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El arte de la guerra de Bachelet

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Frente a la crisis generalizada dentro de la élite, en la cual el gobierno no supo controlar las redes necesarias para amagar los incendios que día a día se generan a través de la prensa del empresariado; Bachelet arma un gabinete hecho a medida para contener, cooptar y calmar los diversos frentes de batalla mediática que tiene.

Sun Tzu, quizás uno de los mayores genios militares de la historia plantea lo siguiente: “si tus armas han perdido el filo, si tu ardor se enfría, si tus fuerzas se agotan y si tu tesorería ha quedado reducida a nada, los soberanos vecinos aprovecharán tu apuro para actuar. Y aunque tengas consejeros sagaces ninguno de ellos podrán trazar planes adecuados para el futuro”.

Ante todas estas inquietudes, creo que para el correcto análisis coyuntural en la conformación del gabinete debemos comprender lo siguiente: Este gabinete está hecho a la medida para salir de la crisis política que atraviesa la élite, crisis gestada como reacción del empresariado a las tibias reformas del gobierno. Es por esto que Bachelet dentro de los cambios en ministerios claves busca dar un giro en las redes políticas que manejan los nuevos ministros. Prueba de ello es el nombramiento de Inzunza como Segpres. Conocida es su relación con la empresa de lobby mas importante del país. Pero esto no obedece a un mero capricho o un antojo político, esto responde a una estrategia diseñada para el control de la crisis, para tapar todos los flancos de fuego que actualmente está recibiendo el gobierno ( ya sea del flanco derecho e izquierdo de la coalición, como de los flancos exógenos a la coalición).

La derecha política no está en condiciones de ser una real oposición al gobierno, es por esto que los empresarios han tomado la batuta de la defensa de sus intereses y han usado sus herramientas ante las reformas planteadas, frente a esto, la crisis política se demuestra como una crisis de confianza en la representación, mas no en la república ni en el estado de derecho, sino más bien en la élite que gobierna y administra el estado y/o modelo.

Es por esto, que la presidenta necesitaba dar un golpe de timón que le permitiera (re)tomar el control (o al menos el acuerdo) de los diferentes actores que articulan la política: aquí se explica un ministro del interior como Burgos, el que viene a buscar un orden interno de la coalición gobernante o un  Valdés de ministro de hacienda en un claro guiño a los empresarios. Nombra a un segpres que tiene línea directa con el poder económico. A su vez, refuerza un cambio de estilo en la comunicación, sacando a un vocero correcto como Elizalde, para buscar otro estilo con Díaz.

La Presidenta realiza un cambio que si bien no le satisface, sabe que debe hacerlo para poder llegar a puerto sin demasiados hoyos en el barco. Su estilo suprapartidario, hace que deba buscar en los operadores transversales de la política chilena las respuestas que su equipo político no fue capaz de dar.

En cuanto al PS. Bachelet sabe que con la victoria de Isabel Allende el partido se allana a su designio, esto es una versión 2.0 del partido del orden de Escalona. Extrañamente, el PS es capaz de soportar menor peso dentro del gobierno por la fidelidad a la presidenta y el karma de sus propios errores del pasado.

Hay que resistir la tentación de pensar a este gabinete como definitivo, en un análisis somero como este se me figura que es un gabinete netamente coyuntural en el cual la presidenta busca retomar el control completo de la agenda, calmar los ánimos y retomar las confianzas.

Pero tampoco Bachelet podría hacer un giro a la derecha, sin preocuparse de su flanco izquierdo. Es por esto que el nombramiento de Marcos Barraza en Desarrollo social es una forma de reconocimiento a la labor del PC que se ha contenido en su discurso, que se ha moderado en pos de mantener la coalición y el gobierno. Es un reconocimiento a su “fidelidad”.

Con esto, la jugada de Bachelet es copar todos los espacios; su fin no es posicionarse en un solo espectro del mapa, sino tener redes con todos los actores del mapa. Esto a fin de tener gobernabilidad para salir de la crisis.

Hay que resistir la tentación de pensar a este gabinete como definitivo, en un análisis somero como este se me figura que es un gabinete netamente coyuntural en el cual la presidenta busca retomar el control completo de la agenda, calmar los ánimos y retomar las confianzas. Por tanto se viene un proceso de reflujo en las reformas, sopesando así, que estamos recién en el segundo año de gobierno.

Aunque no lo parezca.

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