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iedusal
Jorge, en ningún momento he señalado que los individous carecen de voluntad propia ni que sus ideologías sean idénticas de acuerdo a su clase social. Lo que critico es la facilidad con la que se asume la voluntad como eje organizador de la vida material, y por lo tanto como forjador de ideología, desde el ala liberal-progre. Las condiciones materiales limitan los espacios de voluntad, y ello no puede desconocerse como organizador de la vida y de la internalización individual de la moral colectiva. Lo que tu señalas con certeza como un error de mi argumento (de que no existen intereses colectivos inmanentes por sobre los colectivos y subjetividades individuales) es una postura, no representa un error probado, sino que emana de formas axiomáticas de entender la organización social.
Si estoy de acuerdo en que los individuos persiguen sus propios intereses, pero ello ocurre en un marco material y cultural, y por lo tanto los intereses serán reprimidos o facilitados de acuerdo a comportamientos y dispositivos morales, no necesariamente serán normados jurídicamente como se pretende hacer desde el mundo liberal-progre.
avalverde
Me gustó la idelogía «liberal-progre».
Gracias.
jorge1812
Iván, dices no haber “señalado que los individuos carecen de voluntad propia ni que sus ideologías sean idénticas de acuerdo a su clase social”.
Pero partes tu artículo diciendo: “Ser “liberal-progre” en Chile es ser de la élite. Ideológicamente y también materialmente. Ideología y entorno cultural/material están directamente relacionados”.
Luego, en otro párrafo dices: “Esas categorías crecientemente representan solamente diferencias de identidad, testimonio, y símbolos, pero cada vez son más limitadas PARA ENTENDER LA POLÍTICA COMO DIFERENCIAS IDEOLÓGICAS, COMO DIFERENCIAS EN CONCIENCIA PRODUCTO DE CONDICIONES MATERIALES”.
Clarito, condiciones materiales establecen diferencias en conciencia.
Y luego, nuevamente refuerzas esa idea al contestarme, diciendo: “Las condiciones materiales limitan los espacios de voluntad, y ello no puede desconocerse como organizador de la vida y de la internalización individual de la moral colectiva”.
¿Cómo las condiciones materiales limitan los espacios de voluntad? ¿Acaso no tener unos zapatos caros me limita a ejercer mi voluntad de caminar?
¿Y cuál es la moral colectiva? ¿Cómo surge, de la condiciones materiales comunes?
Y fíjate, renegando de eso, dices: “Lo que critico es la facilidad con la que se asume la voluntad como eje organizador de la vida material, y por lo tanto como forjador de ideología, desde el ala liberal-progre”.
Pero olvidas que efectivamente, la voluntad, en gran parte opera como eje organizador de la vida material de las personas…así decidimos qué comes, qué vistes, cuando duermes, etc.
Concuerdo en que no necesariamente es forjadora de ideología, que es un concepto más complejo que sólo una falsa idea o falsa conciencia, como creo la consideras.
Saludos
iedusal
El problema es redundante. Es la diferencia entre tu postura y la que expreso en el texto: ¿es la voluntad forjadora de la vida material o la vida material forja la voluntad?. Mi postura es la segunda. La liberal-progre es la primera. Lo demás es criticar los recursos retóricos del texto.
Saludos.
jorge1812
Iván, creo que no es simplemente un tema de posturas. Si fuera así, tu artículo no tiene mucho sentido.
jorge1812
Interesante aplicación de criterios marxistas para el análisis y cuestionamiento del pensamiento “liberal-progre”, pero claramente débil y errada en sentido estricto.
Desde el punto de vista marxista y del artículo, la ideología no se origina en la inteligencia individual sino que es reflejo de la condición de clase material, se impone en la mente por la realidad y por tanto, sería idéntica en todos los miembros de la clase.
A partir de ese argumento, las ideas e intereses de la mayoría –la acción colectiva como algo natural- serían las correctas pues sería fiel reflejo del entorno cultural material de los individuos. Cualquier atisbo de individualidad o cuestionamiento a la mayoría es visto como revisionismo e incluso traición.
De ahí que no sea difícil que el autor, considere a cualquiera que no considere a “la acción colectiva como algo natural”, sino como algo individual, un desclasado o un representante del pensamiento de la clase dominante.
Pero todo eso parte de un error, que es presuponer que la las personas carecen de voluntad propia, y que sus acciones responden totalmente a las condiciones materiales donde se desenvuelven.
Lo cierto es que no existen intereses colectivos inmanentes, que estén por sobre los intereses y subjetividades individuales.
Cada individuo persigue su propio interés, incluso el líder más igualitaristas y altruista. Eso no quita cooperar y actuar colectivamente, pero siempre esa decisión es individual.