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El Fiat de Allamand y el Ferrari de Golborne

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Poco más de 25 meses del primer gobierno de centro derecha después de varias décadas y al parecer la preocupación de muchos se centra en quien asumirá la posta en un eventual segundo gobierno de la Alianza por Chile sin importar mucho el enmendar el rumbo, sobretodo comunicacional y de coordinación del actual gobierno.

Los altos índices en evaluación positiva de los ministros Allamand y Golborne abren tempranamente apetitos electorales que pretende situar estratégicamente a ambos personeros en una carrera presidencial prematura de cara al 2014. Mientras Golborne a todas luces parece ser el “favorito” de La Moneda para continuar la posta aliancista después de Piñera, Allamand goza de buena salud política sobre todo al interior de un partido que abiertamente ha manifestado reparos en una forma de hacer política poco convencional por parte del actual ejecutivo. Una crítica que también realizan en forma reservada personeros del gremialismo, situación por la cual en algunos sectores de la UDI -en ausencia de una figura política de peso de sus filas para la futura presidencial- abriría posibilidades a una carrera presidencia del actual ministro de Defensa. En el gremialismo recuerdan y valoran el esfuerzo y lealtad de Allamand en la campaña presidencial de Joaquín Lavín antes de la arremetida de Sebastián Piñera el 2004.

Hace unos días, Ossandón, vicepresidente de RN, en reunión de directiva, planteó una postura que es compartida por otros miembros de la mesa: que Allamand pase a un ministerio de mayor visibilidad y de más contacto con la gente, apuntando que el Gobierno tiene a Golborne conduciendo un Ferrari mientras Allamand un Fiat 600. Dejan entre ver la desigualdad en la cual enfrentarán la arremetida presidencial, situación que reviste mayor importancia de cara a las municipales de este año, donde Renovación Nacional no cuenta con figuras de peso en ministerios de importancia. Mientras, la UDI si los tiene: Matthei en Trabajo; Longuería en Economía; Chadwick en la voceria de Gobierno; Lavín en Desarrollo Social; y el propio Golborne en OOPP. Para el partido de la estrella solitaria solo queda la figura de Hintzpeter en un ministerio de importancia, pero pocos lo ven como alguien que pueda potenciar candidaturas durante las municipales.

A raíz de las palabras de Ossandón, sería bueno conocer que prefiere una inmensa mayoría de chilenos. Si bien es cierto un Ferrari parece una alternativa tentadora, por las características de nuestro país un deportivo moderno, rápido y de baja altura puede ser un contrasentido. Un Ferrari desde siempre ha sido sinónimo de status y confort solo para unos pocos, y ni hablar del alto consumo de combustible. Sin embargo, el Fiat 600 se mantiene en el inconsciente colectivo a tal punto de ser una pieza de colección donde se conjugan el buen criterio entre comodidad, seguridad y precio justo, lo que lo hace alcanzable para la gran mayoría de los chilenos.

Al parecer sin quererlo, Ossandón describió los perfiles para enfrentar una nueva carrera presidencial donde las habilidades políticas volverán a enfrentarse a tecnicismos, evidenciando más que nunca que el marketing puede ser un valor fundamental a la hora de posicionarse en una carrera presidencial dejando de lado trayectoria política y visión de estadista. Todo parece indicar que lo que viene es una lucha entre políticos y tecnócratas, donde quienes sepan dan lectura y ejecutar sus pautas de acuerdo a parámetros marketeros asegurarán la pole position en la futura presidencial. Mención aparte merecen los pits donde los equipos marcaran los tiempos que harán la diferencia, equipos que hoy parecen no estar a la altura.

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Foto: Ministerio de Obras Públicas

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