Los eventos que hemos vivido durante este año 2016, ratifican en forma indesmentible nuestra condición de ciudadanos de un mundo globalizado. Eventos sociales, económicos o políticos que ocurren a miles de kilómetros de distancia, impactan en nuestra vida cotidiana de manera alarmante. La elección de Donald Trump como el presidente número 45 en los Estados Unidos, nos muestra cómo la economía de un pequeño país del extremo sur puede verse afectada por decisiones tomadas muy lejos de nuestros hogares. La votación mayoritaria de los trabajadores norteamericanos de raza blanca, que le dio la victoria a Trump, impacta en millones de trabajadores chilenos que cotizan en las AFP, que ven hundirse sus ahorros, con pérdidas millonarias.
No somos inmunes a los errores cometidos por otros.¿Cuanto de esta transformación se traducirá en apoyo electoral para consolidar esta senda?, está por verse, ya la historia reciente demostró que incluso concluyendo una administración con altas tasas de aprobación (Bachelet uno y gobierno de Piñera), no se garantiza el éxito electoral de la coalición del mismo signo.
Existe incertidumbre mundial respecto a un cierto sesgo proteccionista en lo económico y xenofóbico en lo migratorio, que tendría el electo presidente Trump. Sólo el tiempo nos dirá cuánto de su discurso estridente, se transforma en políticas concretas en la gran nación del norte.
Nuestra política interna no es ajena a estos avatares. Decisiones de inversión de una empresa criolla, pero que tiene domicilio legal en las Islas Vírgenes británicas, ponen en jaque al sempiterno candidato de la derecha a las elecciones presidenciales del 2017. Nuevamente la faceta de inversor bursátil del ex Presidente Piñera, le pasa cuenta en su carrera política. Fue cubierto en detalle esta situación por los medios Radio Bío-Bío y el diario electrónico El Mostrador. De inmediato fue trending topic, en la red social Twitter, y de ahí saltó a los medios escritos y a la TV.
En un medio como el nuestro donde las empresas propietarias de los medios de comunicación y de las empresas encuestadoras, marcan la pauta noticiosa, vimos con humor los esfuerzos de los medios vinculados a la derecha económica, para tirar “cortina de humo”, sobre estos aspectos de la vida del inversor-candidato. Primero literalmente, al dar cobertura exagerada a los incendios que afectaron a distintas localidades de la zona central. Y luego entrando de lleno en la farándula, con una cobertura inusitada de la detención de un personajillo de la TV local que estafó a medio mundo, y luego se fugó a Rumania.
Aun así, el candidato Piñera inició una baja en su adhesión, en la primera encuesta CADEM donde se midió el impacto. Pese a que no se consultó por las inversiones en paraísos fiscales, que es hoy por hoy, el tema más candente de ese caso.
Son tiempos muy difíciles para tratar de re encantar a los electores, la ciudadanía está más preocupada de llegar a fin de mes, y de cómo enfrentar los gastos de navidad y de fin de año, que de decidir quién conducirá a Chile desde el 2018.
El gobierno de la presidenta Bachelet, ha tenido que lidiar con sucesivos chascarros, y errores no forzados, asimismo, la coalición gobernante. La Nueva Mayoría prácticamente desde la fallida inscripción de las primarias municipales en el SERVEL, no ha dejado de estar en las portadas de los diarios, por diferencias intestinas, ventiladas públicamente. Todo lo anterior agravado por el magro resultado en la elección municipal, donde debió conformarse con derrotar a la derecha en elección de concejales, con 7% de diferencia a favor.
Entrando el fin de año, la designación de los nuevos integrantes del gabinete, debiera ser la oportunidad de cerrar filas, y apretar el paso, para concluir la agenda de gobierno. Está claro que las transformaciones iniciadas con la gratuidad educacional, el fin del binominal, la reforma tributaria. Y lo que será la propuesta de nueva constitución para Chile, constituyen hitos, que junto a la despenalización del aborto en tres causales, y el fin del reemplazo en huelga, ponen al gobierno de la Presidenta Bachelet entre los gobiernos que mayores cambios ha impulsado en la sociedad chilena.
¿Cuanto de esta transformación se traducirá en apoyo electoral para consolidar esta senda?, está por verse, ya la historia reciente demostró que incluso concluyendo una administración con altas tasas de aprobación (Bachelet uno y gobierno de Piñera), no se garantiza el éxito electoral de la coalición del mismo signo.
El clima político está tensionado por las denuncias que impactan al candidato de la derecha, y el fin de año sorprenderá a los actores políticos en medio de las definiciones de candidaturas para las presidenciales del cada vez más cercano 2017.
¿Qué podemos hacer nosotros? Salir de la apatía, romper el círculo vicioso de la desafección, el desinterés y la abstención, tomar partido, jugársela por una opción, y luego acompañarla en las urnas. Lo peor que podemos hacer por nosotros mismos y por nuestros seres queridos es dejar que otros decidan.
Recuerden a nuestros amigos gringos, lamentándose y marchando por las calles, en contra del electo presidente billonario Donald Trump, y recuérdense a ustedes mismos, votando el 2009 por otro candidato millonario, y todos lamentándonos después.
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