Dirección y sentido
La salida a la actual crisis por la que atraviesa el país, sigue siendo la misma que antes del estallido social: más y mejor democracia con justicia social, un Estado moderno al servicio de sus ciudadanos y basado en el respeto irrestricto y en todo momento a los derechos humanos.
Ese camino lo representa la opción sí apruebo a una Nueva Constitución pues junto a la alternativa por la Convención Constituyente abre una puerta cierta en dirección a los cambios que Chile necesita.
Pero es solo una puerta de ingreso a conquistar. El país habrá que reordenarlo para fines de justicia social sobre la cual descanse su convivencia civilizada; la política recomponerla para contribuir a resolver democráticamente las contradicciones de la sociedad y la ciudadanía mantener una actitud activa en defensa de sus intereses al amparo de formas más expansivas de participación democrática. A continuación, algunos ejes en esa dirección:
1.- Rol del Estado
Una sociedad moderna busca la integración de sus miembros, distribuyendo poder y riqueza. En efecto, derechos políticos sin derechos sociales asociados que garanticen a todos los habitantes de la nación un piso básico para poder crecer y desarrollarse, no serán suficientes para construir una sociedad civilizada. Pero tampoco lo será si es que la riqueza no es distribuida justa y equitativamente entre sus miembros, la codicia acotada y los abusos ejemplarmente sancionados.
La evidencia nos señala que el mercado por sí solo se pervierte como lo indican las colusiones empresariales, ahonda en las desigualdades, no agrega valor a los procesos productivos y por sobre todo no construye país, por lo menos en los términos que acá lo concebimos, es decir, con un mínimo de decencia en las relaciones sociales y económicas e integrando a sus miembros a los frutos del desarrollo, rol esencial de todo Estado democrático.
2.-Libertades versus derechos
La “libertad de elegir”, además de ser mentirosa, porque no todos tienen recursos para “elegir”, es profundamente individualista, puesto que genera condiciones para debilitar todo aquello asociativo y comunitario, y es lo que debilita la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos. En un contexto de darwinismo social como el nuestro, los depredadores ganan.
Por eso, para superar positivamente la limitación de la concepción neoliberal que antepone la “libertad de elegir” a todas las demás libertades, es decir restringe la libertad a la capacidad individual a quien pueda comprar salud, educación, pensiones, entre otros, el país requiere avanzar decididamente hacia un modelo de sociedad basado en derechos universales, que permita emparejar la cancha como ocurre en la mayoría de los países con democracias avanzadas.
3.-Derechos Políticos Individuales y Régimen Político
Una democracia plena debe permitirle a toda persona ejercerlos en total libertad, elegir y ser elegido en los sistemas de representación a cualquier nivel en el que existan, en un contexto de respeto a lo distinto, a las minorías, a la diversidad sexual y de género, a los pueblos originarios otorgándoles rango constitucional en el marco de un Estado plurinacional, y teniendo a la democracia y al pluralismo como el sustento que amalgama la convivencia de la sociedad.
Así, es función básica de la política institucional crear los canales que hagan efectiva la participación ciudadana en los asuntos públicos. Es preciso reiterar, que en la sociedad digital de nuestros días, la política institucional es otra forma más, no la única.
Por ello, es necesario incorporar en la Nueva Constitución, formas de democracia directa en la que la ciudadanía tenga la opción de participar del proceso político, en complemento a los procesos electorales que ocurren cada cuatro años en la mayoría de los niveles del Estado: los plebiscitos vinculantes, son herramientas concretas y prácticas, que permiten corregir la marcha del país cuando el proceso político presenta visos de descomposición o estancamiento como el que vivimos.
Es necesario incorporar en la Nueva Constitución, formas de democracia directa en la que la ciudadanía tenga la opción de participar del proceso político, en complemento a los procesos electorales que ocurren cada cuatro años
4.-Derechos Universales
El horizonte es avanzar hacia una sociedad construida sobre la base de Derechos Universales, también llamado Estado Social de Derecho o Estado de Bienestar sobre el que se fundan las libertades individuales. Lo sustantivo de las sociedades bajo estos modelos es que a partir del Estado mantienen el control de los bienes esenciales para el desarrollo de un tipo de sociedad más humana, decente y pacífica.
Los países con Estados de Bienestar cuentan con una mejor institucionalidad democrática, las leyes en general se respetan, la codicia está acotada, la corrupción es sancionada y la distribución del ingreso es más justa. El juego de la política democrática ,sin las trampas de nuestro ordenamiento jurídico, ha permitido que subsistan en el tiempo.
5.-Economía pujante y solidaria
Por todo ello, al Estado le cabe un importante rol en los procesos productivos a que ha dado lugar la economía del conocimiento.
En tal sentido, el Estado deberá asumir un rol de fomento productivo en sintonía con el medio ambiente, con fuerte acento en ciencia y tecnología, que le permita al país desarrollar nuevas capacidades de cara a los desafíos del siglo XXI y asegurarle a las nuevas generaciones los recursos necesarios para su sobrevivencia digna.
Asimismo, le corresponde promover políticas y programas de fomento de cooperativismo productivo en alianza con organizaciones intermedias de la sociedad y las municipalidades y desarrollar otras formas intensivas en asociativismo y colaboración con las comunidades locales, como por ejemplo, cooperativas de vivienda, cooperativas de consumidores y otras similares que contribuyan a ponerle fin a la deshumanización que ha introducido el neoliberalismo en el alma de Chile.
Terminando,
A quienes hoy tienen cargos de representación política y se reconocen en alguna de las muchas vertientes que proponen ideas de transformación democrática de la sociedad, les corresponde asumir su rol, haciendo un esfuerzo unitario más allá de sus convicciones e intereses personales o partidarios específicos. La política se dignifica cuando a quienes les corresponde liderar son capaces de poner por delante el bien general, que en este caso específico, consiste en construir un sentido común con todas y todos aquellos que hoy tienen la convicción de que es necesario realizar los cambios que Chile urgentemente requiere.
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Carlos Cerpa
Hola Juan, gracias por tu comentario. Completamente de acuerdo contigo. Agregar que es necesario una reforma profunda al regimen de partidos polìticos: lo pùblico no es para movilidad social ni tampoco para proteger los intereses de la èlite en desmedro de la sociedad. Saludos, Carlos Cerpa
Sin chantajes - El Quinto Poder
[…] cambios sustantivos y en una dirección y sentido distinto al actual orden de cosas. Ver una columna anterior que […]
Juan
Muy buen análisis :lo completaría con las formas de control de la ciudadanía sobre sus representantes las cuales hoy solo existen en las elecciones cada cuatro años. La Constitución debe considerar mandato revocatorio a mitad del Mandato de los representantes; plebiscitos vinculantes; e iniciativa popular de ley con cierto quórum . Nosotros financiamos los representantes sin exigirles nada cambio por cuatro años