A días de publicada la encuesta del Centro de Estudios Públicos -el oráculo CEP- la poca sabiduría sigue inundando los compartimentos de las naves políticas. Efectivamente este dato, no es novedad. Entonces, ¿Qué otra esfera está cambiando en el nuevo ciclo?
Vivir en condiciones de incertidumbre es un complejo dilema para la política. Sin embargo, la ausencia de una mirada crítica y banda ancha, augura algunas estrategias o sensaciones ambientales, las que indican “otro tipo de cambios en los asuntos públicos”.En un universo poblado de clanes, donde la política se teje día a día, la difícil tarea de iluminar los desafíos institucionales llamados a equilibrar dimensiones como gobernabilidad y cambio, siguen a la deriva, generando otras mutaciones
En un universo poblado de clanes, donde la política se teje día a día, la difícil tarea de iluminar los desafíos institucionales llamados a equilibrar dimensiones como gobernabilidad y cambio, siguen a la deriva, generando otras mutaciones. Veamos:
Uno: Kamikazes en el horizonte
La derecha UDI resentida aún por el profundo golpe luego de las elecciones presidenciales, aparece con baja autoestima, herida profundamente en su dignidad política por el caso Penta y arrastrada a una estrategia tipo “kamikaze”.
Inexplicablemente su táctica es, seguir estrellando sus naves a través de diversas incursiones: virales en Web, amenazas de acusaciones constitucionales, interpelaciones al Tribunal Constitucional, declaraciones de su ex candidata presidencial Evelyn Matthei y el minuto de silencio por el ex dictador Augusto Pinochet. Entre otras erráticas iniciativas.
Dos: ¿Orillas más moderadas?
Los ritmos políticos de las reformas y los estudios de opinión hacen imaginar más en un tiempo pendular que uno lineal para los liderazgos en competencia.
Por una parte, Marco Enríquez-Ominami -hoy en la cima de la CEP- señaló «ofrezco mi capital político a disposición de Bachelet». Fiel a su estilo, jugó sus cartas sobre la actualidad nacional y del cuestionado presente del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Un giro audaz.
Por otro lado, Sebastián Piñera luego de su encuentro con sectores aliancistas en el lago Ranco, publicó una columna en el diario El Mercurio donde postula que las políticas públicas del actual Gobierno ponen en riesgo los principios de la libertad, la equidad y el progreso.
A una distancia sideral de la próxima contienda presidencial, los otros posibles candidatos se preparan tímidamente.
Tres: Alfa y Omega
La Nueva Mayoría (NM) sigue tensionada por sectores nostálgicos de los viejos buenos tiempos de la Concertación de Partidos Por La Democracia (CPPD).
Declaraciones y columnas siempre punzantes de Correa & Garretón y otros “dioses de la transición” dejan en la retina pública sus tesis concertacionistas. Para otros, muchos más categóricos en sus planteamientos, parece que la buena política solo tiene un comienzo y un fin con la CPPD, una suerte de “concertación alfa y omega”, donde antes no existió nada y luego tampoco (ver entrevista a Gutenberg Martínez: «La tradición de la Presidenta líder de la coalición no está operando»).
Cuatro: Espejismos
Una suerte de intrínseca ambivalencia política se instala en el nuevo ciclo. Lo anterior, late en un pequeño pero creciente número de razones que indican que no hay manera de pronosticar con certeza absoluta el rumbo de la economía y menos las percepciones ciudadanas en torno a los asuntos públicos.
Asimismo, los vínculos y lazos de los liderazgos en carrera requieren una renegociación permanente -casi cotidiana- con las cada día más exigentes audiencias electorales.
En síntesis, solo un diminuto bosquejo o silueta de la realidad será nuestro compañero de viaje en esta aventura política.
Cinco: Envolturas narcisistas
Nuestra elite política no esconde su sentido grandioso, su propia importancia, sus éxitos ilimitados, poder, brillantez, a pesar de las percepciones y datos sobre su caída tendencial en ámbitos vitales como credibilidad y confianza.
Al carecer de empatía y siempre reacios a reconocer o identificar las necesidades y sentimientos de otros (ver caso de aprobación el reajuste salarial del seis por ciento para los funcionarios públicos), sigue cultivando cierta arrogancia analítica, que se deja sentir mediáticamente. Los ejemplos abundan.
Finalmente, una de las obras del siglo pasado -que sigue casi intacta y deslumbra por su lucidez- es “El malestar de la cultura” de Sigmund Freud, ensayo que nos ayuda a tratar de comprender el Chile actual.
Entonces, a pesar de que sea una exageración fugaz, hay algo de “Sociedad Freudiana” en nuestra realidad y el llamado Nuevo Ciclo.
Comentarios
19 de diciembre
Interesante y aguda columna de nuestro clínico ambiente político.
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22 de diciembre
Efectivamente, Chile un «gran diván».Genial análisis.
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24 de diciembre
Tras leer tres veces tu columna, una cosa me molesto.
Como psicólogo cognitivo, pucha que me carga como se enaltece a Freud!
Disculpa lo banal e infantil de mi comentario, pero es lo único que me cargó de tu gran columna!
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