Mientras estos atributos, conocimiento y relación de la Presidenta Bachelet con la ciudadanía, son altamente reconocidos y valorados, su gabinete y la élite observan cautos estos elementos, fundamentales en el campo de la toma de decisiones y el futuro de cada uno de ellos. Los rasgos de la Presidenta (blandos y duros) son apetecidos por la élite saliente y los emergentes “browser” de la agenda política de los cuatro años del gobierno en curso.
En la primera década del siglo XXI se ha producido un cambio tectónico en la sociedad chilena. En efecto, uno de los movimientos sísmicos más significativos ha sido la naturaleza y perfil de los nuevos liderazgos, campo de interés que representa esta variación en la corteza del llamado “nuevo ciclo”.
El balbuceo de una breve opinión es muy básico, ya que los factores institucionales, políticos y las propias prácticas involucrados en el foco de interés (liderazgos) van más allá del propósito de una columna. Sin embargo, la reciente encuesta Adimark arrojó algunas luces sobre esta área de curiosidad, señalando en su informe del mes de marzo que: “Bachelet comienza su segundo gobierno con un 54% de aprobación”.
Precisa este estudio que “el gabinete de ministros resulta aún escasamente conocido por la ciudadanía. Solamente 7 de los 23 ministros tienen un nivel de conocimiento del 40% o más (el mínimo para ser evaluado)”. Agrega Adimark que “los atributos personales de la Presidenta Michelle Bachelet fueron muy bien evaluados. Lejos, el atributo mejor evaluado fue “Respetada por los chilenos”, con un 85% de evaluación positiva. El resto de los atributos tiene entre un 79% y 62% de evaluación positiva. Los que resultan relativamente más débiles, pero igual obtienen evaluaciones que pueden considerarse positivas, son “Genera confianza” y “Cuenta con capacidad para enfrentar situaciones de crisis”, que tienen un 68% y 62% de evaluación positiva. Vale la pena reiterar que este último atributo debería verse modificado en el próximo mes por el terremoto en el norte, que efectivamente ocurrió después de terminada esta medición”.
Mientras estos atributos, conocimiento y relación de la Presidenta Bachelet con la ciudadanía, son altamente reconocidos y valorados, su gabinete y la élite observan cautos estos elementos, fundamentales en el campo de la toma de decisiones y el futuro de cada uno de ellos. Los rasgos de la Presidenta (blandos y duros) son apetecidos por la élite saliente y los emergentes “browser” de la agenda política de los cuatro años del gobierno en curso.
En los dominios de la realidad medial, los organismos ad hoc (congreso y partidos políticos) se expondrán también a la ansiedad y a la frustración, a una actitud frívola y otra desesperada, de alcanzar la “popularidad” de la jefa de Estado. Sin embargo, es como quitarle el rayo a Zeús, señalan algunos analistas. Una tarea demasiada ardua. El asunto se complica más cuando esta larga y jugosa realidad al final del día tendrá sólo dos caras: una decepcionante y otra lúcida.
Además, todo esto depende de una malla muy tupida de interacciones con y entre los actores sociales. Creatividad para conectarse con las redes sociales, las comunicaciones y lo más difícil, entrar en el corazón de millones de chilenos. Entonces, una apuesta riesgosa es la liberalización, desregulación y privatización de los intereses orientados a proyectar un nuevo liderazgo por parte de los legítimos interesados, lo que puede significar, enfrentar “el síndrome de Ícaro”.
En la mitología griega Ícaro y su padre Dédalo deciden escapar de la isla de Creta. Enlazaron plumas entre sí, uniendo con hilo las plumas centrales y con cera las laterales, dándole al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro. Conocido por todos su desenlace, Ícaro al volar muy cerca del sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y estas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar.
Finalmente, como nos enseñaron en la escuela: todo mito se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres extraordinarios, entre ellos dioses, semidioses, personajes fantásticos y héroes. Pero también monstruos.
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Comentarios
04 de abril
comparte el análisis y liderazgo de la presidente, lejos de sus ministros y clase política.
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04 de abril
Necesitamos darle tiempo a los nuevos ministros y ministras para que desplieguen sus habilidades en el manejo de sus carteras.
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04 de abril
Un liderazgo integrador y no autoritario es un factor importante de respaldo de todo político. La presidenta lo posee, sin dudas.
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