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TV Digital en Chile: la agenda por omisión

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En el contexto de un país movilizado que cuestiona el orden instaurado en diversos ámbitos, las políticas de comunicación no son objeto del debate público. Sin embargo, las cuestiones de fondo que marcan el rumbo de los proyectos de ley pendientes de debate y sanción -Ley de Televisión Digital Terrestre y Ley de Televisión Pública- remiten, ineludiblemente, a los denominadores comunes de las crisis aparentemente “sectoriales” que sacuden al país: ¿Qué distingue a los bienes públicos de los bienes de consumo? ¿Cuál es el sentido y la misión del Estado?

La transición hacia la Televisión Digital Terrestre se ha desarrollado en forma casi secreta. En las escasas oportunidades en que el tema llegó a los medios masivos, fue desde una perspectiva meramente tecnológica. No obstante, la pregunta central es qué modelo de TV quisiera darse este país en las próximas décadas y en qué medida se concibe a la comunicación como un derecho de la ciudadanía, y no del conjunto de consumidores.  

En sentido opuesto a lo señalado, el presidente del Consejo Nacional de Televisión afirmó recientemente que la transición hacia la Televisión Digital Terrestre (TDT) no sería un tema político, sino una cuestión de cambio tecnológico (Observatorio FUCATEL, 5/9/2011) Tal como en materia educativa no se puede reducir el conflicto a una cuestión de porcentaje de becas, en materia de comunicaciones no se trata meramente de cuestiones tecnológicas. “El tema tecnológico ya fue resuelto por Chile (al elegir la norma brasileño-japonesa). Ahora es preciso reflexionar sobre el modelo de televisión que queremos para nuestro país” (Ibíd.). 

Como en toda América Latina, en Chile el escenario mediático está signado por altos niveles de concentración de la propiedad y el abuso del concepto de libertad de expresión como escudo contra todo intento regulador. 

En este escenario se desarrolla el debate legislativo en torno a la transición hacia la TDT que, a su vez, se distingue por la falta de transparencia y el casi nulo debate ciudadano al respecto.

La transición hacia la Televisión Digital Terrestre

El 6 de abril pasado la Cámara de Diputados dio media sanción a una ley que sienta las bases para la distribución de un espacio que es de toda la ciudadanía, tan valioso que fue declarado propiedad de la humanidad por organismos internacionales y se denomina “espacio radioeléctrico”. Sin embargo, la encuesta 2011 del CNTV indica que un 83% de los encuestados manifiesta no saber qué es la TDT. Entre quienes señalan saber algo al respecto, el 47% la asocia a “mejor imagen” y un 17% a “mejor sonido” (CNTV, 2011).

La explicación de semejantes niveles de desconocimiento pasa, en gran parte, por el cerco informativo tendido por los principales interesados: los propios medios masivos. Es así como, en las escasas menciones que hacen al tema, parece que tránsito hacia la TDT se tratara sólo de las infinitas ventajas técnicas que nos ofrecerá este salto a la pos-posmodernidad.

¿Qué es lo que está en juego en estos meses de 2011?

El dato básico es que la TV, al igual que la radio, funciona en el espacio radioeléctrico, que es finito y, como se ha señalado, ha sido declarado propiedad de la humanidad. El tránsito de la TV analógica a la digital implica, entre otras cosas, que en ese espacio finito habrá una disponibilidad de frecuencias -imprescindibles para las transmisiones- mucho mayor que la hasta ahora existente. Esto genera interrogantes de enormes implicancias políticas, sociales y económicas como: ¿de qué manera se distribuyen esas nuevas frecuencias, qué derechos tienen los operadores existentes, cómo renuevan sus concesiones y cómo se facilita el ingreso a los nuevos de modo tal que se promueva el pluralismo y la diversidad?

El proyecto que se aprobó en la Cámara de Diputados el 6 de abril no abre un panorama alentador.  El 13 de abril, el Senado había rechazado que el proyecto de ley de TV digital fuera visto por la comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología. Esto significaba que sólo sería visto en las comisiones de Hacienda y de Transporte y Telecomunicaciones. Al saltarse la primera comisión, el Senado estaba ignorando que el articulado del proyecto de Ley se vincula directamente con los contenidos televisivos, con la misión social de la TV y la posibilidad de ingreso de señales culturales, educativas y comunitarias al mercado televisivo. A su vez, el Gobierno le había puesto “suma urgencia” al proyecto de Ley, lo que implicaba que se debía tramitar en diez días. La presión para que los senadores voten precipitadamente se habría justificado argumentando que Chile estaría muy atrasado en el tránsito a la TV digital. 

