Trabajé muchos años como médico en el CRS esperando años poder tener hospital. Cuando estaba terminando de construirse era diciembre de 2013. Fui parte de las reuniones en que expusimos requisitos mínimos de atención. El nuevo hospital tenía falencias evidentes: número escaso de box de atención, la distancia excesiva en que construyeron el recuperador (donde se atienden los pacientes más graves) sin un médico fijo ahí tocaba correr y la escasa disponibilidad de insumos.
Nadie escuchó y se abrió el hospital, el servicio de hospitalizados primero y luego la urgencia. Hicimos el último turno en el CRS con la pena de dejar un lugar en el que con pocos recursos lográbamos mucho. Nos esperaba al otro lado nuevos jefes, muchos gritos, desorden, lo propio de un cambio de casa. Mañalich y Piñera inaugurando a toda velocidad, muchos flashes… Desestimaron para la urgencia todas las solicitudes. El 4 de enero me hice un test pack que resultó positivo. Era una buena y deseada noticia. Hasta que me tocó el primer turno a tan sólo unos días de la inauguración con las fotos, el de la sonrisa tiesa y los periodistas. Corrí a los timbres de paro. Aprox 1 a 2 min de distancia que podían significar vida o muerte. Pedimos más médicos. Se negaron.
Pasamos muchas situaciones difíciles como toda urgencia pública. Pero no volví a sentir que alguien se moría frente a mí, sin poder hacer nada porque a otros les importan más las fotos y los titulares.
Estaba reanimando. Necesitaba insumos básicos. Pido un laringoscopio: me dicen que el que está lo sacaron la noche anterior del recién cerrado CRS a hurtadillas porque el súper hospital no tiene. Pido un par de fármacos -drogas vasoactivas- para mantener un corazón latiendo. Me responden que no hay. Mi propio corazón se detiene un segundo. ¡¿Cómo no va a haber si se supone que este lugar es de alta complejidad y lo inauguraron recién!? Me dicen que buscaron y no encuentran. Traslado al paciente. No se murió, por suerte… Al día siguiente luego de encomendar a Dios (dejé el ateísmo por esa noche) a unas cuantas personas, compartimos experiencias con mis compañeros de los otros turnos. Para mi sorpresa, no fue casualidad ni un error puntual. ¡Todos estaban sin recursos MÍNIMOS para una urgencia! Y mucha gente esperando atención sin espacio y otros tanto pidiendo exámenes o soluciones para las que no existía lo prometido.
Piñera y Mañalich una vez más llenando de promesas falsas, pero esta vez estaba en nuestras manos la ejecución del trabajo sucio. Dando la cara y recibiendo insultos por una urgencia inaugurada prematuramente, a pesar de nuestras solicitudes de dar certezas de condiciones mínimas. Con cálculos de recursos para menos de la mitad de las atenciones de lo que ya atendíamos en el CRS. Se acababan los insumos y no quedaba nada, ni siquiera poder realizar exámenes básicos y gente exigiendo un scánner porque lo dijeron en televisión! Días oscuros en que sólo era azar lo que podía pasar.
Nos organizamos con todos los estamentos en el hospital, todos sufríamos la escasez para la atención, no sólo médicos en la urgencia. Y paramos el hospital completo (la gente no sabía que les hacíamos un favor con eso). Muchos se enojaron. Muchos apoyaron. Nos organizamos como capítulo del colegio médico. Pedimos ayuda. Volvimos después de negociar con las autoridades la garantía de los recursos básicos.
Luego vino la redada.
Primero despidieron al presidente del capítulo. A mi me perseguían cada vez que iba al baño… informé mi embarazo y al día siguiente me echaron vía mail con copia a más gente de la necesaria, con una irónica respuesta de felicitación y confirmación del cese. Nos insultaron. Se logró intimidar y varios se fueron, pero asumió el gobierno siguiente y mucho del daño se reparó. Aún se pagaban los costos acumulados de las acciones mal realizadas, pero al menos se pudo atender en condiciones que no fueran miserables sin la falsa propaganda de un hospital que iba a resolver TODO y que NO estaba listo. Pasamos muchas situaciones difíciles como toda urgencia pública. Pero no volví a sentir que alguien se moría frente a mí, sin poder hacer nada porque a otros les importan más las fotos y los titulares.
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