La sombra los ahoga y no aprenden de ella. Creen que no tienen edad aún para aprender, ya que lo único que quieren hacer es lograr su objetivo, pero nunca detenerse a analizar los errores.
Los integrantes de Revolución Democrática siempre escapan de lo que les parece impopular. Cuando el gobierno comenzó a tener problemas con su reforma educacional, y casi sucumbe ante la maquinaria comunicacional de la derecha, ellos salieron corriendo. Aunque dijeron que era porque tenían diferencias con la manera en que se estaba implementando la reforma, lo concreto es que muchos de ellos eran parte importante de las decisiones que se tomaban al interior del Ministerio de Educación.
Eso obviamente no lo reconocieron. Sería mancharse, perder la pureza política que tantos réditos les ha dado. Por eso es que se hicieron los locos; dijeron que las acusaciones de deslealtad en su contra eran parte de esa vieja política de la que no querían formar parte.
Para su pesar, las declaraciones de una Josefa Errázuriz dolida con estos lolitos, los que antes se sacaban fotos con ella en todo momento e instancia, volvieron a poner sobre la mesa el poco compromiso político de este nuevo progresismo que parece querer construir un proyecto de futuro sobre la base de liderazgos momentáneos que le sirvan solamente para mostrarse para instalar sus ideas. Ya que no la llamaron más luego de que su alcaldía terminara cayendo, en gran parte, gracias a la mala conducción, nuevamente, de muchos de ellos.
De nuevo no querían mancharse. Había que salir corriendo otra vez para que el mal olor no los contaminara. Mientras más corrían, más rápido podrían llegar a refugiarse en otra falda, ahora más popular y con mejor rating, para que así la gente se olvidara de que formaron parte alguna vez de una mala gestión.
Beatriz los esperaba con los brazos abiertos y ellos le dieron los besos que le habían dejado de dar a Josefa. La periodista ahora era la gran esperanza tras la que debían pararse. Los gritos a favor de Errázuriz ahora habían sido modificados para así adaptarse al nombre de la locutora radial, quien que significaba también una propuesta más ambiciosa que una comuna.
Así parece que ven la política los jóvenes de RD. Les parece que lo mejor es estar en los momentos de luz y no así en los de sombra. La sombra los ahoga y no aprenden de ella. Creen que no tienen edad aún para aprender, ya que lo único que quieren hacer es lograr su objetivo, pero nunca detenerse a analizar los errores.
Por eso me pregunto: ¿cómo habrían afrontado la masacre de la dictadura? ¿Habrían sido capaces de mostrar el coraje de la izquierda que ellos tanto critican para repensarse y responsabilizarse incluso de cosas en las que no tenían culpa alguna? Todo parece indicar que no. La “nueva política”-si es que realmente existe- es de menor alcance, más preocupada del momento y de los resultados que de la proyección.
Por esto es que no parecería extraño que, después de este domingo, los besos y las llamadas a Beatriz comenzaran a disminuir. Total les sirvió para lo que querían: ser visibles y decirle al resto que existen y saben hacer política. Ya que así es el oportunismo de quienes dicen no ser oportunistas; de los que tratan de disfrazar sus defectos de virtudes, como si hacer política requiriera de jóvenes sabios y vírgenes a la vez.
Por lo expuesto es que sería bueno advertir: si es que no se detienen a pensar en algún momento en sus errores, lo que creen que es una nueva fuerza política no será más que una mala anécdota en la historia de Chile.
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