Es común que los medios de televisión y de comunicación sensacionalistas tiendan a repetir información falsa o dañina, para un propósito definido.
La televisión puede ser un poderoso instrumento didáctico, noticioso e informativo que además entretiene, presentando la vida de la gente tanto en momentos trágicos como felices. También, instruye y hasta inspira pero, como casi todo en la vida, también existe la televisión que cruza la línea y poco a poco nos va llevando cual corriente marina hacía sus propias playas.
El mar de la teleaudiencia es valorado en muchos sentidos pero se manipula deliberadamente para encantar o desinformar. Hasta los más entendidos pueden caer en un comportamiento destructivo y poco objetivo, haciendo las veces de juez y parte. Por ejemplo: Los canales de televisión tiene sus auspiciadores. Bancos, farmacéuticas, supermercados, retail, alimentos, etc. Cuando una de estas empresas está haciendo mal las cosas se presentan conflictos de interés subsanables con la Estrategia de la Distracción. Así es. Usted no se va a enterar o se enterará muy tarde que está tomando un medicamento que le hace daño y que la televisión le ha vendido a todas horas, porque saldrá del mercado silenciosamente mucho tiempo después, cuando se haya recuperado la inversión de la empresa en cuestión. Tampoco se enterará de las malas prácticas de su banco o financiera hasta cuando sea ineludible la noticia.
Vemos o, mejor dicho, consumimos la televisión, sus programas y la publicidad, sin analizar el trasfondo. ¿Es tan delicado como para preocuparse del tema? Lo es, porque la Estrategia de Distracción consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes o elaborados acontecimientos de impacto mediático.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
- “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas” Noam Chomsky)
Esta realidad quizás ya sea de su conocimiento y piense que se da perfectamente cuenta de la cosas. Pero, al ver a ciertos periodistas en televisión, defendiendo una posición en la noticia, suponiendo que es real y verdadera porque se ha investigado en profundidad y que sus colegas con cierta trayectoria no caerían en malos hábitos, llego a la conclusión: esta estrategia es del todo efectiva ¡Hasta para los que conocen la estrategia!
El propósito del sensacionalismo es lo contrario de lo que dicta la ética periodística y, se centra en llamar la atención a toda costa para atraer audiencia en pos de dos fines. Primero: Beneficio económico Segundo: Manipulación de la opinión pública para beneficio de un plan empresarial, político o, ideológico.
Quizás le gusten los programas de televisión que difunden información polémica y chocante para llamar la atención, sin importar que lo distraigan de los puntos más importantes del asunto, sino que le hace reír ¡Que importa quién tiene la razón con tal de pasar un buen momento! ¿Verdad? Pero, es común que los medios de televisión y de comunicación sensacionalistas tiendan a repetir información falsa o dañina, para un propósito definido.
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