Incluso entre aquellos que dicen que ya no hay derecha ni izquierda, que la política partidista pasó de moda y que ahora lo importante es solucionar los problemas del futuro, se reconoce que estas búsquedas y propuestas de soluciones pasan primero por una participación efectiva de los ciudadanos.
Después de los resultados de la última elección municipal, pese a la falta de participación de los nuevos electores ingresados al padrón electoral, se notó el cambio en varias comunas del país, en las cuales se produjo traspaso de poder, desde la derecha hacia la oposición. Sin embargo, aproximadamente un 60% de los electores sencillamente no votó.
Ahora, enfrentados a las próximas elecciones presidencialesy parlamentarias, que se celebrarán el 17 de Noviembre, ha surgido con fuerzala intención de desarrollar elecciones primarias para elegir candidatos previamente aprobados por la ciudadanía, antes de enfrentar las elecciones definitivas. Estas primarias “legales” serán el próximo 30 de junio. Previa a ellas, intentos por elegir entre pre-candidatos de un mismo partido (como elreciente caso de la DC) ya están indicando el objetivo declarado de reencantar a un electorado escurridizo. El resultado de esta pre-primaria ha mostrado que votaron más de 50 mil personas,entre militantes registrados e independientes que no se sabe si provienen de antiguos o nuevos inscritos en los padrones electorales y, además, chilenos desde el exterior.
Cuál más cuál menos, todos los partidos ya están poniendo sus fichas sobre determinadas candidaturas (ya sean rostros nuevos surgidos de las luchas estudiantiles o rostros momificados que todavía se pasean por los corredores del Poder).
Sin embargo, han surgido algunos elementos nuevos. Se ha generalizado la idea de que, antes de levantar una candidatura, debe existir un programa que guiará sus acciones desde el cargo al cual aspire el candidato. Esto que parece obvio, no se ha venido realizando en Chile desde hace tiempo, porque todo se ha hecho en la medida de lo posible, o en base a consensos. De aquí ha surgido la aceptación a la camisa de fuerza de la Constitución, el respeto a las fuerzas ciegas del mercado, la falta de regulación y de fiscalización en muchas actividades, la corrupción y la impunidad.
Cualquier votante debe tener el derecho a no ser defraudado por una candidatura. Esta debe tener un programa y el elector debe poder cobrarle la palabra a quien tuvo su preferencia, si es que una vez en el cargo se le tuercen sus ideas originales. Esto ya se hizo en Las Condes para las últimas municipales, inscribiendo el Programa en una notaría.
También ha tomado fuerza la idea de que, si hay varias candidaturas similares (digamos de derecha), haya primero una primaria que permita poner todas las fichas en un solo rostro. Por el otro lado (la izquierda) también se busca concentrar los esfuerzos en quienes mejor representen a su programa. Incluso entre aquellos que dicen que ya no hay derecha ni izquierda, que la política partidista pasó de moda y que ahora lo importante es solucionar los problemas del futuro, se reconoce que estas búsquedas y propuestas de soluciones pasan primero por una participación efectiva de los ciudadanos.
Otro elemento nuevo que toma fuerza, es oponerse a las candidaturas impuestas desde las cúpulas partidistas y que tienden a posicionar “delfines” en zonas geográficas que nisiquiera conocen. Los que no estamos bajo la autoridad de ninguna cúpula postulamos además que los programas de acción territorial deban ser elaborados desde las organizaciones de base de la sociedad civil, apoyarse en las estructuras partidarias locales y desde ese momento entrar a competir en primarias, en las cuales participe la mayor cantidad posible de electores, a fin de determinar los candidatos definitivos. Un buen ejemplo está en Vitacura, donde el PS ha escrito a su organismo central pidiendo que se respete esta voluntad unitaria proveniente desde las bases.
Como para resumir, podría decirse que estamos pasando desde una fase de democracia representativa hacia una fase de democracia participativa.
Todos aquellos que se hayan sentido pasados a llevar y que creen que no hay forma de oponerse a los poderes fácticos, deben saber que si es posible expresarse.
Para ilustrar mejor el tema, nos permitimos relatar lo que está pasando en el Distrito 23 (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, de donde ya dimos un par de ejemplos), en el que las tres comunas tiene autoridades municipales de derecha, concejales mayoritariamente de la misma tendencia y organizaciones civiles muy débiles o inexistentes. Obviamente los dos parlamentarios del distrito también son de laderecha conservadora.
Este territorio favorablea las plusvalías, el consumismo y a todas las expresiones de la “libertad” posibles (los Matte se ahorraron $7.080 millones en contribuciones por un terreno en La Dehesa) está, sin embargo, cambiando hacia la búsqueda de la creación de una oposición única, amplia, programática,respetuosa de todas las tendencias y dispuesta a dilucidar en elecciones primarias quiénes serán sus mejores representantes, sean de partido o independientes.
Se está trabajando en tres áreas:
1) Carta Pública “Declaración de Intenciones”, basada en que si se puede quebrar el doblaje del binominal.
2) Comisión del Programa que se basará en 5 puntos.
3) Realización de un Encuentro público en marzo, convocando a residentes y organizaciones de las tres comunas
Paralelamente pretendemos crear una red informativa apoyada en tecnología de redes y en los medios de comunicación informales (porque en los formales no tenemos avisaje ni nos soportan).
Si alguien se interesa enparticipar directamente en este esfuerzo, podrá conectarse a nuestro Twitter #Distrito23.
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