Los partidos políticos han sido quienes más se han visto perjudicados con la coyuntura que estamos viviendo actualmente. Se busca, principalmente, una mayor conexión con las necesidades de la ciudadanía real y virtual, una mejora de la imagen de los partidos como mecanismo de mediación entre gobernantes y gobernados, asumiendo el momento en que vivimos (rechazo a los mismos, poca participación, excesivo protagonismo de las cúpulas partidistas en ellos omitiendo las voces de sus bases y juventudes), y abrir estas instituciones a la ciudadanía de manera informada y participativa.
Frente a estas realidades, se proponen las siguientes orientaciones:
1. – Mayor vinculación con la ciudadanía. Encontrar los medios para, desde la difusión, mostrar partidos políticos abiertos a la constante crítica, reforma y cambio, con el fin de atraer no sólo a los que estén de acuerdo, sino a la ciudadanía que puede simpatizar discordando con las ideas que se postulen en los conglomerados.
2.- Mayor involucramiento y preocupación de los encargados de las plataformas tecnológicas de los partidos políticos. Es impresentable que en pleno siglo XXI, cuando nos decimos integrantes de la “sociedad del conocimiento/información”, no existan personas que estén atentas a las nuevas necesidades de la gente que utiliza las redes sociales. Es mínimo que se maneje un Flickr, un Facebook y un Twitter activos que complementen la acción de las páginas web de los partidos y un canal en YouTube. Porque este último medio es tan básico como el papel actualmente y se está quedando pequeño con las nuevas tendencias. Esto es fundamental si se quiere incorporar a una ciudadanía activa y participativa acorde a los nuevos tiempos.
3.- Mecanismos para asegurar la democracia interna. El gran mal de los partidos y que se reconoce desde afuera es la poca democracia interna. Es por ello que es necesario, en estos tiempos donde se ponen a prueba a algunos de los componentes fundamentales del sistema político vigente, hacer que ese concepto que tanto defienden se vea reflejado en la realidad.
4.- Inclusión de propuestas ciudadanas. En base a la propuesta anterior, casi como un deber u obligación, dentro de los mismos estatutos que componen los partidos, se podría amarrar a las discusiones informes de propuestas que puedan salir desde la ciudadanía con el fin de incluirlas en planes programáticos y nuevas formas de manifestación. Con ello la gente se sentirá identificada con los conglomerados y se sentirá partícipe de los nuevos tiempos de reforma que vendrán.
5.- Comunión con la ciudadanía: foros, conversatorios, tertulias políticas, grupos de discusión, tweetcams virtuales y reales. Todos los mecanismos propuestos permitirán hacer efectiva la vinculación que aquí se propone, con el fin de ver a partidos comprometidos y preocupados de lo que la ciudadanía piensa. Con ello se podrá prestar mayor atención a los requerimientos y necesidades que nazcan desde esa ciudadanía que tantas veces se aboga defender.
6.- Límite a la postulación a cargos. Se pueden potenciar nuevos rostros en el tiempo con una voluntad fuerte y una correcta difusión. Es así como sería bueno reflejar nuevas ideas en nuevos rostros que vayan demostrando la voluntad de los partidos de renovarse.
Estas ideas podrían contribuir a una mejora en la gestión y en su principal fuerte: la vinculación de la ciudadanía. Con ello concitarán interés en lo que piensa y dice el potencial electorado al cual, como su fin último, pretenden llegar y demostrar ser ese referente válido que siempre han dicho ser.
——-
Foto: Si los medios son del capital, las paredes son del pueblo
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad