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¿Dónde está la nueva Concertación?

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Cuando intento imaginar la Concertación del futuro -por llamarle de algún modo, porque bien podría seguir llamándose así o cambiar de nombre si es necesario-, se me aparece lo que es hoy día, y como si hubiera recibido un mazazo, inmediatamente dejo de soñar. Dirigentes que no calientan a nadie se la pasan haciendo cálculos ridículos para un cónclave que no significará nada. Miento, significará un día más en el largo otoño que comienza, y eso que todavía falta el invierno, antes de que este conglomerado, renacido, muestre sus primeros brotes. Doy por hecho que el proceso será lento, porque gente que aún ni se conoce deberá empezar a vincularse, y la conversación empobrecida al interior de las cúpulas de los partidos, deberá ampliarse hasta lo indecible.

 
Recuerdo bien los comienzos de esta Concertación que termina. Yo era un mocoso de 19 años para el plebiscito del Sí y el No. Estudiaba derecho en la Universidad de Chile, sin militancia alguna (aunque firmé por el PPD, cuando se le llamaba “partido instrumental”, pero eso no cuenta), y como muchos, participé montón de veces en asambleas nada de cerradas, en las que ninguna opinión sobraba. Se discutía, eso sí, y mucho, pero el que quería podía asistir. Escritores, políticos, científicos y pájaros de todo tipo echaban a correr sus proyectos. Es cierto que se estaba terminando con una dictadura y a continuación re fundando, ni más ni menos, que la democracia de un país, pero convengamos que no es nada desdeñable la tarea de hacer lo mismo con un espacio político. Algo que consista ya no en pensar por qué se perdió, sino por qué debiéramos ganar lo antes posible. Una nueva ansiedad tendría que mover a los miembros de este mundo. Cosas que les gustarían, a algunos apasionadamente, que sucedieran en Chile. Nuevos caminos por los que profundizar la democracia, o sea, ese sistema de gobierno convencido de que todos valemos lo mismo, todos tenemos algo que decir, todos merecemos el mismo respeto. Actualmente, no me queda nada de claro que exista un proyecto coherente y entusiasmante al respecto. Sabemos que somos de acá porque no somos de allá, porque hay una cierta historia, y porque una sospecha aún por formular nos une secretamente. Entiendo por “concertacionista” algo bien lejano a la militancia partidista o la admiración por sus dirigentes. Hay excepciones, por supuesto, pero no hay tiempo para gastar en precisarlas.
 
Al comienzo decía que esto será lento como el paso de las estaciones, y quizás más lento todavía, e intuyo que no existe forma de acortar camino. La Concertación pensó que gobernaría para siempre, o, dicho de otro modo, un día olvidó mirar más allá de sus narices, y al abandonar el poder, quedó en la calle. No tiene medios de comunicación cómplices, salvo una que otra cosilla por ahí, pero ningún diario, ningún canal de televisión. No tiene grandes e influyentes centros de estudio y, en el ámbito universitario, su situación no es menos precaria. Volver a la calle, sin embargo, quizás no le haga nada de mal. La obligará, por mucho que se resista, a repensarse desde su raíz, que no son los títulos ni los compromisos adquiridos, sino los millones de individuos que un día se reunieron en el Parque O´Higgins, en La Pintana, en La Alameda, y en otro montón de avenidas, para rechazar el autoritarismo y el abuso. Son ellos mismos y sus hijos y los hijos de los que no estuvieron ahí, pero que al mirar hacia atrás con los ojos limpios, hubieran querido estar.
 
Chile ha avanzado mucho, y en muchas cosas. Es un país más abierto y tolerante que el de antes. Ronda una mayor diversidad humana por sus veredas. A orillas del Mapocho, a cierta hora, se llena de jóvenes exóticos. La pobreza dura ha disminuido significativamente. Las carreteras conectan con dignidad casi todo el territorio nacional, aunque a mí me encantaría que también, al menos con una línea, lo hiciera el tren. La energía, por otra parte, está concentrada. A varios nos entusiasma pensar que se multipliquen amablemente las fuentes energéticas, así como los grupos que deciden vivir a su manera. Me gusta la idea de las centrales de paso repartidas a lo largo de la cordillera, los silenciosos paneles solares, las hélices meneadas por el viento. Mucho más, sin duda, que una mega central hidroeléctrica empollando el desconcierto en la naturaleza. Huele más democrático, más humano, más moderno, más atrevido y más seductor. Han de haber mil razones económicas para defender lo contrario, pero esta coalición por levantarse debiera encontrar otras mil para doblegarlas. Se necesitan nuevos protagonistas, entre otras cosas, para comenzar a negociar sin amarras con los dueños de casi todo, entendiendo que ningún país con u desarrollo sustentable soporta desequilibrios abismantes. Según Toqueville, “lo más importante para la democracia es que no existan grandes fortunas en manos de pocos”. A medida que avancen las conversaciones y los encuentros, hasta el más distraído observador tendría que percibir las diferencias entre una derecha amiga de los poderosos y una centro izquierda cómplice del resto.
 
