º presidente de los Estados Unidos.
Comentarios