El ministro Jaime Mañalich desde que apareció en la vida pública y por su personalidad mantiene un largo historial de polémicas con los medios de comunicación, como fue el de Mayo/2013 al enfrentarse verbalmente con un periodista de El Mercurio en plena vía pública y ante las cámaras de televisión y le dice: “Dile a tu editor que a la próxima editorial que engrandezca falsamente los problemas del Ministerio de Salud yo me voy a ir contra él”. Afirmando, al mismo tiempo, que la línea editorial de El Mercurio es “saquemos a Mañalich”, “si pasan tres días y no aparece un artículo contra el ministro de Salud, es sorpresa”. Para terminar, le dice con ironía al periodista: “Yo te digo una cosita, conmigo no se tontea. La protección que tengo es tan fuerte…”. Este último comentario se puede justificar por la buena relación laboral y de cercanía en lo privado con el presidente Piñera. Se conocieron cuando Piñera era accionista en la Clínica Las Condes y él director, y desde hace años es el médico de la familia.
Otra polémica fue su expulsión del Colegio Médico de Chile a fines del 2015 por faltas a la ética. Sin embargo, al haber presentado su renuncia en febrero de ese mismo año, el titular de salud apeló y finalmente el Tribunal Nacional del cuerpo colegiado revocó la expulsión.Por la pandemia tiene que aparecer diariamente haciendo reportes sobre los avances del COVID-19 en la población, por lo tanto sus declaraciones siguen dando material para los conflictos.
En 2017, debido a una investigación periodística aparecida en CIPER, la Contraloría General de la República dio cuenta de la reducción artificial de listas de espera de pacientes en el servicio público. De acuerdo a la investigación, miles de personas fueron borradas de las listas sin llegar a recibir atención médica. Ese mismo año, Mañalich las justifica diciendo que fueron por «razones administrativas«.
Durante las pasadas protestas, que comienzan el 18 de octubre, Mañalich afirma que los daños oculares sufridos por los manifestantes eran casos aislados y por culpa de las bombas lacrimógenas, sus declaraciones causaron bastante enojo.
Debido a su cargo y en plena crisis por la pandemia tiene que aparecer diariamente haciendo reportes sobre los avances del COVID-19 en la población, por lo tanto sus declaraciones siguen dando material para los conflictos.
Vamos con un resumen:
- cuando intenta implementar, sin respaldo científico, el controvertido carné Covid,
- en un principio se oponía a las cuarentenas,
- cuando dice: ¿Qué pasa si este virus muta hacia una forma más benigna? ¿Qué pasa si muta y se pone buena persona? (supongo que fue pensando en el “Equilibrio Evolutivo”)
- la controversia con el embajador chino sobre la donación de ventiladores mecánicos
- su defensa a una apresurada “nueva normalidad”,
- sus críticas a la suspensión de clases.
- Cuando afirma que en nuestro país se consideran a los muertos por coronavirus, como «recuperados«.
- Justificar las fallas en el nuevo hospital Félix Bulnes, como la caída de ocho pisos de un ascensor con una funcionaria en su interior, la filtración de aguas servidas en salas de pacientes y en el servicio de Urgencia Infantil, diciendo que son por falta de capacitación del personal y de estar poco preparados para enfrentar tecnologías del siglo XXI. Puede que tenga algo de razón y que falte una mejor capacitación, que no es responsabilidad de los funcionarios. Pero, aplicaría una explicación semejante con relación a las aguas servidas. A mi modo de ver, sus declaraciones buscaban respaldar a las concesionarias y no a los trabajadores de la salud.
- Cuando reconoce en un programa de televisión su ignorancia frente a los dramas que viven los sectores más modestos de la sociedad al decir: “un sector de Santiago, donde hay un nivel de pobreza y hacinamiento, perdón que lo diga con esta… del cual yo no tenía conciencia de la magnitud que tenía. Esa es la verdad”. Esta última declaración no nos debiera extrañar, ya que la élite político empresarial, al vivir en una especie de principado de Mónaco en el sector alto de Santiago, desconoce absolutamente como vive el 99% de la población del país del que dicen formar parte.
Para terminar, todo lo que acabo de relatar sobre el Ministro Mañalich, me trajo a la memoria al fallecido miembro de la 1era junta nacional de gobierno el almirante José Toribio Merino Castro (1915-1996), quien tenía una personalidad muy particular y como decía “Yo no soy político, soy marino. Y por eso tengo derecho a decir lo que quiera”. Con él parten los famosos “martes de Merino”, que era un encuentro informal que se realizaba con la prensa cuando este se dirigía al ascensor, ocasión que aprovechaban los periodistas para hacer sus consultas. Sus respuestas a veces en serio y otras en broma y mucha ironía, daban bastante que hablar. Con el paso del tiempos se convirtió en una costumbre semanal y esperada por gran parte de la ciudadanía, que quería conocer sus inesperadas y simpáticas respuestas. En uno de estos martes fue cuando dijo: “Hay dos tipos de seres humanos: Unos que los llamo humanos y otros, humanoides. Los humanoides pertenecen al Partido Comunista”.
La diferencia entre Mañalich y Merino es que este último era bastante más simpático y hacia sus declaraciones un día a la semana.
Comentarios
13 de junio
Con el cambio de gabinete y la salida de Jaime Mañalich, ahora vamos a poder saber si el aumento de contagios y muertes eran culpa de su arrogancia y sus políticas o de nuestro mal comportamiento.
El tiempo lo dirá
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