La construcción de una nueva cafetería en el Congreso Nacional, ha sido parte de lo que se ha debatido en redes sociales y en el mundo político en estos días. Algunos parlamentarios han salido a condenar esta iniciativa, mientras otros simplemente han callado, o le han bajado el perfil.
Lo cierto es que la suma invertida de varios millones de pesos en este exclusivo lugar, claramente ha provocado la rabia de cientos de personas de a pie al conocer el monto, sumado esto a la cantidad de dinero que ganan mensualmente quienes integran el Parlamento. Por lo mismo es que el tema no ha estado exento de impotencia, frustración y toda especie de muestra de destemplanza de parte de usuarios de Twitter, o de toda persona en la calle a la que se le pregunte por esta nueva construcción.
¡Es que son todos unos ladrones! ¡nos roban siempre, por eso es que quieren salir reelectos, para seguir robando! Se escucha o se lee en todas partes, en una muestra de repudio a la clase política que, curiosamente, es levantada por algunos medios y portales. Esto sumado a que, de manera astuta, se agrega en el debate el sueldo mínimo comparándolo con lo gastado en esta cafetería, para que así obviamente quien no entienda que por lo general este sueldo se fija por las presiones del empresariado privado, pueda alzar su voz y gritar fuerte que son todos unos sinvergüenzas, y unos burgueses sin respeto alguno por la ciudadanía.
Por más que pueda parecer bastante fuera de foco este nuevo lugar de “esparcimiento”-ya que la idea fue desechada-, la verdad es que esconde un cierto ímpetu por purificar el ejercicio público no en el fondo sino en las formas. Es decir, no entendiendo que el problema de nuestra política no está precisamente en ese hecho en particular, sino en la ampliación de representación que necesita tener nuestro Congreso. Pero de eso no se habla, ya que muy pocos entienden qué es el binominal, y qué es lo que se presentó hace un par de semanas para remplazarlo. Y sobre todo, porque aún hay un desentendimiento bastante conveniente para una elite, de lo que significa la democracia representativa. Y de lo que significa votar por personas a las que tú les das el puesto en el Parlamento.
Uno, en una democracia representativa, busca que en el lugar que fortalece el espíritu democrático estén todas las sensibilidades representadas. Una vez que sucede eso, deberían preocuparme las leyes que se aprueban y que van en dirección a lo que yo creo que deben ir, o sea en pro de mayores derechos y profundización de un sistema que elimine las desigualdades y las injusticias. Mientras esto se haga, y haya menos influencia del empresariado cuando se discute temas presupuestarios, yo me siento contento y tal vez después ahí podré preguntarme por el lugar en donde toman café y estiran los pies. Antes no. Preocuparse antes, es despreocuparse de la democracia, y de lo importante que resulta ir perfeccionándola. En el fondo, es quitarle el sentido por la política y a lo que significa ejercerla. Una manera sutil de despolitización. Una interesante manera de ir absorbiendo la idea de que lo político es todo oscuro, y que no es tan necesario, quitándole importancia a una institución tan fundamental como es el lugar en donde se discuten ideas, y se conversan los destinos de todos nosotros.
El grito en contra de la cafetería, tal vez sin quererlo, se convierte en el grito en contra de un régimen que debe ir progresando.
El grito en contra de la cafetería, tal vez sin quererlo, se convierte en el grito en contra de un régimen que debe ir progresando. Pero es un grito que va en la dirección contraria y que intenta desvirtuar las instancias democratizadoras, en vez de ir luchando para que estas se profundicen. Poner ojo en un lugar en donde los parlamentarios toman café, es desviar la vista del verdadero lugar en donde como ciudadanos debemos exigirles que hagan su trabajo. Es una manera de soterrar inteligentemente el desprecio hacia la política. Hacia la democracia. Y así no cambiar nada de lo realmente importante, que es la letra tatuada a sangre y fuego por la dictadura hasta el día de hoy.
La cafetería desvió la atención sobre muchos otros temas, dejando así a quienes dicen “luchar en contra el sistema” y los que lo encuentran “maravilloso”, dentro del mismo grupito. De esos que dicen buscar que todo cambie, y sin embargo no hacen nada al respecto.
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veterkillo
Felipe:
Si bien comparto parte de tu columna, con respecto a la importancia del binominal y que supuestamente ayudará a fortalecer una democracia, en el contexto de que entren más parlamentarios con una supuesta mayor representatividad de la comunidad en su conjunto. Ahora porqué hablo dentro de supuestos, debido a que como te darás cuenta lo que pasa con los parlamentarios es que vemos que solo una casta que son los mismos de siempre y que es financiada por los mismos de siempre resulta electa debido a sus proyectos como parlamentarios basados en canastos familiares y operativos veterinarios y que lamentablemente
Sin embargo, creo que no es menos importante el hecho de la cafeteria, si bien puede ser una minucia dentro de la danza de millones en que estos tipos tienen influencia, es un hecho claro e irrefutable que demuestra la indiferencia que nuestros representantes sienten hacia la población que los «eligió».
Es una verdadera bofetada en la cara, a personas que ganan $225.000 bruto ver que sus parlamentarios que tienen una inmensa «vocación de Servicio» ganan 35, 5 veces el sueldo mínimo, el cual se niegan a disminuir bajo argumentos que ellos tienen que pagar pensiones alimenticias como dijo el Honorable Pepe Auth.
Ahora, se hacen una cafetería, habiendo ya una en el congreso, justificándo la construcción de esta diciendo que sus oficinas están muy lejos … en el piso 12.. ósea tomar un ascensor e ir hasta su oficina es un trabajo demasiado pesado para nuestros parlamentarios. Otra justificación que dieron fue que la cafeteria del congreso no les dá la privacidad que necesitan y que debido a eso hicieron esta nueva y la implementaron con sillas que significan 1,4 veces el sueldo mínimo por supuesto con maquinas de café que bordean el millón de pesos y los que se les entregan gratuitos a nuestros parlamentarios.
Creo que la compra también de nuevos televisores antes del mundial, algo que paso bien por debajo es una muestra más del APROVECHAMIENTO que tienen estos personajes inescrupulosos que se llenan la boca hablando de derechos sociales, educación, salud etc … y que no tienen idea de los proyectos por los que votan, si no que siguen las ordenes del partido o de la bancada. Un caso claro de esto fue la aprobación del proyecto de Ley presentado por el Diputado Farcas, presentado un día después del proyecto Presentado por el Diputado Mirosevic y que fue apoyado por otros diputados sin siquiera haberlo leído.
Es por eso que esta Cafetería es un hecho tangible de quienes se ríen en nuestra cara todos los días presentando leyes inmensamente ridículas (Ley MEME, Ley del SALERO, Ley de videos Prohibidos) y no avanzan en temas que realmente son necesarios como derechos sociales y no un simple bono, y no lo hacen por que simplemente se quedarán sin sus financistas, AFPs, MINERAS, ISAPRES.
Pedro
tan malo este columnista