A mi parecer la agonía de la concertación como conglomerado político se debía a su actitud extremadamente conciliadora y de un ritmo de tortuga en el cambio social. Aquellas características y la escasa propuesta de la derecha fuera de la bandera del crecimiento económico y la seguridad, fue una de las grandes razones del triunfo de un sector más radical en su propuesta y velocidad de cambios (Gabriel Boric – frente amplio).
No tan sólo la victoria de Gabriel Boric responde a un desgaste natural de la concertación y la poca propuesta de la derecha, también debemos agregar una respuesta de mejor lectura al malestar social que provoco el estallido social y una agenda más radical para quienes el progreso solo les llega una llovizna de bienestar, lo que todos leemos como la natural respuesta a un modelo que deja a muchos fuera del baile del bienestar.El laberinto se caracteriza por perder sentido las direcciones y parecer que toda acción deja en el mismo lugar (…) volver al mismo punto donde las personas añoran la moderación, la conciliación de los mismos de siempre y un progreso pero que sea moderado
En política la realidad es dinámica y en ya tres años de gobierno se ha perdido del norte esa radicalidad de cambio social y políticas profundas de ampliación del bienestar. La sociedad (a mi parecer) tiene nostalgia no de la concertación pero sí de lo que provocaba; moderación, conciliación y adormecimiento de la agitación social, a través de promesas de cambio que se diluían como el azúcar en el agua. Parece que las personas les acomoda más una administración que «humaniza» el modelo económico de Pinochet más que proponer un nuevo modelo de bienestar.
¿Por qué parece un laberinto?
El laberinto se caracteriza por perder sentido las direcciones y parecer que toda acción deja en el mismo lugar. En mi sensación como ciudadano joven (aún) es volver al mismo punto donde las personas añoran la moderación, la conciliación de los mismos de siempre y un progreso pero que sea moderado, porque eso «puede el país». Eso no sólo pareciera ser mi opinión sino que se vio en las dos convenciones constitucionales donde se dijo de forma clara NO al cambio expresado con diferentes miradas de país.
La preocupación principal pareciera ser con mucha fuerza la seguridad y estabilidad (claves sin duda), pero que diluyen las demandas legítimas de ensanchar el bienestar social y de mayores posibilidades para personas que quieren desarrollarse pero que no tienen los medios para aquello. En los medios para aquellos no me refiero a la declaración del ex ministro de que se levanten más temprano para tomar el metro o que no pierdan el tiempo haciendo «vida social» en el consultorio, me refiero a que cuenten con lo básico para tener un buen vivir; vivienda, un sueldo que permita vivir, posibilidad de educarse, vivir en entornos libres de violencia y garantizado lo básico.
Mi lectura personal deja una sensación de estar en el centro del laberinto, sentir que el estallido social y la exposición del malestar social del país fue correr por el laberinto logrando sólo perder energía. Llegar a un punto donde el relato de la concertación parecería ser lo que quiere la mayoría; moderación, estabilidad, conciliar políticamente, crecimiento y progreso «en la medida de lo posible». Modelo de país que ha existido y ha sido de largos periodos, pero que siempre va a dejar con un mal sabor de boca a quienes pensamos que el país tiene toda las condiciones para que todo puedan desarrollarse si así lo anhelan en lo profundo de su ser.
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