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Comunicación sin retorno o el peligro de la hiperpersonalidad

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Hay dos argumentos básicos que apoyan la tesis que la comunicación a través de las redes sociales como Facebook o Twitter tienen consecuencias negativas en las relaciones interpersonales.

El primer argumento es la idea del debilitamiento progresivo en la calidad de la respuesta que el emisor recibe del destinatario. Desde el principio de los estudios de la comunicación y como se estipula en las teorías de principio del siglo pasado, la función que la respuesta o feedback juega en el proceso de la comunicación es determinante. Ahora, sin embargo, “el paradigma de los medios o redes sociales han alterados las reglas básicas de la comunicación” (Maggiani, 2012) y así mismo, la importancia de la respuesta también ha cambiado.

Si antes el feedback era usado para formarse impresiones lo más exactas o certeras posibles sobre los otros, acerca el proceso de la comunicación y sobre nosotros mismos, ahora debemos basar nuestras impresiones –con un alto nivel de incertidumbre- en adivinar e inferir ciertas características de los demás que antes solían ser más obvias y testeables. La comunicación a través de las redes sociales no solo daña el sistema de feedback en nuestra conversación sino que además la construcción personal y la imagen que nos formamos de los otros. El feedback ya no tiene un rol principal en el proceso de la comunicación y pasó a convertirse en un elemento secundario, donde la construcción mental de los otros se produce en un nivel de inferencia y deducción, pero ya no de una manera directa y donde los mecanismos disponibles para realizar esta tarea ya no son propias, sino que son determinados por un ente ajeno. La imagen mental que formamos de los otros se construye casi en su totalidad a partir de las herramientas y características que los demás permiten que veamos sobre ellos y ya no necesariamente por nuestras deducciones o esquemas personales.

El segundo argumento quer espalda esta idea es la llamada Teoría Hiperpersonal. Según esta teoría, con la nueva forma de comunicación “los usuarios logran un menor grado de interpersonalidad del que consiguen cara a cara. Forjar relaciones sociales a través de los nuevos medios ciertamente lleva menos tiempo que lo se necesita en persona, pero vale la pena el esfuerzo en nutrir estas relaciones: Los vínculos sociales que se forman pueden ayudar a colegas a llegar a un consenso y puede ser la clave para decisiones grupales de alta calidad” (Vergoth, 2004).

Cuando recibimos la imagen manufacturada de otros y la consumimos esquivando el proceso de  fabricación personal de esta imagen, nos arriesgamos a malinterpretar o equivocar las categorías en las cuales pertenece una persona de acuerdo a nuestros propios esquemas psicológicos. Esto se basa en la idea que respalda  la Teoría  Hiperpersonal según la cual la gente enfatiza a través de las redes sociales aquellos aspecto sobre si mismos que los hacen llamativos a los otros, incrementando su atractivo.

Hoy más que nunca la comunicación es sinónimo de velocidad. Confundimos frecuentemente rapidez con calidad, pero nos equivocamos. El precio que debemos pagar es una comunicación que nunca en la historia del hombre había sido tan impersonal.

Existe un concepto en los estudios de comunicación llamado “evaluación estática”. Básicamente este se refiere a mantener en el tiempo la apreciación sobre una persona o cosa a pesar de los inevitables cambios en la gente o en el mundo. El cambio en el rol y la importancia del feedbacky lo que describe la Teoría Hiperpersonal hacen más probable que se produzcan evaluaciones estáticas. Por ejemplo, si no has visto a un amigo hace tiempo y empiezasa hablar con él a través de Facebook, probablemente la conversación se va a basar en las cosas nuevas que tu amiga ha hecho. Probablemente él también incluya sus últimos logros personales. Por supuesto, la conversación se va a tratar sobre los buenos recuerdos que ambos comparten. Tener esta conversación vía Facebook implica dos cosas: la primera es que no hay ningún elemento real para medir efectivamente cuanto ha cambiado una persona y la segunda, y más obvia, es que quien sea que esté al otro lado de la línea, probablemente va a escoger exclusivamente aquellas cosas positivas de su vida, dejando voluntariamentelos aspectos negativos de lado. Hoy más que nunca la comunicación es sinónimo de velocidad. Confundimos frecuentemente rapidez con calidad, pero nos equivocamos. El precio que debemos pagar es una comunicación que nunca en la historia del hombre había sido tan impersonal.

 

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2 Comentarios

Víctor Allan

Encuentro bastante sesgado el planteamiento de este artículo. La aparición de las redes sociales digitales, en primer lugar, no opera necesariamente como sustitución de las relaciones cara a cara (tampoco lo fue el teléfono). Buena parte de las interacciones que hoy ocurren en esos medios jamás habría ocurrido de manera presencial, por la dificultad de coordinar encuentros. Un análisis equilibrado debería apuntar a todos los tipos de efectos y no sólo a la nostalgia de una comunicación presencial que se supone prejuiciadamente dañada por las redes. Podría decir muchas cosas más, pero voy a terminar diciendo que me parece una ingenuidad pensar que porque el perfil digital de alguien es INTENCIONAL, eso le permite controlar lo que la imagen que los demás se forman de él. Hay amplios márgenes para interpretar cualquier manifestación intencional. Si hay múltiples lecturas de una novela, que es un texto de altísimo nivel de intencionalidad y elaboración, cuántas más habrá de lo que la gente escribe en las redes, muchas veces sin la menor revisión de su parte.

    Tomas Dodds

    Tomas Dodds

    Estimado, muchas gracias por tu comentario. Sin embargo, la columna no se refiere necesariamente al remplazo de las redes sociales frente a la comunicación interpersonal directa, sino bien a la mitificación de los beneficios de un nuevo tipo de comunicación y a la construcción de un ideal de progreso y eficiencia que se antepone al uso de los nuevos medios.
    Además, hace referencia a las investigaciones sobre el proceso de comunicación y el rol que se le atribuye a una comunicación impersonal, pero que intenta –más a menudo de lo que se podría esperar- significar un adelanto en materias comunicativas.
    Analogías aparte, el estudio sobre la selección y construcción de un perfil, campo que ya ha sido ampliamente estudiado, supone un riesgo en la calificación de los procesos comunicativos a los que nos sometemos.
    Tal vez debería haber sido más enfático sobre estos puntos.
    Saludos cordiales.