En los últimos 30 días una de las palabras que escuchamos a diario es la de los heridos producto del enfrentamiento con Carabineros, acusaciones de abuso, de tortura y violencia innecesaria, incluso de violación de personas.
El presidente Piñera y algunos ministros, han sostenido reiteradamente su apoyo y confianza en la institución, inclusive ratificando lo anterior en la persona del General Director Mario Rozas, quien para muchos es el principal responsable ante la ciudadanía de los miles de afectados por la represión. Y si bien el general Rozas es un responsable “técnico” por los atropellos cometidos por Carabineros, el responsable político evidentemente fue Andrés Chadwick, y por extensión y jerarquía, al presidente Piñera.
Un sector de la oposición presentó una acusación constitucional contra el ahora exministro Chadwick y contra el jefe de Estado. Sin perjuicio de la gravedad de los hechos acaecidos, el pretender destituir a un presidente legítimamente electo por su falta de control ante el estallido social y colaborar a su profundización, es una tarea que requiere de toda la concentración de la oposición, por la complejidad y lo específico de las causales, así como de la disciplina, colaboración y voluntad política, cuatro elementos ausentes en la acusación contra la ministra Cubillos el mes pasado.
En consecuencia, la oposición de izquierda no tiene; dados los antecedentes, una capacidad tanto política como técnica para llevar a cabo dos acusaciones constitucionales tan severas y complejas como aquellas que son dirigidas contra un ministro del interior y contra el Jefe de Estado, debido a las falencias en su cohesión, disciplina y rigurosidad. Por tanto, es altamente aconsejable desistir la acusación contra el presidente de la República, al menos, por inoficiosa. Probablemente es necesario perseverar en la persecución de la responsabilidad política de Chadwick, Ubilla; inclusive, pero no para el caso de Piñera. Y para ello, se debe argumentar, además de lo señalado, que:
Concluyendo, es menester que la oposición no debería desgastarse en buscar argumentar una acusación constitucional contra el presidente y con ello ahondar la crisis política y social. Urge que los partidos de oposición se concentren en superar sus diferencias, establecer una disciplina política acordando un marco común y mínimo para la acción política frente al Gobierno, como también frente al plebiscito y probable asamblea constituyente.
Urge que los partidos de oposición se concentren en superar sus diferencias, establecer una disciplina política acordando un marco común y mínimo para la acción política frente al Gobierno
Para el éxito de esta empresa; cual es convocar al “constituyente originario”, es fundamental entregar espacios y dar gestos necesarios para lograr una Carta Magna democrática. Es clave saber conceder en los momentos críticos, en los que acordaremos el fondo común y el plano de igualdad para todos. Por eso el llamado es a los espacios republicanos que se han abierto en la derecha con Evópoli, parte de RN (“ossandonismo”) e incluso al presidente del partido, diputado Mario Desbordes, como también en la UDI con la gente que aglutinan Macaya y Bellolio, se consoliden en el diálogo con sus contrapartes en el Frente Amplio como con los partidos ex Nueva Mayoría.
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