El anuncio del presidente de Bolivia, Evo Morales, respecto de que canalizaría la histórica demanda marítima de su país más allá de las conversaciones bilaterales, marca el fin de un ciclo de entendimiento entre ambos países. En palabras del mandatario boliviano: “la reivindicación marítima ahora debe incluir otro elemento fundamental: el de acudir a los organismos y tribunales demandando el derecho y justicia de una salida libre y soberana hacia el Pacífico”. El anuncio es la culminación de una serie de desencuentros que se han producido este último tiempo y demuestra que los intentos bolivianos por acercar posiciones con este gobierno no han tenido éxito.
Sin ánimo de defender la demanda marítima boliviana, es necesario reconocer que el Presidente Morales ha hecho esfuerzos por tener un acercamiento efectivo con el gobierno de Piñera. En un gesto noble, donó de su propio bolsillo a la reconstrucción en Chile, iniciativa secundada por su gabinete. A mediados de 2010 estuvo en Chile el vicepresidente García Linera quien compartió un almuerzo privado con el mandatario chileno, en una clara búsqueda de entendimiento. Morales también estuvo con Piñera con ocasión del rescate de los mineros, pero todo eso no parece haber servido para construir un clima de confianza o entendimiento.
Por otra parte, también en 2010, la diplomacia boliviana comenzaba a manifestar su preocupación por la falta de un horizonte de solución a la cuestión marítima. El tema se complicó cuando, en diciembre, fue difundido un polémico video de las Fuerzas Armadas de Bolivia que culminaba con un “los estamos esperando, chilenos”. ¿Un ánimo beligerante del país altiplánico? La verdad es que nada de esto es nuevo ni tiene alcances mayores, pero si se trata de apagar incendios con bencina, el gobierno de Piñera pareciera sentar cátedra. Para ilustrar lo anterior basta una pequeña ayuda de memoria.
En octubre de 2010 el senador Pablo Longueira (UDI) manifestó la conveniencia de dar una solución al problema marítimo de Bolivia y no descartaba que se pudiera otorgar una salida soberana. Al respecto, Piñera sostuvo que “no podemos aproximarnos a la solución marítima de Bolivia descartando acciones. En un mundo moderno tenemos que abordarlas todas” (23.10.2010). Sin embargo, el candidato Piñera había declarado mucho antes, en 2009, que no era partidario de conceder una salida soberana, cuestión que más o menos volvió a ratificar en diciembre de 2011, al señalar que “tenemos la mejor disposición para buscar soluciones a los problemas, pero tenemos restricciones. Y una de esas restricciones es que yo creo altamente inconveniente toda fórmula que signifique dividir el territorio chileno».
Lo anterior parece haberse sancionado cuando el mandatario expuso, en un almuerzo reservado, a los presidentes de todos los partidos, lo que se difundió como el “nuevo escenario con Bolivia” (25.02.2011). Según parece, el oficialismo atribuye que hay un cambio relevante por la baja en las encuestas de Evo Morales. La pregunta que se omite es ¿cómo andamos por casa? En lo que va de gobierno se ha visto que el Presidente tiene golpes de audacia; lo de los mineros o la alerta de tsunami son un testimonio de aquello, pero hay una cuota no menor de oportunismo o, para aquellos que lo prefieren, de oportunidad. El tema de Bolivia no era una coyuntura esporádica o de una acción efectista; exigía una visión de Estado, un análisis de largo plazo sobre lo que se puede hacer y lo que definitivamente contribuye a enredar una relación de por sí frágil. Las señales equívocas o dispares que dio La Moneda, según como interpretaba los astros, no sólo resultaban inadecuadas, sino que favorecían un desenlace amargo.
Bolivia no puede aceptar que el tema se dilate y más encima sea cada vez más condicionado. Para Morales eso es una pesada e inmerecida carga política. Si a eso se le suma que el gobierno chileno cambió los equipos negociadores, la configuración del descalabro estaba dada.
El gobierno de Piñera tal vez pensó en descansar en los puntos que avanzó la Presidenta Bachelet; esto es, en mejorar las comunicaciones terrestres con el país altiplánico, ampliar las facilidades portuarias, etcétera. De hecho, Piñera presentó estas iniciativas como propias, al declarar a la prensa lo que se había avanzado “en estos pocos meses de gobierno”. Pero, parafraseando al actual inquilino de La Moneda, eso es “comulgar con ruedas de carreta”. Toda la negociación de los últimos años se dio en la discusión de trece puntos sin que se constituyeran preeminencias entre ellos y las declaraciones siempre fueron muy cautelosas. Precisamente se buscó evitar triunfalismos inconducentes y equívocos.
¿La actual situación revela problemas de precipitación, de impericia en el manejo de nuestra política exterior?…es posible que esa sea parte de la ecuación. SIn embargo, al final todo esto pareciera dar lo mismo si la explicación es simple y obvia y, por lo demás, muy conveniente: el problema radica en la baja en las encuestas de Evo Morales…esto explica que reaparezca el sentimiento antichileno y bla bla bla….¿le suena conocido?
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Foto: Alain Bachelier / Licencia CC
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luismarco
Concuerdo con Ud. que nuestro desarrollo no depende de nuestros vecinos, pero es muy relevante mantener relaciones constructivas con ellos. En el caso de Bolivia se había avanzado mucho en el acercamiento bilateral y resulta lamentable que este gobierno desperdiciara ese esfuerzo. Creo que la diplomacia debe imperar por sobre la disuasión o el peso de las Fuerzas Armadas. Esperemos que la relación con Bolivia no termine subiendo de tono, ya sabemos que al norte de nuestra frontera eso probablemente sería motivo de celebración.
sergioroa
Tener guerras y ganarle en todas a 2 de tus 3 vecinos algo de tencion da, es una realidad que no podemos pasar por alto, Bolivia solo estará contenta cuando le debolvamos Antofagasta y Perú cuando les debolvamos arica e iquique, asique a guantar nomas , es lo que hay , ni un mago podria arreglarlo.
sergioroa
La verdad es que con nuesttros vecinos no nos quieren mucho, sus razones tendran…., pero nosotros no vivimos de nuestros hermanos latinoamericanos , ni de su amistad, hacemos negocios, de hecho ahora tendremos bolsas de valores unificadas con Perú y Colombia , el pobre Evo seguro esta bajando en las encuestas , y esa reaccion siempre funciona igual que en Perú. Ahora los pacifistas tendran claro porque se invierte y no gasta en FFAA , pagamos seguridad.