Leo en El Ciudadano que Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia, a propósito de la presentación del libro “Los Movimientos Sociales en Chile: trayectorias históricas y proyección política”, dice que “si hubiera habido un abstencionismo del 60%, sin que existiera un movimiento social en juego, yo diría que se trata de flojera, de no tener ganas, de escapismo, pero un abstencionismo de ese porte, que va acompañado de movimientos sociales que están en acción, tanto los estudiantes como las organizaciones territoriales del sur y del norte, es que no es sólo flojera, no sólo escapismo, sino que implica una crítica, un rechazo a participar de ese modelo”.
Pucha, nada que hacer contra Gabriel Salazar, es un tremendo intelectual y experto en el tema, pero sin entrar en mayores detalles y, quizás, desde un simple y ciudadano sentido común, me pregunto:
¿Entonces dónde está ese 60% cuando la votación pone a competir a 7 candidadatos, aparte de Matthei y Bachelet, que llegaron a segunda vuelta? Porque sumo y sumo, pero ese 60% de abstención no es lo que aparece cuando agregamos los porcentajes obtenidos por Miranda + Claude, que podrían o ellos mismos lo han dicho, al menos, estar más cerca de representar a estos movimientos. Ni siquiera es lo que suman ellos dos + Sfeir, Parisi, MEO, Jocelyn-Holt e Israel.
Entonces, si existe ese 60%, pero no quiere ir a las urnas porque está aburrido del sistema, ¿están silenciosamente organizando un plan para tomarse el poder por la fuerza?
Y si no es así, si no quisieran ni participar del sistema electoral ni tuvieran planes de tomarse el poder por la fuerza, ¿sólo esperan, elección tras elección, ver quién es elegido para salir a criticarlo desde la calle?
Y si no es así, si no quisieran ni participar del sistema electoral ni tuvieran planes de tomarse el poder por la fuerza, ¿sólo esperan, elección tras elección, ver quién es elegido para salir a criticarlo desde la calle?
Y ojo, reste usted a quienes, marchando en la calle, votaron sin problemas por alguna de las candidatas este 15 de diciembre.
Por supuesto que hubo algunos que no fueron a las urnas porque su candidato esta vez no estaba en la papeleta y fue una decisión política no asistir, pero creo que gran parte de ese alto porcentaje de abstención es del indolente que sólo piensa en comer, ver televisión e ir al baño, que no tiene actitud política, sino que le llama politiquería y, quizás, es el que más disfruta (aunque sea a crédito de varias cuotas) del modelo: el mejor producto Pinochet.
Por supuesto, a ese ciudadano debieran ir esta vez varias políticas en torno a la Educación Cívica.
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Francisca Silva
90% flojera 10% crítica