La iniciativa que consagra la libertad de empresa para esta “empresa autónoma del Estado” logra amplio consenso parlamentario, ya que deja a TVN feliz, ensoñando nuevos negocios que no se explicitan en la propuesta de ley o bien que aún no son capaces de visualizar para explicitarlos. Claramente no es recomendable legislar sin conocer las oportunidades y los riesgos de las nuevas facultades que tendrá TVN.
El día martes 4 de setiembre se votará en el Senado la ley corta de TVN. La comisión de Transportes y Telecomunicaciones, revisora del proyecto, sugiere a los 38 senadores despachar el proyecto de una sola vez. De esta forma, se propone omitir una discusión detallada sobre el rol de servicio público que debería tener la televisión de todos los chilenos.
La iniciativa, de un solo artículo, permite a TVN ampliar el giro comercial otorgándole las mismas facultades que una emisora plenamente comercial. Podrá realizar todas las actividades propias de una concesionaria de servicios de televisión constituida como persona jurídica de derecho privado, con iguales derechos, obligaciones y limitaciones.
La idea de facultar a TVN para realizar todas las actividades propias de una empresa privada proviene del proyecto original enviado por el gobierno de Bachelet, que descansa en el Senado, en la misma comisión, hace dos años. Ese proyecto, más amplio, también sugiere un catálogo de obligaciones de carácter social propias de un servicio público televisivo:
– Fomentar la educación y el enriquecimiento cultural de la sociedad chilena
– Promover y respetar los valores democráticos
– Promover el pluralismo, reconociendo la diversidad cultural, étnica, ideológica y religiosa.
– Promover la identidad de cada una de las regiones del país
TVN debiera disponer de aportes públicos para satisfacer las necesidades de comunicación audiovisual ciudadanas y estatales, necesidad creciente en un mundo interconectado y que no coincide con los intereses de la TV comercial.
Mientras, en TVN, nadie sabe bien para qué sirve concretamente la ampliación de giro comercial, o en qué se traducirá en la vida real, o qué cosas nuevas podrá hacer que ya no hace, esta ley corta es respaldada plenamente por las nuevas autoridades. A falta de creatividad, quedan en igualdad de condiciones para ocupar la misma estrategia comercial que la competencia.
La iniciativa que consagra la libertad de empresa para esta “empresa autónoma del Estado” logra amplio consenso parlamentario, ya que deja a TVN feliz, ensoñando nuevos negocios que no se explicitan en la propuesta de ley o bien que aún no son capaces de visualizar para explicitarlos. Claramente no es recomendable legislar sin conocer las oportunidades y los riesgos de las nuevas facultades que tendrá TVN.
En el contexto de la transición a digital los gobiernos del mundo han destinado recursos importantes de dinero a sus televisoras públicas a fin que delimiten los parámetros que deberán observar las televisoras privadas. En Chile estamos obligando a TVN a entrar de lleno al mismo circo que los otros canales comerciales.
Lamentablemente, una TV pública sin financiamiento especial del Estado pocas veces entregará programación de interés sin pensar en la rentabilidad comercial y tendrá una coartada legal para no hacerlo. Su rol no es cumplir un servicio público; su rol es autofinanciarse compitiendo por los morlacos de la torta publicitaria.
No es por causar alarma, pero si se aprueba este proyecto tal como está, Chile, el relato y la imagen del país pueden ser mucho peor de lo que son ahora.
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Fuente de fotografía
Comentarios
02 de septiembre
pura paja si lo q les interesa , es la guita
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04 de septiembre
El paso que faltaba para entregar a las fauces del mercado lo poco que quedaba de televisión pública. En lugar de fortalecer una alternativa cultural de calidad frente a la banalización como efecto del propósito principal y prioritario de producir ganancias!
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