Alejandro Guillier parece ser el candidato de un sector al que se le ocurrió que sería un buen rostro. Sus cifras en ese extraño oráculo y parlante ideológico que es la encuesta del CEP, parecen reafirmar que no es tan mala idea lanzarlo como un nombre para que enfrente este escenario político en el que quienes hacen política parecen estar infectados por un peligroso virus a los ojos de la ciudadanía.
Guillier no. Él parece puro y progre. Sus ideas son medianamente sensatas porque por lo general son cosas que muchos pensamos, como por ejemplo el fortalecimiento de las regiones y todos esos temas en los que no hay mayor discusión. Cuando hay debates reales y temas que tienen que ver realmente con posturas ideológicas, en cambio, Alejandro no aparece. Nadie lo ve. Nadie le pregunta, y si es que algún periodista lo entrevista es para que conteste como analista político y no como senador de la República. Total tiene muchos amigotes que no lo pondrán en aprietos ya que o comenzaron en el mundo del periodismo con él, o solamente lo admiran por haber sido uno de los primeros periodistas de noticiarios que opinaba.
El problema es que en Chile no necesitamos opinólogos que no se entrometan en los temas peliagudos. Parece urgente, al contrario, que hubiese quienes quieran enlodarse en el debate ideológico y no caminen por los bordes intentando marcar una posición política sin asumir costos, cosa que erradamente quieren ver algunos en el próximo presidente.
La política no es un juego de pureza. Quien quiere ser una alta autoridad en un régimen democrático, debe ser salpicado por el barro que muchas veces implica entrar en la lucha por construir un país. De lo contrario, no se está ejerciendo el arte democrático, sino evadiendo las responsabilidades que se requieren para conducir un proceso de izquierda relevante y transformador.
Guillier parece más bien un comentarista de lo que pasa en el hemiciclo que un verdadero protagonista de la discusión. Sus colegas de los medios prefieren conversar con él porque su risa y su gran manejo de las cámaras les acomoda bastante y les resulta más entretenido que esos parlamentarios que, para bien o para mal, prefieren hablar de la política que ellos hacen y no de la de los demás, como si no trabajaran en el Congreso.
Sería otra derrota si es que quienes dicen militar en las ideas de avanzada se pierden tras una candidatura que cumple con todos los tristes requisitos de ese señalado relato que nos quiere despolitizados e indignados, pero nunca realmente organizados y con nuestra conciencia activa.
¿Tanto descontento con ellos mismos sienten los sectores progresistas que prefieren un comentarista antes que un protagonista? Pareciera que sí. Al parecer nuevamente se creyeron el cuento de que para solucionar los problemas políticos necesitamos lo más lejano a un político, como si eso hubiera resultado positivo para el país a lo largo de nuestra historia. Pero lo más peligroso-y más relevante- es que nuevamente haya quienes se rinden ante un relato que quiere delinear cómo debe desarrollarse una campaña presidencial.
Esto último lo digo porque no es casual aparecer en el CEP, ya que nada es casualidad en esa guerra cultural que se desarrolla diariamente, y en la que el Centro de Estudios Públicos no es un observador desinteresado. Por lo mismo, sería otra derrota si es que quienes dicen militar en las ideas de avanzada se pierden tras una candidatura que cumple con todos los tristes requisitos de ese señalado relato que nos quiere despolitizados e indignados, pero nunca realmente organizados y con nuestra conciencia activa.
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FRANCISCO ALBORNOZ Rodriguez
Creo que opina con mucho sentido común en muchos temas cotidianos. Representa y dice lo que muchos pensamos y no expresamos.
Pero,en mi opinión, falta verlo opinando en los temas más complejos de nuestra sociedad. Hace falta que gente como él tome un cierto liderazgo en el país.
victor guzman
Guillier ya ha demostrado hace muchos años su capacidad y aguda crítica. Pareciera que su nombre incomoda a 3 grupos. 1.- La derecha x razones obvias. 2.- A la N.M. porque aparece alguien que no estaba en sus planes y 3.- todos estos grupos que solo los une el tuiteo. Ellos ya tenían elegido a Pdte por tuiter a Marcel Claude (todavía anda buscando votos para llegar al 5%), lo reemplazaron por Meo y ahora cambian al avioncito por Elmer Boric… Simplemente escuchemos la voz del pueblo…
Servallas
Concuerdo que Chile no necesita más opinólogos (dejemos el tema de lo peliagudo de lado), ya somos bastantes, sobramos, es cierto. Pero otra parte disiento, porque «…conducir un proceso de izquierda relevante y transformador…» es como si la izquierda fuera algo bueno, imaginemos otro contexto, de otro opinólogo digital que dijera «.. conducir un proceso de derecha relevante y transformador.¿?,» ciertamente tampoco lo es. Quizás como opinólogo pondría…conducir un proceso inteligente e inclusivo, relevante y transformador… ¿será el caso de Guillier?, si es inteligente, puede que ese sea un buen discurso.
Francisco
Lo digo porque Guillier vendría a representar a la izquierda. No me tengamos miedo a los domicilios ideológicos.
Servallas
Francisco, si te entiendo, pero el problema está justamente en el punto, al final de todo esto no importa si soy de izquierda o derecha porque apenas se llega para administrar por un breve tiempo, lo que importa es el bien común, eso implica cruzar límites, buscar acuerdo, intentar que todos remen para un mismo lado, por eso el proyecto debe ser inclusivo más que el resalte de una ideología en particular, es un hecho que no podemos hacer refundaciones o revoluciones violentas para imponer una ideología, quizás es más sabio ir paso a paso, sin olvidar que lo que se hace es para el bienestar de todos tus compatriotas, no para que el ego se sienta hinchado porque al abrir las ventanas se ven banderas rojo-negras por todos lados, eso no es humanismo.
abechtold
Guiller es una golondrina que no trae primavera. Es superficial, y en general no trabaja los temas. Next