El impacto político de este duopolio comunicacional de derecha afecta la esencia misma de las libertades, de una información pluralista y diversificada; un derecho que es una garantía asegurada en todo país que se denomine democrático.
El duopolio comunicacional en Chile (EL Mercurio S.A.P. y COPESA) (*) ha instalado una suerte de dictadura informativa, repleta de intolerancia teórica e ideológica, lo que supone una libertad de expresión “anormalizada”. Sin la menor vacilación, diariamente este duopolio vulnera la pluralidad informativa e ideológica, lacerando la ilustración liberal y con ello su más acabada creación: la democracia liberal, de la que paradojalmente, se supone, son valedores.
Este duopolio está vinculado a los intereses de los grupos de derecha, creando una influencia excesiva de estos círculos en lo que recibimos diariamente desde los medios de comunicación. Y esto debería preocuparnos a todos, por la amenaza que este fenómeno representa contra la diversidad de ideas y la pluralidad. En fin, contra la democracia misma y su fundamento: la libertad de expresión y la pluralidad de líneas editoriales en los medios de comunicación.
Así, el impacto político de este duopolio comunicacional de derecha afecta la esencia misma de las libertades, de una información pluralista y diversificada; un derecho que es una garantía asegurada en todo país que se denomine democrático. Esta manipulación de la información y de las ideas ha creado los mecanismos para pervertir y corromper el valor de una prensa crítica e imparcial, y ha perpetuado un modo de identificación y de acercamiento a la realidad del país, en todos los ámbitos, sesgada y abrumadoramente parcial, creando una desorientación política y cultural que se consagra en una crisis de la identidad colectiva, al proyectar una sub-realidad o creando realidades falsas, en beneficio de los intereses de los poderes fácticos más reaccionarios que este duopolio representa (principalmente al 1,11% de los mega millonarios que se lleva el 57,7.% del ingreso total del país).
En la actualidad ha desplegado una auténtica y sistemática campaña del terror contra las reformas estructurales que propone la Administración Bachelet, reformas que se presentan como un quiebre revolucionario, cuando en realidad son impostergables y urgentes, si Chile quiere algún día ser clasificado como país desarrollado.
La expansión sin límites del pensamiento ultra conservador de la idea-única que difunde este duopolio, crea una democracia sin demócratas en los medios de comunicación. Este poder de facto, infinitamente ilimitado, ha exacerbado hasta el paroxismo esta condición intrínsecamente perversa.
El “gran dictador” de este duopolio de derecha tiene nombre y apellido: el decano de la prensa chilena, El Mercurio. Este verdadero capitán general del más retrógrado conservadurismo criollo, nos continúa levantando ronchas por el prodigio feroz, voraz y depredador de la, demasiadas veces, mentira a secas o de la parcialidad premeditada más brutal. El Mercurio, además, posee un sobrado historial de faltas a la verdad con cúspides antes, durante y después de la dictadura, silenciando y defendiendo en forma sistemática la violación de los derechos humanos más fundamentales. Estos antecedentes anti democráticos y pavorosamente reñidos a la ética periodística, le otorga al decano una limitación insoportable: es un verdadero atentado a la conciencia cívica, democrática, pluralista y crítica de las chilenas y chilenos. En rigor, El Mercurio es, históricamente, el decano de la mentira y de la información sesgada y partidista de la prensa chilena.
Así pues, el duopolio comunicacional en Chile, sólo consigue una sustancial y lamentable reducción de la inteligencia crítica y pluralista, y malogra profundamente tanto la comprensión real del mundo que nos ha tocado vivir, como la posibilidad real de mejorarlo.