La fuerte reacción de algunos senadores de oposición, asesorados por organizaciones de la sociedad civil, permitió iniciar un proceso de análisis más profundo y una cierta apertura en torno a este proceso.  Entre mayo y agosto de 2011, organizaciones de la sociedad civil tuvieron algunas posibilidades de acercar sus propuestas al Senado a lo largo de las audiencias. 

En este momento, las indicaciones presentadas al Proyecto de Ley ascienden a alrededor de 500, lo que dificulta enormemente su análisis y avance en el proceso legislativo. De todas maneras, se registran algunos avances, tanto por parte del Gobierno como del Parlamento, en cuanto a considerar, al menos, parte de las propuestas de las organizaciones de la sociedad civil, como el Observatorio de Medios Fucatel y la Mesa de Ciudadanía y TV Digital, que por estos días se encuentran convocando a una Consulta Ciudadana sobre el tema. 

* Bet Gerber es directora de proyectos de la Fundación Friedrich Ebert. Esta entrada está basada en una investigación publicada en el Barómetro de Política y Equidad.

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Foto: Jonas / Licencia CC

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santiago-wong-collao

Diputado Harboe
Me dirijo a usted para, primero que todo, felicitarlo por su gestión durante los gobiernos de la Concertación, usted fue la cara visible en medio de dificultades, desuniones y lo peor, actitudes de muchos de sus compañeros de alianza.
Debo decirle que usted encarna la nueva generación de políticos, con claridad de lo que la gente necesita de sus gobernantes, con una visión renovada y comprometida con el bien público.
Respecto a su participación y gestión para lograr obtener una ley de TV digital abierta, debo entregar mi completo apoyo ante su valorable esfuerzo por obtener los beneficios que la gente común espera de la nueva TV. Comparto lo expuesto en sus declaraciones en el video contenido en la página web del PPD, le pido por favor que imponga en el congreso el deseo de todo Chile de contar con la señal digital , “gratuita”, y de calidad.
No puede continuar la política neoliberal imponiendo su mercantilismo en los servicios públicos, recuerde que esta fue una de las razones del desprestigio de la Concertación, la TV digital abierta debe ser gratis, si los canales de TV abierta análogos, actualmente en posesión de las concesiones, quieren cobrar que emitan su señal por las empresas de cable y satelital, las nuevas concesiones deben ser a 10 años y al término de esta deben volver a postular previa evaluación del servicio entregado durante este periodo, para evitar que descuiden su calidad técnica y nivel de programación. Hoy la TV abierta gratis, es de mala calidad técnica, la programación abierta solo emite novelas para mayores, realitys con adultos con cerebro de niños , farándula de 3° categoría, las noticias contienen en su mayoría reportajes y los contenidos son manejados para desinformar a la ciudadanía para mantener en la ignorancia a la gente . En cambio los canales de las mismas estaciones pero por cable entregan mejor programación a la cual solo pueden acceder los que pagan este servicio.
Diputado, no permita que los canales impongan su voluntad económica, los canales se tienen que subordinar a las leyes que ustedes, nuestros representantes en el congreso, aprueben, hasta cuando debemos soportar los monopolios en los servicios como la energía eléctrica, agua y gas, no se dan cuenta de las dificultades que tenemos la clase media para pagar estos servicios, no se dan cuenta que, a propósito de la crisis estudiantil, además debemos pagar sobre $260.000 por la educación superior de nuestros hijos, por último, no se dan cuenta que el mercantilismo extremo es lo que hizo perder la confianza de una parte de la clase media en la Concertación.
Diputado, no se deje influenciar por los asesores que llevaron al fracaso a la Concertación, son charlatanes, obedezca solo a su sentido común, piense como un ciudadano mas y le aseguro que usted está para grandes cosas, en una carta que le envié al presidente Lagos por intermedio de la pagina web de su fundación , Democracia y Desarrollo, que lamentablemente no acusó recibo, le dije que la clase media no teníamos candidato para las elecciones del 2009 por que todos hablaron de los pobres , estamos esperando que alguien proponga trabajar para generar un salto de estos pobres a la clase media por medio de un trabajo digno y bien remunerado y con instituciones que velen por sus derechos y obligaciones de manera de asegurar que este sistema económico y social no pase por encima de los ciudadanos como el caso de La Polar, las utilidades de las Isapres y ahora los canales de TV.
Gracias por su tiempo y atención, le aseguro que representa la opinión de muchos, cuente con mi voto.
Atte.
Santiago Wong collao
[email protected]