Hay muchos alaridos, quejas, lamentos y llantos sobre la posibilidad, cierta y real, de que Chile esté comenzando a pasar de una sociedad civil, con personas humanas como gustan de decir y demostrar su ignorancia algunos periodistas, a una sociedad anónima, donde pocos y grandes inversores se llevan su tajada de los beneficios producidos por los laborantes, vale decir, la mayoría del país.
Aclaremos dos pequeños conceptos:
- La sociedad anónima (abreviatura: S. A.) es aquella sociedad mercantil cuyos titulares lo son en virtud de una participación en el capital social a través de títulos o acciones.
- La sociedad de accionistas comenzó como una asociación de inversionistas, no de comerciantes. Las personas compraban partes de una empresa u operación y tomaban parte de los beneficios en proporción a su inversión.
Ateniéndonos a estas definiciones e historia, queda claro que las sociedades anónimas hacen dueños a los que tienen plata para comprar acciones y que, si lo hacen, fue, es y será para ganar plata. El resto es poesía y los poetas, en general, se mueren de hambre.
Efectivamente, hay indicios que para allá nos movemos; tenemos un gobierno de empresarios, con un empresario de negocios accionarios, no productivos, a la cabeza, que juega a ser político con la delicadeza de un elefante en una cristalería; con ministros cuya mayor virtud reconocida es haber sido amanuenses de las grandes y pocas corporaciones que dominan el PIB, además de su reconocida ignorancia en las artes ocultas del vudú. Es decir, de la POLITICA, (Lavín es una de las pocas y honrosas excepciones a la regla).
Obviamente que a gente cuya visión y misión en la vida (como rezan los típicos e inútiles cuadritos que cuelgan en las oficinas de los directores con la misión y la visión de esa compañía) es ser “eficientes” y más “eficientes” reduciendo la eficiencia a su mínima y a la vez a su máxima expresión: GANAR PLATA A CUALQUIER PRECIO Y A COSTA DE LO QUE SEA!!! no se les puede empezar a pedir que entiendan a la gente como otra cosa que no sean números, gráficas y variables productivas. Eso es como pedirle a Ena von Baer declaraciones acertadas e inteligentes, a la Concertación consecuencia progresista, a Alinco que no sea califa, a Carlos Larraín que venga a vivir al siglo XXI. En definitiva, es pedirle a los zapatos que distingan la belleza de las flores.
Pero como siempre decían las abuelitas: la culpa no es del chancho, es del que le da el afrecho. Y el afrecho le dio la mayoría y Piñera ganó en buena lid las elecciones. Desconocer eso es desconocer que nuestros compatriotas estaban aburridos de las inconsecuencias de los moradores anteriores, es desconocer que el proceso de anonimación societaria lo había comenzado brillantemente el general de los mil nombres y millones en las cuentas bancarias y que lenta, pero inexorable y productivamente lo siguieron llevando a cabo los concertacionados, incluyendo a los actuales díscolos, que ahora les baja el amor por lo popular, pero lo pasaron bomba adentro del conglomerado.
Hoy, solamente se aceleran ciertas situaciones en nombre de la tan mentada y nunca bien ponderada eficiencia, se terminan de privatizar las sanitarias en paquetes accionarios que irán a las mismas manos de siempre, se comienza a pavimentar el camino a la entrada de capitales (privatización disimulada) de ENAP, CODELCO, la educación, etc. En fin, se venderán acciones de cualquier cosa que produzca rentabilidad comprobada a los mismos grupitos de amigos de antaño, con un par de nuevos allegados del red set, para que de la sensación de apertura al tema y listo.
El que tenga plata, que sea accionista, el que no, que trabaje duro para que esas acciones rindan eficientemente la plata que los inversores esperan de ella.
Yo, en lo personal, estoy a la espera de un préstamo del Banco de Talca para comprarme parte de CODELCO y ser feliz, como una perdiz.
Publicado también en www.elpilin.cl
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