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Del descontento a la deshumanización

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Las últimas manifestaciones en el país han dejado en evidencia un problema que más que político es social y por sobre todas las cosas humano.

Si el 2011 atribuíamos la violencia en las calles al descontento de los y las jóvenes y a la rabia que les provocaba vivir en un sistema injusto, hoy, es posible llevar el análisis un poco más allá y entender que aquellos movimientos o grupos que luchan contra el sistema han arraigado en su seno una de las características más propias de éste: el individualismo. Lo que se demuestra cada vez que se incurre en actos violentos que afectan directamente a la clase trabajadora que dicen o pretenden defender.

Cuando un trabajador muere, como sucedió en Valparaíso, cuando un camión es asaltado como ocurrió en la comuna de Concepción, cuando las personas no pueden llegar a sus lugares de trabajo o cuando se destruye un semáforo sin pensar que al día siguiente se puede provocar un accidente. Ahí, en esos momentos, la lucha deja de ser por el pueblo y se transforma nada más que en una pelea tozuda y egoísta, la pelea de considerar que sólo la idea individual es la correcta.

Hoy fuimos testigos del brutal ataque a una figura de Cristo en la vía pública por parte de un grupo de manifestantes que, con la cobardía propia de quién no sabe realmente lo que hace, escondían su rostro. No es primera vez que algo así ocurre en país, sucedió anteriormente en Punta Arenas con la destrucción del interior de la catedral.

No soy cristiana, ni profeso fe alguna, pero no necesito hacerlo para respetar plenamente lo que otros creen.

Hoy fuimos testigos del brutal ataque a una figura de Cristo en la vía pública por parte de un grupo de manifestantes que, con cobardía, escondían su rostro. No soy cristiana, ni profeso fe alguna, pero no necesito hacerlo para respetar plenamente lo que otros creen.

La irresponsabilidad política de los actuales dirigentes estudiantiles, quienes no han sido capaces de hacerse cargo de su propio discurso, sumado al individualismo y egoísmo de muchos de sus adherentes han generado que la violencia y la falta de respeto y consideración se conviertan en protagonistas de un movimiento social que en sus inicios sí velaba por los intereses de la clase trabajadora.

Para quienes nos consideramos de izquierda y abrazamos la lucha por una sociedad más justa y democrática, debemos asumir ante todo la defensa de la libertad y sus principios, entendiendo siempre que ésta no existe si no es acompañada de un enorme sentido de la responsabilidad.

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Vanja Rogosich

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7 Comentarios

C. Fuentes

totalmente de acuerdo, estos grupos da la impresion que solo se articulan para generar destrozos con cero sentido politico; los medios difunden profusamente los desmanes y finalmente las ideas fuerza de las marchas quedan relegadas a un 2° o 3er plano… y de paso favorecen a la derecha para que siga arremetiendo con politicas orientadas a privarnos de derechos a todos… seria bueno que pensaran para quien estan trabajando, al parecer no lo saben.

    Jose Luis Silva Larrain

    No me parece que articulo tenga las reflecciónes correctas. En los años 60 las manifestaciones callejeras llevaron al país al caos absoluto, con un discurso con un tono muy similar donde se pedía prácticamente todo lo que ahora tienen. Ahora es un país con muchos problemas pero que todavía es riquísimo si se compara con el de entonces, con un acceso masivo a la educación superior que era lo que se reclamaba antes, ahora el “bienestar del pueblo” ha superado absolutamente a las expectativa mas ambiciosas de esos años 60, etc…

    En el supuesto caso que ud. pudiera darles todo lo que piden ahora, volverían a salir violentamente a las calles para pedir más, y si ya no se les ocurre que mas pedir, entonces lo harían para rechazar lo que usted les dio y de hecho es parte de lo que ahora ocurre. ¿Sabe porque? Porque su visión es equivocada: La lucha nunca fue por el bienestar del pueblo ni menos por la justicia, ¿Qué justicia quiere alguien de clase media si sólo pretende recibir beneficios para igualarse con los mas ricos en lugar de renunciar a ellos para igualarse con los mas pobres?, ¿Es ese su sentido de «equidad»?. “Su lucha” siempre fué individualista, por codicia, por envidia, por lo mas oscuro de los individuos: Los que que violentan las calles tienen la conciencia igual de oscura que aquellas autoridades políticas que hacen una aganda nacional con el realato de ésta, la peor parte de las personas.