Dicho todo lo anterior, este duopolio que protege los intereses de la derecha chilena más ultra conservadora, tiene todo el derecho de tener una línea editorial partidista. Y en enhorabuena que lo haga; es parte de la democracia liberal (la única menos mala hasta ahora posible). Lo que es preocupante es su sesgo como marca periodística y su historia relacionada con la dictadura, donde este duopolio comunicacional es una verdadera cátedra de todo lo que no se debe hacer en periodismo, si quiere tener credibilidad y legitimidad en la ciudadanía. Pero lo peor es que no se divisa a corto plazo ningún proyecto para poner los cimientos de unos medios de comunicación críticos y que estén siempre en la oposición, que es como deben estar, en general, los medios de comunicación y, en particular, la prensa si quieren denominarse “prensa libre y democrática”.
El proyecto de unidad de la prensa libre que se firmó hace algunos años, recoge la aspiración nacional de poder contar con una prensa crítica, imparcial y no alineada a intereses partidistas o privado-corporativos. Sin embargo, la realidad nos demuestra que el duopolio continúa dominando toda la esfera comunicacional. Por ello, sería necesario legislar un aparato regularizador que permita una simetría de diversas y opuestas líneas editoriales de los medios de comunicación, para así garantizar la pluralidad en la oferta comunicacional en Chile, como también, que su aparato financiero no imponga la colonización de la línea editorial. La tarea urgente es crear una prensa pluralista, crítica, imparcial y no sesgada en Chile. Sólo así podremos calificarnos como una democracia con libertad real de expresión.
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Estructura de El Mercurio S.A.P El Mercurio S.A.P. es propietario directo de: El Mercurio de Santiago (1900, distribución nacional (DN)); Las Últimas Noticias (1902, DN); La Segunda (1931, vespertino de distribución en regiones V, RM y VI); HoyxHoy (2012, matutino de distribución gratuita en RM);EMOL (Portal de internet). Tiene las siguientes sociedades filiales: Empresa El Mercurio de Valparaíso S.A. (Regiones V y Metropolitana) de la cual pertenecen: El Mercurio de Valparaíso (1827); La Estrella de Valparaíso (1921); El Líder de San Antonio (1995); El Líder de Melipilla (2002). Empresa Periodística El Norte S.A. (Regiones XV, I, II y III) de la cual pertenecen: El Mercurio de Antofagasta (1906); La Estrella de Tocopilla (1924)); La Estrella de Iquique (1966); La Estrella del Norte (1966); El Mercurio de Calama (1968); La Estrella de Arica (1976); La Estrella del Loa (1989); El Diario de Atacama (1970); La Estrella del Huasco (2006); Revista Norte Minero (1998). Sociedad Periodística Araucanía S.A. (regiones VIII a X) de la cual pertenecen: El Llanquihue (1885); El Diario Austral de Temuco (1916); El Diario Austral de Osorno; La Estrella de Chiloé (2003). Diario El Sur S.A. (VIII Región) de la cual pertenecen: El Sur (1882); La Estrella de Concepción (1995); Crónica Chillán (2008). Emisoras Digital FM y Positiva FM. TV ZAP TVDigital.
COPESA(Consorcio Periodístico de Chile S.A) MediosPeriódicos. La Tercera (Distribución nacional, (DN); La Cuarta (DN); El Diario de Concepción (Distribución regional); La Hora (DN);Pulso (DN). Revistas. Qué Pasa (DN); Paula (DN). Radioemisoras (DN). Duna; Carolina; Radio Beethoven; Radio Zero; Paula FM, Radio Disney. Canal de televisión. Más Canal 22(pagado). Sitios web. Zoom Automotriz; Zoom Inmobiliario; Laborum; Promo Service; Biut; Agrupemonos; Glamorama; Promo Service; Meta, Qué Pasa Minería.
Comentarios
28 de agosto
Es decepcionante no poder leer en Chile otra prensa que la de este duopolio. Hay que leer con mucho cuidado porque la verdad o la imparcialidad brilla por su ausencia.
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28 de agosto
Gracias Luis por comentar! Sí, es desolador no tener una parrilla más amplia en la prensa chilena. Con relación a cómo se debe leer la prensa, yo diría que siempre con un gran sentido crítico, independiente de la línea editorial. Siempre contrastar la opinión y la información para poder elaborar un acercamiento a una conclusión.
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