Junto con el avance del movimiento social y de estos fenómenos culturales del anti, también hemos comenzado a identificar a los que personifican nuestros anticuerpos, la clase política, las siete familias del mar, el selecto club de la educación (con sus colegios particulares, los particulares subvencionados, las universidades privadas, etc.), las isapres, la banca, entre otros selectos grupos “intermedios”.
Terminaron las elecciones presidenciales y el resultado de este proceso electoral votó claramente por realizar cambios a nuestra sociedad, al menos así lo demuestran los resultados:
Marcel Claude Reyes (185.072) |
Marco Enríquez-Ominami Gumucio (723.542) |
Roxana Miranda Meneses (81.873) |
Michelle Bachelet Jeria (3.075.839) |
Alfredo Sfeir Younis (154.648) |
TOTAL: 4.220.974
Tomas Jocelyn-Holt Letelier (12.594) |
Evelyn Matthei Fornet (1.648.481) |
Franco Aldo Parisi Fernández (666.015) |
Ricardo Israel Zipper (37.744) |
TOTAL: 2.364.834
Según esta “estadística” concreta, nos muestra que desde un tiempo a esta parte, ya no nos conformamos con el discurso repetido de: “salga quien salga las cosas seguirán igual”, “mañana tendremos que trabajar igual”, “no me interesa la política”, “hagamos lo que hagamos las cosas no cambiarán”, las falacias de los noventa hasta el dos mil diez ya no hacen eco en la sociedad, claramente estamos diciendo que queremos cambios, más de un 60% de la población votó por opciones de cambio al modelo.
No es baladí que se promoviera un mecanismo no establecido en la legislación e inédito en nuestro país como marcar el voto con las iniciales de Asamblea Constituyente, acto que desafía la institucionalidad desde la propia institucionalidad.
La hegemonía neoliberal ha dejado de ser tal, hoy está en disputa dicha hegemonía y los que estamos en contra aún seguimos dispersos, pues de lo contrario, lograríamos muchos cambios y más avanzados de los que se lograrán en este próximo período presidencial.
Lo que está ocurriendo.
En los preparativos de asunción del próximo gobierno, los recientemente designados, ministros, subsecretarios e intendentes del próximo gobierno de la Nueva Mayoría, han marcado la escena político periodística de las últimas semanas, como nunca antes habíamos visto en nuestro país.
Claramente se esperaba que los nombramientos que realizaría la presidenta electa Michelle Bachelet darían de que hablar per se, no obstante aquello, muy pocos esperaban que dieran que hablar desde el cuestionamiento, que ha emanado desde la propia ciudadanía.
Éstos van desde lo ético, judicial, sumarios, conflictos de intereses hasta acciones y declaraciones. Lo novedoso radica en que por primera vez en Chile, los cuestionamientos se centran en las posiciones político-ideológicas de las autoridades designadas y esto no es menor, pues nos habla de un debilitamiento de la hegemonía ideológica de nuestro país.
Hoy se señala con el dedo a quien apoya al modelo neoliberal, principalmente a los que sustentan su variante educacional, quienes están a favor del lucro. Los que adhieren y lucran con el modelo están siendo lapidados por el movimiento estudiantil (claro ejemplo, las declaraciones del hijo de la renunciada subsecretaria Peirano), pero no tan solo por el movimiento estudiantil, sino por la sociedad en su conjunto (mayoritariamente la paga por la educación).
Algo ha cambiado en nuestra sociedad, hemos construido un anti, un anti lucro, un anti negociado, un anti conflicto de interés, un antineoliberalismo, una negación de lo establecido.
Junto con el avance del movimiento social y de estos fenómenos culturales del anti, también hemos comenzado a identificar a los que personifican nuestros anticuerpos, la clase política, las siete familias del mar, el selecto club de la educación (con sus colegios particulares, los particulares subvencionados, las universidades privadas, etc.), las isapres, la banca, entre otros selectos grupos “intermedios”.
Lo paradójico de estos diversos grupos intermedios, es que en lo político ideológico muchas personas que pertenecen a estos grupos se encuentran dispersos en partidos de la alianza, en la nueva mayoría y otros partidos políticos que no necesariamente se encuentran en estos dos bloques.
Es necesario dar un salto más allá del análisis de sus posiciones político ideológicas, y analizar desde lo concreto, ¿Cuál es su relación en la economía?, lo que comparten estas personas es la defensa de intereses en función de su posición en la economía. Más claro, analizar sus intereses de clase.
Por tanto hoy, el conjunto de nuestra sociedad que está interesada en lo público, está cuestionando las bases del modelo económico, y por otra parte poco a poco comenzamos a personalizar la clase social que defiende dichas bases.
En la otra vereda, debemos reconocernos –los que estamos en contra de estos grupos y del modelo- como una clase o clases, con claridad en nuestra posición en la economía, y desde ahí comenzar a articularnos con nuestros propios intereses.
La unidad de los trabajadores y una posición político-ideológico es determinante en la transformación de la sociedad, desde esta identidad y unidad los neoliberales han mantenido y mantienen las bases de un modelo que sólo los beneficia a ellos.
Es necesario que pasemos de este negación llamada antineoliberalismo, a una proposición clara de sociedad a construir, el legado que dejaremos a las generaciones venideras.
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Foto: rafa2010 / Licencia CC
Comentarios
14 de febrero
Es tremendamente arbitrario, antojadizo y hasta «patudo» adjudicar la base de votantes de MB a gente q pide un cambio en la sociedad.
Si bien la maquinaria propagandista de MB logró, espectacularmente, generar la sensación de cambio, su voto duro fue el antiguo voto consertacionista.
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16 de febrero
Puede basurear todo lo que quiera contra todos pero fue la señora Bachelet, la postura mas conservadora y además plato repetido la que tuvo los 3 millones de votos. Si UD. tuviese razón esos 3 millones de votos serian para Marcel Claude.
Saludos
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