    Saludos

Pablo

Andar rompiendo cosas por la vida de veras no me parece correcto, pero creo que ha sido demasiado el escándalo por una figurita de yeso: Con esa lógica, el día que alguien destruya un viejito pascuero inflable probablemente las personas como tú deberían llorarlo de la misma forma, al fin y al cabo ambas figuras son lo mismo: un mito. Creo que tú como ciudadana inteligente deberías preocuparte de la destrucción de cosas más importantes, por ejemplo, la seguridad social; el día que por decreto nos cambiaron el sistema de reparto solidario por las AFP’s nos condenaron a la miseria; el día que nacieron las Isapres dejamos a los pobres morirse en sus enfermedades. Sumar y seguir no tendría sentido porque entiendo que tienes cierto nivel de academia y estarás enterada del bombardeo a La Moneda y esas cosas que de veras duelen, así que, como para que llores con ganas, te invito a que en tu próxima columna condenes los ataques a santuarios mapuches por parte de terratenientes ambiciosos y empresas depredadoras en el sur y condenes también el paso del rally dakar por el norte de Chile, que también ha destruido lugares sagrados de los diaguitas. Ah, para cerrar, recuerda también que el Dios de los que adoran la figurita en cuestión les tiene prohibido a sus borregos «el adorar ídolos».

    Vanja Rogosich

    Me parece que su respuesta don pablo, sólo reafirma mi preocupación respecto a la falta de respeto imperante. Cuando uno rechaza la violencia la rechaza en todas sus formas y se comporta de acuedo a los principios que dice defender. Eso es en escencia lo que intento transmitir y no tiene que ver con lo que me produzca o no una cruz.

    Servallas

    Estimado, se ve lo poco que reflexiona y como el discurso de cierto sector ideológico se lo comprado enterito, con envase y todo. Quizás piense que hay paraísos donde los estados tienen un amado líder a la cabeza que le solucionan todos los problemas a su población, tienen estupendos servicios gratis de salud, unas regias pensiones que le permiten pasearse en trasatlántico cuando apenas cumplen 60, y además por cierto, viven en medioambientes totalmente naturales y protegidos, los empresarios no existen o están presos,  y así, en medio de tanta felicidad no hay teoría de la conspiración sólo versión oficial, tampoco  ideologías de odio y el delincuente es un respetado actor social libre de robar a quien quiera porque se le reconoce que tuvo problemas en su niñez, los comisarios de pueblo, los soplones de la cuadra, los sapos y los tribunales populares son personas de bien, ahh, por supuesto no hay Santa Claus ni Jesus, y el regalo de cumpleaños de los niños es un bello libro de dibujitos de un abuelito llamado Karlitos Marx.

Pablo

Creo que la respuesta de la columnista (sin argumento alguno) solo demuestra que habla porque tiene boca

Jorge

Las manifestaciones violentas dirigidas por un escaso número de estudiantes, cuyo sello político corresponde a aquellos que sabemos quienes son, (los que no quieren ni Dios ni Estado) han terminado por aburrir a la gente y a retirarles el apoyo que con tanto entusiasmo empezaron años atrás. No siendo creyente, no me debería preocupar lo que pasó con ese Cristo, sin embargo, me preocupa. Es la intolerancia llevada a su grado máximo es la imposición de una creencia por sobre otra por la fuerza, es la locura extrema,es odio encapsulado en cabezas calientes que solo quieren destruir nuestra identidad…..de alguna manera me recordó la KRISTALNACHT de los nazis en la Alemania de Hitler.

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