Siempre he creído que los pueblos son el resultado de lo que hacen de ellos, no se trata solamente de buscar la salud, la educación, la vivienda o un trato justo para crecer en igualdad de condiciones; creo que la televisión Chilena necesariamente debería tener una pauta coherente, consecuente y fidedigna a los tiempos que vivimos para que la transparencia en la información sea más pluralista y más concreta en todo ámbito, brindando con ello un mejor entendimiento de la contingencia que nos rodea, no solo a nivel Nacional sino que también a nivel internacional.
Es lamentable la forma en que la información es sesgada y entregada a la masa en cada canal de televisión abierta donde la calamidad, el terror a la delincuencia, la pobreza, la denigración de las autoridades y el enlodamiento de cada propuesta o de cada acción no va dirigida a superar o aportar. La cobertura de las noticias es manipulada para los “descerebrados” (así es tratado y visto el que se sienta frente a la pantalla y el que forma parte de la masa), incluyendo al Capitalismo que ha metido sus garras también en la programación, para que el televidente no tenga mayores conocimientos por lo precario de la información en todo orden de contenido.La desinformación, distracción y manipulación es tal, que es muy raro ver en los canales nacionales las truculentas operaciones de los grandes conglomerados económicos en Chile con detalle.
No es difícil entender que a estos personajes les conviene incrementar el consumismo. Qué cosa es este Capitalismo que empobrece no solo la dignidad de la persona sino que también su capacidad de pensar, analizar y su bolsillo entregándoles a cambio reality shows donde ídolos de papel no aportan en nada a la sociedad, farándula donde se indaga en la vida privada del vecino, noticias donde solo prima mostrarle al Estado la culpabilidad de la delincuencia. Se ha llegado a una televisión paupérrima en contenido.
Ciertos sectores de la población, específicamente el 10% más rico y bien posicionado, manejan no solo la economía de este país donde se lucran de sus negocios “privados” explotando a sus trabajadores y atacando el sindicalismo, manejando a su antojo la información que recibimos a diario en los noticieros. La desinformación, distracción y manipulación es tal, que es muy raro ver en los canales nacionales las truculentas operaciones de los grandes conglomerados económicos en Chile con detalle, los millonarios contratos de familias prestigiosas con apellidos “snob”, multinacionales con toda clase de beneficios para la explotación de los recursos nacionales, el abuso de las concesionarias de carreteras, la colusión y el monopolio de cadenas de farmacias.
En cambio los programas que se dicen de investigación periodística persiguen a timadores, supuestos minusválidos, mesías y toda suerte de miseria humana a que le puedan sacar partido con la audiencia desviando así la atención de muchos otros que van siendo amparados por el silencio, robándole al Estado sin escrúpulos y pagando sumas ridículas en impuestos pudiendo pagar lo justo de acuerdo a los ingresos.
En fin, son tantos los temas que podrían ser informados como medio de prueba de enriquecimiento y empobrecimiento de este pueblo que los subterfugios utilizados en las pautas noticieras son para engañar y evadir, por lo que hoy en día sentarse frente al televisor es una pérdida de tiempo por decir lo menos; sin mencionar que en este “circo romano” los Emperadores están sentados en las comunas más acomodadas de Santiago y son los que disfrutan levantando el dedo proclamando para el pueblo, pan y circo donde para muchos el pan escasea.
Se sabe mucho más de Chile y su contingencia en el extranjero donde efectivamente la cobertura nos deja como un pueblo sometido, ignorante, crédulo, manipulado y ciego por causa de unos cuantos que trabajan desde adentro para que siga siendo de esta forma, sin mencionar que la importancia de gobernar es educar y cultivar al pueblo para que efectivamente seamos un país, en vías de desarrollo.
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