La verdad es que no sabría, a ciencia cierta, qué otras ideas echar al ruedo. He llegado a elucubrar lo que significaría potenciar seriamente la bicicleta como medio de transporte, generar políticas que atraigan artistas y emprendedores extranjeros, y también a tipos y tipas que lleguen de afuera buscando mejores expectativas. Estoy divagando. Convertir Chile en el país de América Latina más atractivo para las mentes libres, más tolerante, menos clasista, menos sectario. En fin, soñar no cuesta nada. Somos varios miles, en todo caso, los que esperamos ver cuajar un proyecto fresco y movilizador. Las generaciones de recambio se han mostrado lentas al interior de la Concertación. Quizás demasiado cuidadosas, respetuosas, correctas. Les ha faltado coraje para patear la mesa. Marco Enríquez fue un remezón fuerte, pero tras la reacción inicial, con el paso de los días se les ha vuelto a ver enredados en pequeñeces. Supongo que se irán ecualizando en el camino, hasta sacar una voz nítida y contundente, pero han sido lentos. El cónclave famoso debió tenerlos por protagonistas. A estas alturas, era de esperar que ya existieran lealtades generacionales fuertes y refrescantes, ojalá transversales, pero en cambio los hemos visto peleándose como pollos en un gallinero, dando espectáculos lamentables, mientras los caballeros que perdieron transmiten en una frecuencia incomprensible y aburridísima para los que no pertenecen al club.
 
Un aire contemplativo me invita a no seguir dramatizando. Las cosas, mal que mal, no cambian de un día para otro. Si se conserva la calma, habrá que aceptar incluso que veinte años de gobierno es un periodo más que respetable, difícil de superar sin el germen de la pudrición. Pocas coaliciones lo han conseguido, y provienen de muy al norte. No es raro lo que está sucediendo al interior de la Concertación. Es bastante esperable. Lo que sería francamente una tragedia es que las fuerzas retardatarias fueran tan perseverantes y los brotes tan escasos y mal paridos, que para cuando llegue el próximo verano, sigan colgando de sus árboles los mismos frutos muertos del verano que pasó. Querría decir que se han paseado ciegos por las calles, y sordos como tapias. Es otro cuento el que debe comenzar acá, otro relato, una promesa que, al parecer, madurará lentamente. Por el momento: paciencia.
 
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Patricio Fernández

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pilar

Totalmente de acuerdo. Es una mirada inspiradora que,sin duda, motiva mucho más que todas las declaraciones post cónclave leídas. Tal vez sea necesario que lo que se siembre sea en un terreno fértil. Los ciclos de la naturaleza nos enseñan que la paciencia es una virtud que debemos cultivar, algo difícil en estos tiempos modernos donde la sensación que se promueve es-justamente- todo lo contrario.

chilecambiopa

Concuerdo con gran parte de lo que aquí se expone. Sin embargo y a título del nuevo movimiento que ciudadanos como MEO y otros tantos estan dispuestos a elaborar, me veo en la obligación de aclarar en algún punto la «demora».

No pretendo, tal cual lo hace el nuevo gobierno, arroparme en la escusa del terremoto para justificar el retraso, no obstante, este triste episodio removió en gran parte la evolución del partido. En las regiones no afectadas tuvimos que comprender que la emergencia, en el momento, era otra. Pero con el pasar de los días las bases han tendido a solidificarse nuevamente.

Particularmente, el encargado del movimiento en la XII región ya está de vuelta en Punta Arenas, luego de participar en la primera reunión de conformación para el nuevo partido, en donde líderes de todo el país compartieron ideas y fundamentos. Y a partir desde este viernes comenzamos con las reuniones de conformación. Así mismo es como en otras partes del país se hacen idénticos esfuerzos. Ahora que la tarea es doble, creo que estamos más motivavos, no para ser la nueva concertación, sino para ser la verdadera oposición. Esa que concuerda con todos tus planteamientos.

