El río Mapocho ha sido para los talagantinos parte fundamental en la construcción de su identidad. En torno de su lecho, se formó la comuna y nuestros mayores aún recuerdan cuando se bañaban en sus aguas mientras por sobre el puente ferroviario pasaba el tren de Santiago a San Antonio. Hoy el Mapocho talagantino parece ser una pelea perdida. Allí se gestan una serie de conflictos socioambientales de los cuales nadie quiere hacerse cargo.
Cuando los turistas que viajan en el Tren del Recuerdo atraviesan Talagante y miran el río, sólo ven un enorme basural ilegal. Afortunadamente para ellos, el paso por el río es breve, porque son múltiples los depósitos ilegales que contaminan este cuerpo de agua desde el cual –por cierto- nacen diversos canales de regadío. La Seremi de Salud ha sido informada de la situación (denuncia 832005 del 28 de agosto de 2018), pero parece no interesarle el tema.
Al grave problema de la basura, se añade la extracción indiscriminada de áridos que producto de una laxa regulación, una elusión permanente de la normativa mediante truculencias como el uso de diferentes personalidades jurídicas y, finalmente, una exigua fiscalización por parte de las autoridades competentes tal como determinó la Contraloría General de la República en su auditoría 447-2017 y su informe de seguimiento respectivo.Una serie de conflictos ambientales afectan el Río Mapocho en la provincia de Talagante: vertederos clandestinos, tomas ilegales, extracción ilegal de áridos y la creciente invisibilización del río que alguna vez fue la fuente de identidad de sus habitantes.
Parque Metropolitano
Lo paradójico es que toda la ribera sur del Río Mapocho talagantino está considerada como un parque metropolitano en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago, debido a su vegetación, flora y fauna. Pero el desinterés de la autoridad por la biodiversidad existente es tal que en el límite de Talagante con El Monte la Dirección de Obras Hidráulicas devastó un kilómetro de vegetación y especies ribereñas en plena época de reproducción de aves que allí se anidaban; todo esto, con la excusa de proteger el puente antiguo de El Monte, pero con las dudas de la comunidad local debido a que allí se ubica una planta de extracción de áridos perteneciente a Luis Tamayo, un cuestionado empresario extractivista local.
Por su parte, el pueblo ha preferido mirar para otro lado y darle la espalda al río frente a un problema que no sólo afecta a la biodiversidad de flora y fauna, sino también a un grupo importante de personas. Según datos de la Municipalidad de Talagante, a abril de este año había 350 familias viviendo en campamentos en la ribera del río. El tema es preocupante por el riesgo de ese millar de personas ante una eventual crecida del río, sobre todo por la cercanía con el curso de agua y porque llevamos una megasequía de una década… Y todos sabemos lo que pasa cuando la Naturaleza reclama lo que le pertenece.
Urge salvar el río y devolvérselo a los habitantes humanos y no humanos de Talagante. En este corredor biológico aún es posible oír croar por las noches ranitas hoy en grave peligro de extinción, ver aves migratorias y nativas y asombrarse con los peces que todavía recorren sus aguas. El río debería enorgullecernos y no avergonzarnos. Aún estamos a tiempo.
Comentarios
26 de agosto
hola, vivo en santiago centro y cruzo el rio mapocho por diversos motivos, el tema es que el rio esta lleno de desechos, he estado tomando fotos, y tambien envié un correo a SIAC ministerio de obras publicas. Especificamente la cantidas de basura que puedo ver esta a la altura del puente Patronato. Veo que ustedes tienen una publicación «salvemos el río Mapocho talagantino». Como puedo contactarme con ustedes, ya que Talagante es una parte al oeste, y los desperdicios en algun momento llegaran allá.. gracias saludos
+1
26 de agosto
Escriba a [email protected] por favor. Gracias