“Hay quienes luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. (Bertolt Brecht)
Un carismático líder obrero que rompe los paradigmas de la política, el sindicalismo y la sexualidad en Chile, camina y recorre el país como si se tratara de un viaje a la libertad. Un tránsito apasionante que lo emociona y motiva a luchar por los derechos de los trabajadores enfrentando con valentía y convicción los estereotipos que inundan nuestra vida política, sexual, social y cultural.
Cristian Cuevas Zambrano conoció desde niño el rigor. Hijo de un minero –Eleodoro, de actuales 86 años- y marcado tempranamente por la repentina muerte de su madre Benicia -evangélica y socialista-, supo acompañarse de sus 10 cómplices hermanos y hermanas. Ahí, en medio del afecto y esfuerzo proletario, comienza la caminata de una imprescindible historia rebelde: “Mi primera marcha –dice Cristian- fue a los 7 años cuando, con amigos pelusas del barrio, salimos a gritar por Salvador Allende”.
El liderato de Cristian Cuevas nació entre los sindicatos del carbón. El cerro Corcovado del popular Coronel es el barrio que lo ha visto crecer y proyectarse como hijo, hermano, vecino, amante, compañero y líder social. Estudió en colegios con número: la Escuela F-654 (Ex-67) y el Liceo A-49. De ahí recuerda a su inolvidable profesora Alba Jiménez, un valor fundamental en su formación inicial. Ya de joven en el liceo encabezó las emblemáticas luchas estudiantiles en los años 80, participando en huelgas de hambre exigiendo verdad y justicia por las violaciones a los Derechos Humanos.
Fue gestor y activo militante del Movimiento Pueblo Intransigente, espacio de organizaciones populares que proclamaban asamblea constituyente ante el amarre legal que significó las opciones electorales del SI y el NO. Militó activamente del Partido Socialista del Pueblo, organización política que agrupó a las vertientes revolucionarias del socialismo histórico. Más tarde, el carisma y consecuencia de la líder comunista Gladys Marín, alimentaron su loco deseo de integrar el centenario partido obrero fundado por el padre del sindicalismo chileno, Luis Emilio Recabarren, siendo hoy Cristian Cuevas uno de sus más destacados líderes del movimiento social y sindical.
“Mi liderazgo -reconoce Cuevas- emergió con mayor fuerza cuando estaba en Los Andes trabajando en una empresa de alimentación subcontratista de Codelco”. Ahí, molesto e inquieto por las injusticias que escuchaba entre sus compañeros comenzó a escribir en las paredes de la faena: “aquí se abusa de los derechos de los trabajadores”. Al otro día -relata con orgullo- estaba todo lleno de proclamas, incluido llamados al paro. Los rayados iniciales dieron paso al primer sindicato formado en julio de 1997, siendo Cristian Cuevas parte de su directiva en noviembre del mismo año.
Cristian Cuevas, junto a otros jóvenes dirigentes y dirigentas del subcontrato agrupados en la CTC, emerge como la nueva generación que, retomando el camino de aquellos que fueron diezmados por la dictadura militar de Pinochet, están como dijera Salvador Allende: “abriendo las grandes Alamedas por donde pase el hombre – y la mujer- libre para construir una sociedad mejor”.
Su estilo cercano, directo, sin concesiones al poder, ni tampoco a las debilidades de la burocracia sindical, han despertado la esperanza del conjunto del movimiento popular chileno, los más pobres, más explotados y explotadas, que solicitan su complicidad en los más diversos conflictos sociales. Actualmente Cristian Cuevas es presidente de la Confederación de Trabajadores y Trabajadoras del Cobre CTC, una de las principales organizaciones sindicales afiliadas a la Central Unitaria de Trabajadores CUT, presidida históricamente por una mujer, una profesora de filosofía, Bárbara Figueroa. Ahí, Cristian Cuevas, junto a otros jóvenes dirigentes y dirigentas del subcontrato agrupados en la CTC, emerge como la nueva generación que, retomando el camino de aquellos que fueron diezmados por la dictadura militar de Pinochet, están como dijera Salvador Allende: “abriendo las grandes Alamedas por donde pase el hombre – y la mujer- libre para construir una sociedad mejor”.
Hoy por hoy, perfilado como la esperanza de los trabajadores y trabajadoras de Chile, Cristian Cuevas Zambrano nos convoca a un proyecto emancipado que toma y retoma, crea y recrea las luchas históricas que animaron a otros y otras imprescindibles de Chile; Luis Emilio Recabarren, Teresa Flores, Salvador Allende, Clotario Blest, Víctor Jara y nuestra querida Gladys Marín.
Mucho newen en la luchas que devienen, amigo y cómplice compañero Cristian Cuevas Zambrano, porque como dijera nuestro necio guerrillero y comandante Ernesto Che Guevara: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”.
* Texto biográfico leído en acto de apoyo a la candidatura a diputado de Cristian Cuevas Zambrano por el distrito 3 de Calama, María Elena, Ollagüe, San Pedro de Atacama y Tocopilla. Centro Cultural Michoacán, La Reina, 24 de mayo de 2013.
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Ignacio Vidaurrázaga
Excelente entrevista y perfil. Para imaginar en Cristián como un futuro abanderado presidencial de una izquierda amplia y sabia, unida y radical en su programa de cambios para el 2017…abrazo Víctor Hugo y gracias! Ignacio Vidaurrázaga
David Malhue
Perdón señor columnista, pero a un tipo que le doblan la mano y deberá votar, UNA VEZ MÁS, por el mal menor, hacer campaña por ese mal menor, no me parece que se le pueda tildar de «imprescindible».
Las revoluciones que debemos dar no nacerán bajo el alero capitalista neoliberal a la chilena concertacionista, a la cual se han unido los comunistas pro Teillier, que ven que las luchas populares son utópicas desde la base social misma.
Cuevas puede tener muchos aspectos rescatables, pero si le doblaron la mano, y votará Bachelet, el término «imprescindible» le queda grande.
Saludos cordiales.