Saludos cordiales.
Chile Cambió Punta Arenas.

manuelgarate

Bastante de acuerdo con el diagnóstico de Patricio. Hay tantas cosas por hacer aún. Pero desde ya como ciclista me ofrezco para cualquier campaña en favor de facilitar el movimiento de estos vehículos por la ciudad.

wenukura

¿Donde està la nueva concertaciòn?, ¿por què Donde y no «cómo es la nueva concertación»?. La respuesta puede hallarse al ampliar la escala de tiempo y te propongo 3 puntos para unir:

1. En un excelente diàlogo de los Sofistas, Sócrates (un Fernández de la época) le enrostra a Protágoras (un auténtico senador Flores), que en estricto rigor la polìtica a diferencia de otras virtudes, artes y oficios, no tiene maestros ni personas mejor dotadas para el ejercicio de ella, sencillamente es el único espacio en que los jugadores juegan a su manera el mismo juego http://www.filosofia.org/cla/pla/protbil.htm.

2. Recuerdo tambièn una osada editorial de Camilo Henríquez de hace 200 años en la Aurora de Chile (http://www.auroradechile.cl/), en que su afán de ilustrar a un pueblo para que pueda apreciar las grandes obras y de paso comprender que la monarquía no es natural a los hombres, cita el tan mentado contrato social de russeau para explicar el origen de las democracias a través de los representantes como una transición necesaria.

3. En 1841, a 30 años de la recuperacion de la democracia (o el intento por establecerla), va a ser Francisco Bilbao quien enrostrará a los gobernantes de la época (Montt), que el resultado observable de la gesta libertarua, no tenìa relaciòn con los ideales iniciales que inspiraron la revolución de Chile. Va a ser él junto a Santiago Arcos y a otros ciudadanos de la Sociedad de la Igualdad, los que van a invitar a un proceso reflexivo profundo que hasta hoy está inconcluso: NO PODEMOS DELEGAR LA SOBERANIA DE NOSOTROS MISMOS.

Lo que está en crisis, es la Democracia a través de los representantes, la democracia está aflorando como nunca en estos días. El vacío de liderazgo, es en realidad una oportunidad enorme para no renovarle contrato a los «líderes del liderasco», se trata de una ocasión para salir de la trampa que ha significado la democracia representativa: un sucedáneo que es bueno a falta de hacer viable la democracia entre ciudadanos. Cuando la democracia empieza a tener factibilidad técnica — como en estos tiempos de la Internet — que no nos abrume la nostalgia por una forma de organización del pasado.

Lidérate :-), es el llámado de Sócrates, Henríquez, Bilbao y muchos otros, ese legado que fue el sello de la concertación ahora debe evolucionar, eso implica conservar la esencia y dejar de conservar aquello que nos instiga a hacer outsourcing de nuestra propia voluntad.

Ya eres grande Fernandez :-), ya no somos jòvenes emprendendores ni promesas con potencial polìtico, somos ciudadanos como cualquier otro, aceptar ese cargo de representación de uno mismo es una tarea ineludible ;-).

Si tus ideas te representan y estás en la soberanía de tu propia existencia, sólo entonces, puedes unirte a otros para construir una sociedad distinta :-).

Únete a la Coorganización de Partidos Políticos Unipersonales 😉

Saludos
José Pepe Flores
[email protected]

cmorales

Me parece muy bien lo que dice patricio, pero en la concertación debemos realizar un analisis mucho mas profundo que revisar sus adn, debemos dejarnos de hacer politica desde la cuatro paredes en que nos dejo la administracion del «estado».
bebemos hacer la contemplación desde la calle.

pablo-ortega

Patricio. Comparto tu visión del real drama que vivimos y tus sueños y esperanzas.
Tal como dice José Pepe Flores más arriba, el origen de nuestras desgracias ha sido el «delegar nuestra propia soberanía». El haber entregado un cheque en blanco a representantes que prontamente decidieron no representarnos, y no haber reaccionado a tiempo obligando a cumplir ese contrato ciudadano, con la fuerza que la democracia nos otorga. La verdadera democracia.

¿Cómo hemos llegado a ser gobernados por los Dueños de Chile, y a transformarnos en un pueblo sin fuerza, desmovilizado, desconfiado, consumista, individualista, que limosnea el cumplimiento de sus derechos, con partidos destruidos por la ambición, sin conexión alguna con nosotos? Todos somos culpables de esta Tormenta Perfecta que los Dueños de Chile no se imaginaron ni en sueños llegar a provocar.
Enfrentaremos resignadoss que Piñera emule a Bush en Irak y externalice las tareas del Estado? Constitución para Celco, Las caletas para los Luksic.

