¡Que la TV chilena vuelva a pensar en los niños!

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Si los alicaídos noticieros son la «columna vertebral» de los canales de televisión, entonces la programación infanto-juvenil vendría siendo el sistema respiratorio

La televisión chilena actualmente es de una pésima calidad. Podría pasarles todo el día enumerando cada uno de los problemas que tiene actualmente, como la sobrepoblación de farándula y de telenovelas extranjeras, o el ya bullado caso de la excesiva duración de los noticieros, tanto los de la tarde como de la edición central. Pero, para mi, principalmente, el gran problema hoy por hoy es la poca programación infanto-juvenil que se dedica actualmente en las pantallas de nuestro país.

¿Sabe? Yo encuentro inaguantable que la televisión abierta no destine programas para los pequeños de la casa -y para los no tan pequeños también-, reemplazándolos por películas y repeticiones de programas de talento. Además, es injusto, porque uno de los argumentos para justificar esta atrocidad es que «existe la televisión por cable», siendo que no todos los chilenos cuentan con este sistema, pese a que va en aumento debido a la mala programación de nuestras televisoras. También, tomando en cuenta que, ya sea por iniciativa de leyes del Estado o no, en países como Argentina, Ecuador y Venezuela, lugares donde penetra fuerte la TV  «por suscripción», los canales cuentan con un bloque infantil.

Los casos que más critico son los de TVN y Chilevisión. El primero, de contar con el exitoso bloque «Tronia», que dio origen al megaéxito «31 Minutos», y de generar contenidos con moderado éxito dentro del público como «La cueva de Emiliodón» y «Experimento Wayópolis», pasó a compactar su bloque de 07.55 a 09.00, para el resto de la mañana emitir cintas desconocidas y de poco éxito de taquilla -incluso de esas que los canales del cable mandan al llamado «slot de la muerte»-, además de repeticiones de rutinas de humoristas. ¿Sabrán en el «canal de Chile» que ya me se de memoria las rutinas de Dinamita Show, Stefan Kramer y Álvaro Salas en Viña debido a sus constantes retransmisiones? Lo mismo la televisora de TimeWarner: De marcar pauta, cultura y época con la transmisión de series animé, pasó a derechamente no tener programación infantil, y hoy se encuentra rellenando, ya sea con las películas de Cantinflas, como con temporadas antiguas de «Talento Chileno», ignorando la gran biblioteca de contenidos con el que cuenta, y que solo ocupa para dar películas.

Este es un problema gigante, y de seguro cualquier troll amante de la decadente TV actual dirá que «no es rentable producir y transmitir televisión infantil», pero ¿por qué Argentina, Ecuador y Venezuela cuentan con esa programación? ¿Por qué la televisión pública del país de Maradona incluso cuenta con un canal dedicado 100% a los chicos de ese país como Paka Paka -aun cuando es usada políticamente por el gobierno de Cristina Fernández-, y TVN solo tiene una hora de esos contenidos?

Si los alicaídos noticieros son la «columna vertebral» de los canales de televisión, entonces la programación infanto-juvenil vendría siendo el sistema respiratorio. Lamentablemente está degradado, y seguirá así mientras los televidentes, cada día más empoderados y menos lesos, no hagamos algo al respecto y exijamos cambios a quienes correspondan. Hace unas semanas he propuesto una ley de contenidos para la TV abierta, y en ella, incluye una cuota mínima de TV de esa categoría: Mínimo 2 horas de lunes a viernes, extendidas a 5 los fines de semana, especificando obviamente su emisión en horarios accesibles, pensando principalmente en aquellos estudiantes que están en colegios con Jornada Escolar Completa. Incluso, la programación de los findes debería dividirse en tres: Un tercio para preescolares, otro tercio para los niños y púberes, y otro para los teenagers, que querámoslo o no, también tienen algo que decir y son grandes consumidores de TV, aunque los índices digan lo contrario.

Sólo nos queda esperar que, tanto Ricardo Solari como los directivos de las altas esferas de TimeWarner, puedan hacer algo para mitigar esta pobredumbre que afecta a la TV chilena, y que es uno de los problemas que la aquejan hoy por hoy. Pero no solo ellos, esperamos también que Mega, Canal 13 y La Red también pongan un granito de arena y sean conscientes de que los niños deben recibir buenos contenidos. Como decía Vasco Moulian en aquellos tiempos en que era director del área infantil del canal de Luksic, «creamos contenidos para que la gente no se fuera al cable». Eso es lo que tienen que hacer hoy, evitar que sus televidentes muden a la televisión por suscripción. ¿Y eso cómo se hace? Mejorando todos y cada uno de los bloques programáticos y los mismos programas de la TV libre, más aún, pensando en la inminente y esperada puesta en marcha de la televisión digital, por la cual tuvimos que esperar 5 años.

Como diría la mujer del Reverendo Alegría de Los Simpsons: «¿Alguien quiere pensar en los niños?»