#Política

Aplicación física del punto de flama en la política y delincuencia

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¡Qué fascinación debió ser para el niño primitivo en una caverna observar por horas la flama del fuego que mantenía temperada y sobreviviendo a la familia!… ¿Qué pudo haber aprendido observándola?. Yo, que algo la he visto, observé que leños y brasas de pronto son envueltos en flama ardiente y ondeante, alrededor de todos ellos, o en una parte de ellos parcialmente encendida o no, cuando aparece un incentivo que detona la flama, tal como la flama de un papel encendido que uno acerca a las brasas y leños y que produce por cercanía en ellos una flama que antes no existía… Seguramente, quien me esté leyendo, lo habrá observado también, si ha tenido que encender una estufa a leña…

Google nos dice que «El punto de inflamabilidad o punto de destello es el conjunto de condiciones presión, temperatura, mezcla de gases en que una sustancia combustible/inflamable, normalmente un líquido , produce suficiente vapores que al mezclarse con el aire, se inflaman al aplicar una fuente de calor (llamada la fuente de ignición)».

Y yo me decía, sí, bueno, ok, qué bonito, pero, qué onda con ella, para qué sirve… Y así, estaban dos leños ardientes pero, sin flama, separados uno del otro, con brazas ardientes entre ellos como separación y debajo de ellos, y le coloqué un leño sobre ellos que quedó separado de las brazas que separaban ambos leños y afirmado sobre ellos, de tal manera que el sistema se incendió en segundos porque el punto de flama encontró condiciones ideales para encender todo, tal como la distancia necesaria que debe haber entre leño y leño para que la flama exista, porque si los colocas muy juntos entre ellos, la flama no tiene espacio para ondear o flamear y, al no existir ese espacio, ella se extingue y desaparece…

Así es que ante semejante alboroto de sonido galopantes en el cañón de la estufa como de quien enciende un fuego que crece con demasiada velocidad y que auguraban un incendio total del nuevo trío de leños así dispuestos y ¡quién sabe qué calor en los cañones de la estufa!, decidí moverlos, de manera que estuviesen todos apoyados sobre el piso y con sus costados menos incendiables dispuestos hacia donde menos se podían quemar y, reacomodando los detalles de distancias y espacios entre los tres leños dispuestos ampliamente sobre el piso, el fuego se calmó y hasta la última flama que había iniciado su punto de ignición, desapareció…

Y así, creo que la política y políticos necesitan una vigilancia superior, de manera que no exista entre ellos el distanciamiento suficiente, o grados de libertad necesarios, como para que el punto de flama de la corrupción sea posible, debiendo ayudar a que ello no ocurra la existencia de una colaboración en el diseño y aplicación de políticas públicas proveniente de la asistencia de un organismo civil técnico que las apoye y observe su desempeño con criterios científicos, para que la corrupción y el buen uso público de los recursos del Estado no se despilfarren producto de tantos fraudes que funcionarios llegan a cometer, o así como negligencias un político también comete y en cuyo desempeño de logros estaba amarrada la esperanza del beneficio que ellos habrían de haber provocado y que no ocurrieron por su falta.

Creo que la política y políticos necesitan una vigilancia superior, de manera que no exista entre ellos el distanciamiento suficiente, o grados de libertad necesarios, como para que el punto de flama de la corrupción sea posible

También, pensé, sobre la lucha interminable que existe contra la delincuencia, imaginando que la delincuencia se detona en un «ambiente de punto de flama» en el que todo el sistema se enciende, o se inicia la delincuencia por necesidad, que sería bueno apagarla, en parte, con un subsidio a quienes delinquen, para que por dinero no lleguen a hacerlo, de manera que disminuya el número de reincidentes y más personas puedan ser reinsertadas con la seguridad de que el Estado les provee aquello que les parece indispensable y ser el detonante de llevarlos a cometer asaltos, o robos, con o sin violencia, solo por necesidad.

Para ambos casos, la inyección de dineros de ayuda a las personas y al sistema, la pandemia demostró que estaba disponible en el Estado, pero, los gobiernos no lo usaban para apagar los primeros incendios, o largos incendios, que ha provocado el estallido social y una delincuencia cada vez más feroz, armada y violenta…

Así es que, por lo expuesto, solicito a nuestros representantes en el Congreso que esta reflexión sea acogida y considerada como un posible método para combatir una gran masa de toda la delincuencia del país, incluyendo a los vándalos que llegan a una institución del Estado a cometer sus fechorías llenas de corrupción…

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1 Comentario

J.A.

J.A.

Pienso que tiene razón, la corrupción requiere condiciones ambientales, pero hay una tendencia natural a su aparición, como Ud. señala, sucede naturalmente cuando hay recursos, basta ver cuanto le pagamos a la clase politica por sus “servicios”, incluido el “generoso” aporte a las tiendas políticas, agreguemos que municipios, ministerios y empresas públicas son en realidad agencias de empleo muy bien remuneradas. El paisaje es desolador, todo esta “quemado”, se consumen sin control una parte significativa de los recursos que gente esforzada, emprendedores, creadores, comerciantes de todos los tamaños, industriales, pymes y otros le entregan al Estado todos los meses, si, es evidente que se requiere una vigilancia superior como indica.