Sinceramente no tengo receta para salir de este embrollo. Pero algo habrá que hacer. Menos quedarnos esperando que la Concertación se rearme. Alguien confía en la redención de los dirigentes? Alguien confía en quienes se apuñalan diariamente?. Yo no.

Tus reflexiones son similares a las de un grupo de Ciudadanos foristas de El Mostrador que decidieron «hacer algo». Crear algo. No adherir a los planteamientos de un iluminado ni a una propuesta específica. No. Crearla desde cero, Democraticamente. Ya son más de 120 que en 10 días han iniciado la aventura de transformarse de espectadores resignados e indignados de la política a Ciudadanos que protegerán sus Derechos Humanos, Políticos y Sociales.
En este grupo no hay genios ni personajes, solo personas comunes y corrientes con la dignidad a flor de piel y la decisión de golpear la mesa cuando ésta se vea atropellada.

Humildemente te invito a ti y a todos a incorporarse. Todos los corazones a la izquierda son bienvenidos para construir este movimiento, referente, grupúsculo, o lo que salga. Será nuestro y para todos.
http://groups.google.es/group/defensa-ciudadana

Un gran abrazo.
Pablo Ortega

ddesaint

ddesaint

Muy buena columna Pato, sospecho que interpreta a muchos de nosotros. Es claro que los estados de ánimo son a menudo más colectivos que personales.
Se me viene a la memoria la vieja historia del águila (nunca supe ni me interesó saber si es verdadera o no, pues es una muy linda metáfora y con eso es suficiente).
El águila es el ave que posee la mayor longevidad de la especie. Llega a vivir 70 años. Más para llegar a esa edad, a los 40 años ella tiene que tomar una seria y difícil decisión. A los 40 años ella está con las uñas largas y flexibles, no consigue más agarrar a sus presas de las cuales se alimenta. El pico largo y puntiagudo se curva. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas en función del grosor de las plumas, y volar ya no es tan fácil!
Entonces, el águila sólo tiene dos alternativas: Morir… o enfrentar un doloroso proceso de renovación que irá a durar 150 días. Ese proceso consiste en volar para lo alto de una montaña y recogerse en un nido próximo a un paredón donde ella no necesite volar. Entonces, después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear con el pico en una pared hasta conseguir arrancarlo. Después de arrancarlo, espera que nazca un nuevo pico, con el cual va después a arrancar sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, ella procede a arrancar las viejas plumas. Y sólo después de cinco meses sale para el famoso vuelo de renovación y para vivir entonces 30 años más.
La Concertación enfrenta un dilema parecido … y no dispone de mucho tiempo. Tuvo una historia esplendorosa, pero ya no puede vivir de su pasado. Hoy, esos activos que la hicieron sentirse tan orgullosa, se le están volviendo en contra, la mantienen ciega al peligro, se ha vuelto arrogante y distante, piensa que con más de lo mismo recuperará su vigor. Las señales de este envejecimiento venían produciéndose hace ya mucho tiempo, y la falta de reacción ha acelerado la decadencia. Hoy, ha sido desplazada al nido desde donde puede reinventarse. Si la voluntad de cambio no se expresa pronto, me refiero a los próximos meses (y probablemente será doloroso), su destino será una larga agonía previa a la muerte y las nuevas generaciones tendrán que pensar en fundar algo totalmente nuevo.
Finalmente, estoy convencido que las nuevas tecnologías permitirán construir formas de hacer política y modelos de organización muy distintos a los conocidos hasta ahora. Por ejemplo, hoy, es sólo cuestión de voluntad plebiscitar las decisiones relevantes que afectan a la ciudadanía. Pero esa voluntad no existe.

pfernandez

Didier, la metáfora que escogiste funciona perfectamente. Yo no soy de los interesados en el período del lamento, porque, a decir verdad, no lamento demasiado nada. Llegó el momento de cambiar el pico y las uñas, entre otras cosas, porque de seguir con las mismas, el águila ésa deja de interesar. Si se trata de conservar la administración y punto, poco sentido tiene la Cncertación.
Como dice Pepe, el cuento pasa por recuperar la soberanía, y sospecho que por involucrar a gente nueva como todos nosotros mismo, cada cual desde su sitio, sin pedir permiso ni esperar invitación. Doy por descontado que el proceso que comienza tendrá lugar, en un porcentaje importante, en los márgenes de las instituciones acostumbradas. No las descarta, pero habrá de llegar el día en que se las invite y no al revés.

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Patricio Fernández

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