Las expectativas puestas en el cambio del padrón electoral chileno para las próximas elecciones municipales son grandes, tanto por lo que podría ocurrir, como por lo que no.
En ambos escenarios hay apuestas contundentes por parte de la clase política. Algunos hablan de un aumento real del 20% en la participación, y otros incluso se atreven a decir que disminuiría el voto en las municipales.
La pregunta correcta debería ser ¿qué variables deben ser consideradas para dicho análisis? ¿Qué cuestiones harán que la balanza se incline en una hipótesis o en otra? Siguiendo el análisis de la cientista político Elena García-Guereta, de la Universidad Complutense de Madrid, la participación electoral puede medirse tanto por el número total de votos emitidos como por la cantidad de elecciones de un país. Se concluye que en los países europeos la mayor cantidad de partidos y la polarización ideológica de estos permiten un aumento en la participación, al contrario de lo que podemos ver en Estados Unidos, donde, al tener sólo dos grandes partidos y un sistema de inscripción que no incluye a toda la población, la participación es más baja.
En Chile, la participación electoral comienza a caer desde el retorno a la democracia, y la entrada de la inscripción automática y el voto voluntario nos llevan a las puertas de un nuevo escenario. Teniendo en cuenta las experiencias de Estados Unidos y Europa, podríamos decir que debiéramos esperar un aumento en la participación, debido a la gran cantidad de candidatos, coaliciones, pactos y sub-pactos que se presentan para estás municipales.
Está por verse si la indignación de estudiantes y personas que adhieren a causas como el “no a las termoeléctricas” se expresará en las urnas o sencillamente es otro trending topic más. En esto último me detengo. La presencia de las redes sociales abre otra variable a discutir. El único caso que tenemos hasta ahora es el de la comuna de Providencia, donde las redes sociales y los medios de comunicación ubicaron a Cristóbal Bellolio en la cúspide de la intención de voto, pero donde una Pepa Errazuriz que al parecer no conocía nadie, para el código del supuesto ranking electoral, gana unas primarias que prometen aún más atención mediática en octubre.
Atrevernos a decir qué pasará sería pasarse de listo. Es mejor ver con atención y analizar en frío lo que ocurrirá. Lo importante es saber si estos nuevos electores tienen lo necesario para cambiar Chile, si de verdad estamos en una sociedad donde a los ciudadanos les importa que vaya ocurrir con su barrio, su ciudad o su país. Si verdaderamente estamos preparados para pasar del teclado al lápiz, donde nuestro voto sea algo más de lo que ha sido en los últimos 20 años.
—-
Foto: 24horas.cl
Comentarios