No soy militante de partido o colectivo político alguno, aún menos soy alguien conocido en esta facultad, pero me motiva y alegra que se haya generado espontáneamente un grupo que reúne un objeto claro; terminar con el paro indefinido en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
Nuestra universidad, en particular nuestra facultad, ha estado constantemente en estado de toma o paro indefinido, lo que provoca año a año serios problemas, tanto a nivel personal, como a nivel colectivo.
En lo individual, se presentan diversos problemas personales en lo económico, psicológico y social por la duración de tal movilización que ya se han discutido en la universidad y se podrá ahondar más en otro escrito. Pero muchos se cuestionan, por qué es un perjuicio a nivel colectivo. Pues bien, el ambiente aún más en ciertos momentos está polarizado, segregado, desgastado y la principal razón deriva de las personas que promueven aquellos mecanismos movilizadores que pregonan igualdad, conciencia, inclusión, comunidad, entre otros principios, pero que en la praxis escasamente se respetan.Asumir que la Universidad de Chile implica como consecuencia aceptar los paros, suena bastante limitado y es pretender continuar excluyendo a nuestros jóvenes. Los que optamos por la Universidad de Chile, es por su historia, su diversidad, su laicidad y su carácter público.
¿Comunidad? Se nos tilda de egoístas, individualistas, entre otros calificativos que bien sabemos. Dentro de este grupo opositor al paro, hay compañeros que realizan clases gratuitas, participan en el preuniversitario de la facultad, participan en iniciativas externas, en diversas actividades que contribuyen en un grano de arena por mejorar la calidad de educación de nuestro país, inclusive algunos asisten a las marchas estudiantiles, por lo que no hay implicancia directa entre la relación: movilización con paro o toma y lucha por una mejor educación. Esto más bien, lo que ha provocado es aglutinar a unos y dividiendo a otros, sumando tensiones innecesarias y fraccionando nuestra escuela ¿No creen que es suficiente la segregación socioeconómica que existe para adicionar un factor más?
También sabemos que muchas personas ven el paro como un privilegio de comodidad, por lo que su misión es cada martes sólo ir a votar para que esto se mantenga, es decir, no participan en actividad alguna, ya que la concurrencia a esta es relativamente baja ¿Esto es tener conciencia social?
¿Inclusión? ¿Igualdad? Asimismo existe la constante exclusión del voto electrónico, teniendo la capacidad técnica para realizarse con la argumentación de que hay que ir a votar y oír la asamblea para estar plenamente informados de lo que sucede a nuestro alrededor, lo cual resulta falaz. Somos partidarios de que participemos más, por lo que tal segregación no es más que una discriminación arbitraria. Cómo es posible que se hable de inclusión, cuando somos excluyentes con nuestros pares que por diversos motivos; distancia (más de un tercio de nuestros compañeros son de regiones); trabajo; enfermedad, etcétera, no puedan sufragar. También, como estudiantes recordemos que esto tiene plena relación con la realidad nacional, el voto de chilenos en el extranjero es una extensión de nuestra democracia que incluyó a chilenos que por diversas razones no podían sufragar. No obstante, esa extensión de la democracia nos hace conscientes de que el diálogo entre nosotros es menester, por lo que el sufragio electrónico sería sólo una medida excepcional, puesto que estamos por la realización de debates y de asambleas, claramente con el deber adyacente por el respeto de nuestras ideas.
Ahora bien, no puede ser, es caer en la falacia de que la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, tenga que movilizarse por ser la Facultad de Derecho de la Universidad. Es bueno tener responsabilidad con nuestro país, pero eso de movilizarse por movilizarse raya en la pedantería de resaltar el nombre de la universidad.
Asumir que la Universidad de Chile implica como consecuencia aceptar los paros, suena bastante limitado y es pretender continuar excluyendo a nuestros jóvenes. Los que optamos por la Universidad de Chile, es por su historia, su diversidad, su laicidad y su carácter público. No puede ser que la opción se condicione por paros y por tomas. Además nadie entra sabiéndolo todo, cada joven decidió bien con la información que tenía a su disposición.
En este grupo reunimos compañeros de izquierda, derecha, centro e independientes, de diferentes estratos sociales, de distintos intereses tanto sociales como personales, personas están a favor de la movilización pero no de su forma como por personas que no se quieren sumar a aquella, lo que nos da el resultado de la diversidad, pluralismo y tolerancia, valores esenciales que debe tener una universidad pública y estatal.
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