Desde distintos frentes está siendo torpedeado el legado de Michelle Bachelet, como se denominó en el último tiempo al principal contingente de iniciativas que el gobierno de la Nueva Mayoría impulsó durante cuatro años de gestión. La administración de Sebastián Piñera, sus dirigentes políticos, el Tribunal Constitucional, medios de comunicación, legisladores, empresarios y organizaciones de la sociedad civil conservadoras y neoliberales han salido al ruedo a desmantelar, en una retroexcavadora 2.0, lo avanzado hasta marzo de este año.
[texto_destacado]Son los ex ministros de Michelle Bachelet quienes principalmente le han puesto el pecho a las balas, como decimos por estos pagos. En coordinación, claro está, con legisladores y representantes nacionales de los colectivos políticos de la ex coalición gobernante.
A nivel regional ocurre algo similar. Chile Vamos y quienes comparten su mirada están aprovechando su veranito de San Juan para echar por tierra los así llamados logros de la ex Presidenta. En ese ámbito, desde la sociedad civil junto a pocos actores políticos se ha salido a hacer un contrapunto, echando pelos a la sopa que tiende a instalar que pasado el cambio de mando, en Chile y Aysén hubo una mutación profunda, y que hoy se rechaza todo lo que antes supuestamente se aplaudía desde diversos rincones.
Un amigo, constante asesor de gobiernos concertacionistas que bajo el mandato de Michelle Bachelet asumió un cargo regional de confianza política, me decía siempre que él no era funcionario del Estado. Él era funcionario de gobierno. En eso coincidíamos, porque una cosa es el Estado, relevante, importante, y otra son las miradas que entran en legítima disputa periódicamente para conducir uno de sus poderes: el Ejecutivo. Si no fuera así, no debiéramos tener elecciones y daría lo mismo quien comandara el buque de la administración pública.
Por eso, bajo esta perspectiva, en Aysén se echa de menos a los muchos funcionarios gubernamentales del gobierno anterior. Quienes se asumían como actores políticos, con todas las regalías que esto tenía en términos económicos, exposición pública y ascendiente social, y que se suponía compartían la mirada que avanzaba en el país y Aysén, y que, lógicamente, hoy debieran estar preocupados.
¿Dónde están? ¿Dónde está su voz ante las distintas ofensivas que se han impulsado deconstruyendo, a nivel nacional y regional, lo que dijeron abrazar con fuerza? ¿Se apagó el empoderamiento del cual hacían gala hasta el 11 de marzo de 2018?
¿Dónde están? ¿Dónde está su voz ante las distintas ofensivas que se han impulsado deconstruyendo, a nivel nacional y regional, lo que dijeron abrazar con fuerza? ¿Se apagó el empoderamiento del cual hacían gala hasta el 11 de marzo de 2018?
En medio ambiente, minería, energía, educación, vivienda, agricultura y tantos otros ámbitos, hay claras diferencias entre lo que quería Michelle Bachelet y lo que promueve hoy Sebastián Piñera.
Es probable que esto no ocurra solo en Aysén, que sea una realidad a nivel de todas las regiones. Y en alguna forma es comprensible cierto silencio. Decimos en el mundo socioambiental que muchas veces la sustentabilidad comienza por casa, y está claro que luego de perder el trabajo (o dejarlo voluntariamente, como corresponde a cargos de confianza) estén en proceso de reinvención. Pero luego de ese necesario paso, que todos entendemos, es momento de saber si fueron realmente actores con una mirada política para el país y la región o simples funcionarios motivados por un sueldo mensual.
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Javi-Al
Estimado, por favor no siga hablando de legado, eso es propaganda y no va a mejorar lo que ya sabemos, por otra parte que se eche de menos a alguien del gobierno pasado puede ser porque era una buena persona, y eso es entendible, hay gente generosa y buena en todas partes y de todos los signos politicos.