Una persona publicó un artículo en donde expresaba su opinión sobre uno de los candidatos presidenciales. Y partidarios de ese candidato se le han tirado a la yugular, con un fanatismo e histeria incomprensible, llegando a escribir artículos en que se ha puesto a dicho candidato como una víctima de las malas lenguas, y comentarios que se pueden resumir en dos expresiones: “me abrió los ojos” y “dice la verdad”. Pero no ocurre solo con ese candidato en particular, porque hay otros que han logrado esa adhesión ciega de “defenderé a mi candidato hasta la muerte”.
Y no lo entiendo. No entiendo por qué algunas personas se han puesto en esa posición como si en vez de elegir presidente se estuviera hablando sobre el final de la serie Lost o si se es de la Chile o Colo-Colo. Más pensando que el domingo 17 de noviembre los que no sólo tenemos derecho a voto, sino que además lo ejercemos con cierta regularidad, tendremos ante nosotros una papeleta con nueve nombres, nueve candidatos, y más de alguno, como es mi caso, miraremos esa papeleta preguntándonos: ¿Por qué ha sido tan agobiantemente aburrida y plana esta campaña teniendo nueve candidatos?
Las campañas… ¡oh, que fastidio más grande! Salvo por el asuntito del reemplazo del reemplazo, el resto de la campaña ha sido de lo más insulsa. ¿Podría alguien diferenciar por los jingles de las radios quién es quién cuando suenan igual? Regatón y rapeo, o algo estilo evangélico, canciones que no dicen nada, que buscan más bien repetir lo de “Chile, la alegría ya viene” sin comprender que el tiempo en que uno repetía un jingle político ya pasó y ahora se quiere saber cómo ese candidato va a solucionarse los problemas que la ciudadanía denuncia desde hace años. ¿Alguien cree que alguno de los spots televisados valdrá la pena, si en un año de campaña lo único rescatable fue lo de la rana Darwin, que no era graciosa sino una ridiculez? Lo que tenemos por ahora o son campañas del terror usando el mismo lenguaje añejo de los últimos 40 años, o apelan a las emociones, o apelan a la crítica de tirar palos a cualquiera. Es increíble que los candidatos a otros cargos estén haciendo cosas más creativas (mientras menos recursos más creativos) mientras que las presidenciales están siendo soporíferas. Y eso debería preocuparnos, porque si un candidato presidencial ni siquiera es capaz de contratar a un grupo de publicistas creativos que hagan una campaña que realmente motive o que de que hablar, ¿qué podemos esperar que haga siendo presidente? ¿Cómo va a enfrentar por ejemplo una huelga masiva (que las habrá)? ¿Con sensiblería, victimización, con sólo criticas al “anterior gobierno”, con la ley Hinzpeter?
El discurso común de todos es un “está todo mal” y contra los políticos o la forma de actuar en política, pero usan las mismas herramientas negativas que critican, solo que están tan manoseados esos recursos que aburren. Si miramos las polémicas, una pelea entre caracoles tiene más emoción. Si se juntan los dimes y diretes, los ninguneos y las réplicas, todas suenan casi calcadas a diálogos de María Mercedes o María la del Barrio o Marimar (da igual, era el mismo libreto). Lo único que falta es que alguien diga “Maldita Billetera”, “zarrapastrosa” o “naca”. Lo que pasó en el no-debate de la Asociación Nacional de la Prensa fue vergonzoso: gran parte de los candidatos que se presentaron se habían especializado en lloriquear porque no tenían la misma cobertura que los candidatos de alguna de las coaliciones. ¿Y qué hicieron cuando por fin tenían pantalla? A tirarse barro mutuamente y criticar al candidato que no se presentó. No se debatían ideas, no sólo porque las que se mencionaban eran vagas y superficiales, sino porque no se estaban escuchando, salvo las tonteras. Ninguno escuchó lo que el otro decía, sólo se dedicaban a oírse ellos y a criticar a los demás.
Aunque claro, ¿para qué escuchar al otro si en el fondo estaban diciendo lo mismo? Porque esa es la otra cuestión aburrida de esta campaña: ¿cuál es la diferencia real entre un candidato y otro? Se puede decir “Es que este pertenece a esta coalición y este es independiente”. Sí, alguno por ahí se autodefine como “independiente” porque no está ligado directamente a alguno de los partidos políticos tradicionales… pero, ¿quién puede probar que no estén ligados más de alguno a los poderes fácticos tradicionales? No hay transparencia en la forma en que se están financiando.
Pero eso, que puedo pasar por alto porque no creo que exista en política eso de “independiente”, no significa que pase por alto otras cosas. Pertenezco al grupito minoritario de chilenos que se ha tomado la molestia de leer los programas de los candidatos (los que están disponibles) pero también a escuchar cuando se les entrevista al respecto (sobre todo cuando se les entrevista en la radio). ¿Qué es lo que están diciendo? Repetir, repiten lo que los mismos ciudadanos llevamos diciendo desde hace años, incluso hace décadas, pero cuando se les pregunta “¿Y cómo pretende llevarlo a cabo?” se bloquean y se contradicen, porque no se han tomado la molestia de comprender lo que se está cuestionando. Se hacen denuncias, sí, pero ahí quedan, lo que no es lo que se busca en un presidente. Por eso me parece absurdo que un ciudadano diga que un candidato “le abrió los ojos” ante tal o cual situación, porque en vez de votar debería ir a un oculista. El ciudadano es el que tiene que abrir los ojos al político a un hecho que el político o no ha visto o ha visto mal, más cuando este va a candidato a presidente, porque cuando llegue al cargo, esa persona debería hacer algo: solucionar ese problema. Y es donde más topan todos los candidatos: en la parte de las soluciones.
