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Punta Alcalde: sin justicia ambiental, no hay justicia social

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Aunque muchos crean que los ríos Baker y Pascua en Aysén se salvaron de la intención de intervenirlos por parte de la transnacional HidroAysén ante la decisión del Consejo de Ministros de desaprobar la intención; eso en verdad es una gran falacia y mucha agua tendrá que pasar bajo el puente para que eso se concrete definitivamente, y estos ríos emblemáticos de la región patagónica estén a salvo.

El 15 de enero próximo sesionará el tribunal ambiental de Valdivia, en Coyhaique, para decidir la cuestión y nada está muy claro todavía de lo que decidirá este tribunal. Lamentablemente, lo que podemos leer entre líneas del discurso del gobierno que ha estado desarrollando en Aysén, es que de una manera u otra la intención es represar a como dé lugar los ríos de Aysén, importándole poco cuál sea el nombre del proyecto o qué transnacional lo concrete.

El Ministerio de Energía viene trabajando sin cesar para sacar adelante la Ley de Asociatividad, que permitiría a las transnacionales entregarles dividendos económicos a las comunidades para intervenir ríos y glaciares, perdiéndose la trascendencia de los estudios de impacto ambiental, bastando que las comunidades acepten la «sociedad» para llevarse adelante el proyecto, transformándose en un arma de doble filo para los ríos y glaciares de Chile, poniendo en riesgo el debido proceso.

Por eso la trascendencia que representó que el Ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, el pasado 28 de octubre liderando la reunión del Comité de Ministros, aprobara el proyecto termo eléctrico de Punta Alcalde, propiedad de la transnacional italiana, Enel. El 30% de esta transnacional es propiedad del Estado italiano y propietaria de los derechos de agua de Aysén y del proyecto HidroAysén, al comprarles los derechos a ENDESA.

Enel, para concretar el proyecto tiene contemplada una inversión de 1.400 millones de dólares, aportando alrededor de 740 megawats al interconectado central, destinados únicamente para desarrollar el proyecto Pascua Lama, que en la actualidad está paralizado por la justicia, dando a entender por parte del Gobierno con la aprobación, que más temprano que tarde Pascua Lama entrará en operación a pesar de todas las irregularidades cometidas por la transnacional canadiense Barrik Gold para llevar adelante un proyecto que va en contra de la sobrevivencia de todas las comunidades del Valle del Huasco.

El medio ambiente es un bien social que nos pertenece a todos por igual, de ahí su importancia vital para lograr el desarrollo sustentable que tanto necesitamos en regiones. Ante esa realidad debemos tener la capacidad de cuidarlo y respetarlo como un bien social. Hablar de bio-diversidad, medio ambiente y ecología, pasa por respetar a las regiones y sus diversos formatos culturales, transformando la búsqueda de ese respeto regional en un acto de sobrevivencia, si en Aysén queremos de verdad proyectarnos como región ganadera y turística de excepción.

Todo país que se respete, no puede discursar sobre justicia social si no va acompañado de una justicia ambiental plena.

De una forma u otra tenemos que crear en regiones las bases que defiendan territorialmente de las malas prácticas ambientales, diseñando un modelo de desarrollo regional que sustente un proceso de evaluación en la toma de decisiones con estándares profesionales de última generación, proyectando una matriz sana y consecuente de desarrollo, que no baste simplemente con resarcir económicamente a las comunidades para lograr objetivos que coartan la proyección regional.

El liberalismo económico con el cual hemos fundamentado el modelo de desarrollo, no tiene por qué ser un sinónimo de contaminación y destrucción de las regiones, que a decir verdad debería ser todo lo contrario, con el deber de mejorar la distribución  y la obligación de subir la calidad de vida del mundo regional, respetando el medio ambiente, la proyección de las comunidades, y con la posibilidad cierta de concretar planes de desarrollo (que hoy no tenemos en regiones), para que vayan de acuerdo con las ventajas comparativas de la estructura social, cultural, geográfica, territorial y económica de cada región.

Todo país que se respete, no puede discursar sobre justicia social si no va acompañado de una justicia ambiental plena. Las dos se relacionan y se priorizan, creando una plataforma de desarrollo sustentable. No sacamos nada con crear leyes, reglamentos y cientos de protocolos de trabajo, si no tomamos un compromiso serio y responsable ante la importancia del medio ambiente para la proyección de las regiones.

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2 Comentarios

Catalina

Después de escuchar a los ejecutivos de ENEL que piensan ser dueños de nuestros ríos, y ver como vinieron a dar instrucciones a los ministros de medio ambiente, energía y hacienda, no es raro que estén disfrazando una manera de llenar de represas los ríos chilenos. Lo que cuesta entender es cómo las autoridades del Gobierno de Chile obedecen a empresas extranjeras y no a quiénes le dieron el mandato ciudadano. Porqué entregan nuestros recursos naturales en bandeja de plata y no entienden que la ciudadanía quiere que el desarrollo sea sustentable. Esperan poner plata en la mesa y aprovecharse de la pobreza e ignorancia de las personas que viven en las zonas que pueden verse afectada. Si es así, es obvio que estas zonas no recibirán financiamiento público para resolver sus problemas, de manera que necesiten la «compensación» que le ofrecerán las grandes empresas. Habrán también ambiciosos que aprovecharán para ganar en la pasada, y convencer a la gente de esos lugares. Se educa a la gente para que valore el dinero más que a la vida.
Pero seguimeremos peleando y educando a las personas para que no sean engañadas.
PATAGONIA SIN REPRESAS, PUELO SIN TORRES, NO ALTO MAIPO, NO PUNTA ALCALDE, NO A DOMINGA, NO AL PUNILLA, CIERRE DEL MAURO, y NO a todos los proyectos mal diseñados que buscan destruir el medio ambiente y los pueblos y ciudades.

    Andrés Gillmore

    Sin duda Catalina ese es el tema de fondo y lo mejor para que ello no ocurra es poner el tema en el debate nacional y que se sepan las verdaderas intenciones del gobierno, de lo que llamo el hace que hace pero o hace. A decir verdad nada ha cambiado y todo sigue igual.
    Saludos Andrés Gillmore