El cónclave y sus efectos desencadenó la competencia por el posicionamiento presidencial al interior del oficialismo. Hay dos ejes que van a definir el contexto político de la próxima presidencial. El primero, será el dilema por el destino de la fase reformista. Para unos, va girar en torno a más reformas, menos reformas, consolidación de las reformas; para otros, en torno a reformar las reformas. Y, finalmente, aparecerán los que plantearán la profundización de las reformas. La Nueva Mayoría se ubica en el primer grupo.
El segundo eje -y muy vinculado con el anterior- será la cuestión de la reactivación económica y la re-inserción del país en la senda del desarrollo. La coyuntura económica de la campaña electoral será decisiva. Las encuestas de posicionamiento presidencial muestran básicamente que hoy no hay liderazgos presidenciales consolidados con opciones reales de ganar la elección. De hecho, al mirar lo que ocurre en esta dimensión desde Aylwin se observa que a la fecha, el próximo presidente estaba ya definido a la mitad del ciclo presidencial. Hoy, a mitad del período presidencial, ¿quién va suceder a Bachelet?Ahora, proyectar el estado de estas variables que definen el contexto de la coyuntura presidencial al momento mismo de la campaña durante el 2017, no es fácil.
La respuesta no es clara ni definitiva. Piñera y ME-O, que son los que tienen el mejor posicionamiento, están estancados. Isabel Allende no logra despegar; la DC sigue marcando nada y la dupla Lagos-Insulza no está en las mediciones. Ni siquiera populistas ni anti sistema aparecen en el horizonte. En consecuencia, ¿cuál es el panorama presidencial de la Nueva Mayoría hoy?
La respuesta requiere considerar no sólo los dos ejes mencionados anteriormente -rumbo de las reformas y recuperación económica- y la situación de debilidad en los liderazgos presidenciales, sino también otras tres variables: la profundización del malestar ciudadano con la política, los bajos niveles de aprobación del gobierno y las tensiones internas del oficialismo. Lo bueno, es que tampoco se ven figuras con opción presidencial fuera de la desgastada Nueva Mayoría.
Ahora, proyectar el estado de estas variables que definen el contexto de la coyuntura presidencial al momento mismo de la campaña durante el 2017, no es fácil. Sin embargo, se espera que las reformas gocen de mejor salud debido a que se van a comenzar a ver sus frutos, y sus efectos negativos sobre la política serán menores. No obstante, la distancia con la política y el clima de desconfianza van a seguir generando ruido. En consecuencia, el panorama del oficialismo debería mejorar a medida en que se acerca la coyuntura presidencial.
La próxima municipal va definir el rumbo de las reformas, de las primarias presidenciales del oficialismo y de la Nueva Mayoría. Si bien habrá unidad para los alcaldes, en los concejales habrá competencia. De hecho, es probable que se imponga la tesis de los tres pactos: a la izquierda, el PC, el MÁS y la IC, al centro el pacto PS-PPD, y a la derecha la DC con los radicales.
Lo interesante de un esquema a tres bandas en la Nueva Mayoría es que nos permite visualizar de manera clara una primaria y su proyección presidencial. En consecuencia, el presidenciable de la izquierda del oficialismo es el senador del MAS, Alejandro Navarro; y, de la derecha del sector, el senador Ignacio Walker. A su vez, en el pacto de los socialistas con el PPD hay tres figuras: Isabel Allende, José Miguel Insulza y Ricardo Lagos. El otro escenario de las primarias es a dos bandas: la DC contra los progresistas del bloque. En este caso, la competencia es entre Walker y Allende, Lagos o Insulza.
¿Quién tiene mejores opciones de asegurar la sucesión del oficialismo? En todos los escenarios, sin duda, la sucesión la asegura Lagos o Insulza. De todos los presidenciales identificados hoy, el más silencioso y prudente ha sido Insulza. La experiencia del 2009 debe haber dejado algo.
Ahora, sólo falta que “todos” estén dispuestos ir a una primaria. Parece, que sólo falta que uno diga sí. Lo relevante, sin embargo, es que esta carrera ya empezó y el tablero comenzó a ver cómo las piezas se mueven en el campo de batalla. La política siempre da sorpresas y giros. La política no ocurre en el vació.
Comentarios
27 de agosto
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