Pertenezco al grupito minoritario de chilenos que se ha tomado la molestia de leer los programas de los candidatos (los que están disponibles) pero también a escuchar cuando se les entrevista al respecto (sobre todo cuando se les entrevista en la radio). ¿Qué es lo que están diciendo? Repetir, repiten lo que los mismos ciudadanos llevamos diciendo desde hace años, incluso hace décadas, pero cuando se les pregunta “¿Y cómo pretende llevarlo a cabo?” se bloquean y se contradicen, porque no se han tomado la molestia de comprender lo que se está cuestionando.
La mayor parte de los candidatos hablan de regionalización, de educación, de salud… pero hablan de inyectar recursos, no de enfrentar el problema de fondo. ¿Es realmente la falta de recursos el gran problema en educación? No. Ha aumentado en estos años los fondos a educación, lo que no se ha hecho es atacar el fallo: cómo se distribuyen y se fiscalizan. Cortar con los particulares subvencionados no es lo mismo que hablar de que tenemos excesivamente burocratizada a la educación, y que los recursos asignados en el presupuesto van a mantener esa burocracia, no llega ni a los profesores ni a los alumnos. Y en vez de cortar con esa burocracia, se habla de crear más y más instancias. Algunos hablan de bonos en sus propuestas, bonos para transporte, bonos de marzo. ¿Por qué hay que entregar bonos? ¿Por qué, por ejemplo, en vez de dar bonos por el Transantiago no se hace algo contra el hecho de que haya gente que se está gastando más de 25.000 pesos mensuales en un transporte mediocre e indigno que genera ganancias para sus dueños de más de 4 billones de pesos? Se está criminalizando a las personas por no pagar un pasaje (lo cual no es cierto, porque Transantiago está subvencionado con dinero público, así que esas personas sí han pagado parte de su pasaje) en vez de haber hecho lo que debería haberse hecho: cargar la tarjeta con 10.000 pesos mensuales, pero en ese mes la persona puede subir al metro y al bus las veces que quiera. Pero no se puede hacer, ¿verdad? Porque por cada carga de tarjeta, un porcentaje va a Sonda que está a cargo de gestionar la tecnología del sistema, y a Banco Estado, de Chile, BCI, Santander y CMR Falabella, porque son parte del Administrador Financiero del Transantiago o AFT. Un enorme negocio, en que los perjudicados somos todos los chilenos, porque la subvención es del fondo de todos los chilenos, vivamos o no en Santiago, como si en otras partes de Chile no hubiera graves problemas con transporte. ¿Importa un bono para personas que ganen un sueldo inferior, cuando tenemos una enorme precariedad laboral? Cada vez menos personas tienen un contrato indefinido, cada vez más personas están sometidas a los contratos temporales. ¿Se enfatizará en las fiscalizaciones para que se frene este abuso? No recuerdo algún candidato que aluda a eso, más que con vaguedades.
Sí, ya sé que alguno dirá “Pero mi candidato ha dicho esto sobre esto” o “Mi candidato sí es original”. Lo siento, pero no lo veo. Eso es lo que me está preocupando, que salvo en aspectos muy puntuales tenemos a nueve de lo mismo, repitiendo las mismas tácticas que hemos soportado durante años de los políticos. Veo que estos candidatos están decididos a ganar, y para eso harán lo que sea, comenzando por poner en sus programas lo que diga la gente, y así tenemos a algunos que han partido con una idea y luego, cuando ven que en Twitter se la critican, cambian, dando giros en algunos temas de hasta 180 grados. ¿Así van a ser como presidentes?
Por favor, los ciudadanos no debemos debatir entre nosotros defendiendo a tal o cual candidato. Tenemos que estar unidos para destrozarlos a críticas antes del 17 de noviembre. Porque son ellos, no sus partidarios, los que tienen que explicarnos en detalle qué es lo que harán si llegan a presidente (no lo que «tal vez» harán para luego hacer lo de siempre: no cumplir ni con la décima parte del programa), cómo lo harán y cuál es el real beneficio que obtendremos de eso. No darnos por nuestro lado y luego hacer lo que les conviene a ellos, porque eso no puede aceptarse ni siquiera al Alcalde Alcibiades.
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LuisEmilio1506
Hay al menos 3 candidatos que no pertenecen a los dos grandes bloques que proponen lo mismo, las ideas de Holt y Parisi me parecen similares, mientras que Israel y Sfeir centran su campaña política en las regiones y la sustentabilidad respectivamente. De esos 7 candidatos, ninguno ha logrado posicionarse como una real alternativa a los dos «colosos», ya sea porque se han dedicado solamente a criticar a sus dos contendores más fuertes sin realizar propuestas, o porque simplemente se parecen demasiado a otros candidatos. Ojo, y aquí no hay excusas que los medios de comunicación no dan espacios, porque en el debate presidencial realizado por la ANP era la ocasión para que los candidatos propongan, y terminó siendo una carniceria en contra de Evelyn Matthei sin presentar grandes propuestas.